19 de mayo de 2008

Amarrados por la Estaca.

elefante2 Todos hemos visto alguna vez a un elefante, un animal imponente, grande, muy fuerte y que inspira mucho respeto, amarrado por una de sus gruesas patas con una simple soga a una simple estaca clavada en el piso de tierra. Y la verdad es que yo nunca me había hecho la pregunta que seguramente los elefantes tampoco se hacen: ¿cómo es posible que una diminuta estaca los detenga?

Ayer, mientras conversaba con uno de mis hermanos y un par de amigos, uno de ellos hizo un comentario respecto a que a veces somos como los elefantes atados a la estaca, el problema real está en nuestra mente, ya que nos hemos acostumbrado tanto a algo: una persona, un sentimiento, una idea, etc., que termina por limitar nuestra visión de las posibilidades que tendríamos si intentáramos el cambio.

El poder de la estaca.

En los artículos “El éxito depende ti” (el primer artículo escrito en este blog) y “Vivir la excelencia”, entre otros, traté el tópico básico de la decisión personal a la hora de forjar el camino que vamos a recorrer, en busca de la calidad que nos convertirá en personas de éxito, no como quien cree que el éxito es una recompensa final, sino como el que sabe que el éxito se construye día a día por el camino de la excelencia.

Pero, curiosamente, el poder de la estaca que muchas veces nos mantiene atados a las formas radica también en nuestra decisión. ¿Qué quiero decir? Que consciente o inconscientemente elegimos estar atados a la estaca o creemos que ella no nos dejará libres y por dicho motivo simplemente nos cruzamos de brazos, nos sentamos junto a ella, y esperamos que algún día la estaca desaparezca o que alguien llegue y nos libere. El problema es que si vemos a nuestro alrededor, muchos están en la misma posición que nosotros: esperando. Y cuando alguien se libera, ¿qué hacemos? Por lo general, ése que ha logrado liberarse ha descubierto que el poder que lo tenía atado no era otra cosa que su propio pensamiento; así, viene a nosotros y nos dice que podemos liberarnos, que no necesitamos estar atados porque la estaca no tiene poder real sobre nuestras vidas. Entonces lo miramos con desconfianza, cuchicheamos entre los que seguimos atados y nos parece que lo que en realidad quiere ése loco es arruinar todo lo ya establecido. Claro que no queremos estar atados a la estaca, pero ella no nos deja, ¿cómo viene éste loco a decirnos que ella no tiene poder real en nuestra vida, que todo está en nuestro pensamiento?

Sé que es una forma caricaturesca de representar la realidad a la que debemos enfrentarnos todos los días, mas, ¿acaso no hemos hablado ya con muchas personas a las que hemos intentado ayudar, pero ellos simplemente se niegan a ver que el problema reside en la forma en que ven el problema? Entonces, ¿dónde reside el poder de la estaca? La respuesta es simple: en nosotros mismos, por incómodo que sea reconocerlo.

El primer paso lejos de la estaca.

Se ha dicho mucho, en seminarios, libros y audios de autoayuda y motivación, que un viaje de mil kilómetros comienza con el primerpasos-enfemenino paso. Es decir, no deberíamos centrarnos tanto en lo largo (y a veces tortuoso) que pueda ser el viaje, sino en dar el primer paso y luego seguir dando pasos sucesivos. Pero, ¿cuál es el primer paso?

Pues, creo que la respuesta a esa pregunta es la parte engorrosa y paradójica de este artículo. Por un lado me gustaría saltar a la palestra y afirmar, como lo he hecho en apartados anteriores, que todo está en la decisión, que debemos decidir soltarnos de la estaca. Pero, por otro lado, es innegable que muchas veces seguimos atados por nuestra propia elección. Entonces el dilema se complica sólo un poco, porque al decir de Einstein, lo que necesitamos es elevar nuestro pensamiento para encontrar, en un nuevo nivel, la solución: Ser autoconscientes y ampliar nuestro contexto.

Ahora sí, debemos elegir querer ser conscientes y querer ampliar nuestro contexto. Con ser conscientes quiero decir, brevemente, aceptar la responsabilidad personal del por qué estoy atado. Y con respecto a ampliar nuestro contexto me refiero, brevemente también, a aprender a ver más allá de lo acostumbrado, a ver los desafíos como oportunidad no como problemas, a aprender a ser proactivos en vez de reactivos.

Así que el primer paso es una conjunción de tres elementos: 1) Decisión, porque obviamente debemos decidir sobre aceptar o no los otros dos elementos. 2) Autoconsciencia, para poder ver con objetividad nuestras oportunidades, evaluando nuestras fortalezas y debilidades. 3) Ampliar el contexto, aprendiendo nuevos hábitos, aprendiendo a elevar de nivel nuestro pensamiento a fin de encontrar soluciones creativas, dinámicas y proactivas a los desafíos que intentan mantenernos amarrados por la estaca.

Diagrama:Primer paso

Hasta la próxima, es mi deseo que tengas un día y una semana llena de oportunidades para vivir en la excelencia.

4 de mayo de 2008

Criando Líderes

La celebración del día de la madre es una festividad muy extendida, sin importar que se celebre en fechas diferentes en el mundo. Lastimosamente se ha desvirtuado, en mi opinión, el verdadero papel de la mujer como madre, con esto de la explosión publicitaria que inunda cada día feriado; con esto del consumismo que nos ha empujado a creer que es necesario gastar y gastar para mostrar nuestros afectos, etc.mamaehijo

No estoy en contra de los presentes que pueden darse a nuestras madres, pero ¿cuánto valdría una casa, un arreglo de flores, o cualquier otra cosa para una madre, si lo comparamos con la satisfacción de ver hijos e hijas maduros, cumpliendo su propósito en la vida? Ambos aspectos deben estar en nuestra mente, cuando se acerca el día de la madre. Entiendo que hay países que lo celebran en octubre, o diciembre, o agosto, o en algún otro mes. En mi país se celebra el 10 de mayo, razón por la cual he decidido escribir este artículo como un reconocimiento a la mujer que con su ejemplo ha sido un hito para mí, un bastión en el que he encontrado cómo fortalecerme cuando el viento me es adverso: Mi Madre.

Heroínas anónimas.

Casi todos nos fascinamos con las biografía de los grandes hombre y mujeres de la historia, admiramos sus hazañas, lloramos con sus adversidades y sentimos satisfacción cuando leemos sobre sus victorias. Pero muy pocas veces se nos ha contado la historia de esas heroínas anónimas que se desvelan mientras de niños nos enfermamos, esas mujeres que nos han guiado en nuestros primeros pasos y que a lo largo de la vida siempre nos han estimado, a pesar de todo, pues ven en nosotros un lado positivo, favorable, benefactor.

Y la hazaña de criar hombre y mujeres de bien, en una sociedad que, pese a la lucha de derechos femeninos, aún sigue siendo muy machista, va mucho más allá de nuestra imaginación, especialmente cuando vemos madres solteras que trabajan haciendo dobles turnos, con tal de llevar alimento a la mesa, dar educación a su prole, y encima de eso, hasta tienen tiempo para cobijar a sus hijos y besarlos en la frente, recordar su cumpleaños y hacerlo especial, salir con ellos al parque y disfrutar de una tarde irrepetible… Debo confesar que siempre me ha impresionado el valor, la entereza y la determinación de las mujeres en general, pero especialmente el de las madres.

Un día, un mes, o un año, nunca serán homenaje suficiente para ese espíritu abnegado, que muchas veces llora en silencio sus penas, para que cuando sus hijos despierten a la mañana, la vean radiante, llena de esperanza, dispuesta a luchar a brazo partido por otro día. Sólo nuestra vida entera podría constituirse en un real homenaje, sí, nuestra vida, vivida con responsabilidad.

El desafío para las madres.

Sin embargo, las madres modernas enfrentan un desafío sumamente grande. Hoy no sólo deben luchar contra la pereza o la falta de motivación frente a las cargas académicas que han caracterizado siempre a la mayoría de los niños. También deben luchar contra la pérdida tiempo en frente de los videojuegos, la TV o el Internet. No creo que estas cosas sean malas en sí mismas, pero se ha abusado de ellas, en detrimento de la calidad personal y la excelencia.familia-madre-hijo-manos-3.thumbnail

Además, en la era de las redes y la información en la que vivimos, harán falta hombres y mujeres con integridad, con madurez, inteligentes y responsables, que lideren nuestra sociedad con valor frente a la pérdida creciente de valores. Y estos hombres y mujeres únicamente pueden nacer en las manos de una madre con ideales, que valore la creatividad y la iniciativa, con normas elevadas, y con un carácter fundado en la realidad inalterable de los principios.

Quizás no todas las madres puedan criar a un Einstein, o un Beethoven, o una Mari Curie, o un Dante, etc., pero todas tienen el privilegio de criar personas con ideales, con principios, y que no comprometan su integridad personal, bajo ninguna circunstancia.

Si como hijo o hija has leído este post, ve y dile a tu madre lo importante que es para ti, tal vez no con palabras, pero sí con tu vida. Si como madre has leído hasta aquí, te deseo lo mejor en la tarea más difícil de la humanidad, formar caracteres, y espero que aceptes el desafío.

¡Felicidades a nuestras madres!!!

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