3 de noviembre de 2013

Los 3 Componentes Esenciales de un Discurso – parte 3.

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Ya casi terminamos nuestro vuelo por el fascinante mundo de las ideas. Nuestros espectadores están emocionados y quieren poner en práctica lo que les hemos enseñado. La atmósfera está cargada de energía. Pero… ahora, hay que aterrizar.

Componente # 3: La Conclusión.

La conclusión, como la introducción, debe hacerse bien. Durante el vuelo (el cuerpo o desarrollo) es posible haber divagado un poco, soportar un poco de turbulencia y estar a punto de perder la ruta, pero mientras podamos seguir volviendo a nuestro plan de vuelo, a veces ni se notarán esos problemas. Sin embargo, si una conclusión no se realiza lo mejor posible, el resultado puede ser un trágico accidente con mucho daño colateral.

Una excelente conclusión ofrece al menos dos cosas:

  1. Un resumen conciso y claro de todo lo expuesto anteriormente.
  2. Un llamado a la acción y el compromiso que nuestros espectadores pueden responder en ese preciso momento.

Pero ten cuidado con esto:

a. Estar a punto de aterrizar y alzar el vuelo nuevamente. ¿Has notado que hay personas que parecen a punto de terminar su charla cuando, de repente, nos lanzan a otro cuerpo de contenidos, con más conceptos, más ideas, etc.? Debo confesar que ya me ha pasado eso, por lo que trato de ser muy cuidadoso en la preparación de esta parte esencial.

b. Aterrizajes forzosos. Esto es tener que terminar abruptamente por no ser conscientes del tiempo asignado a nuestra ponencia. Este es el típico “voy pasando rápido las diapositivas porque el tiempo se nos va”; o “no me dio tiempo de decirles estas ideas”.

Entonces, ¿cómo podemos hacer una conclusión excelente?

  • Planifica. Es necesario que tomemos tiempo para planificar los tres componentes esenciales de nuestra ponencia, así, el último componente tendrá fluidez y coherencia.
  • Como en la introducción, escribe tu conclusión palabra por palabra y ensáyala hasta dominarla.
  • Puedes usar una frase, una historia, preguntas y el sentido del humor, pero recuerda que estos recursos deben surgir de tu ponencia misma y no ser impuestos.

Y ten en mente el ingrediente esencial de toda conclusión:

El Llamado a la acción.

Tu exposición no estará completa sin este ingrediente. Aunque tu charla sea solo informativa, finalmente debes lograr que tus oyentes se queden contigo. Este llamado a la acción variará de lugar a lugar y de persona a persona.

Por ejemplo:

  • Puedes pedir que tu auditorio levante su mano para demostrar que apoyan tus planes.
  • Puedes pedirles que escriban una frase de compromiso que tú habrás preparado de antemano.
  • Puedes hacer que repitan como un coro una frase que apuntale tus ideas.
  • Puedes pedirles que te sigan en tus redes sociales.
  • Puedes pedirles que donen para tu causa.

La lista podría seguir, pero el punto está ilustrado ya. El llamado debe ser muy concreto, debe contener una acción que pueden comenzar a hacer en ese mismo momento. También es necesario hacerlo con entusiasmo, con pasión, porque deben ver el grado de compromiso que tienes con las ideas de las que has hablado.

¿Cómo has realizado tus aterrizajes hasta ahora? ¿Crees que deberías preparar un poco más tus conclusiones? ¿Qué otras ideas tienes para ayudarnos a mejorar las conclusiones de nuestras ponencias?

Pon tus comentarios más abajo y comparte esta información con tus amigos, estoy seguro que te lo agradecerán.

Si deseas aprender un poco más, ve a por el E-book: Manual del Presentador de Innpacto. Estoy seguro que te será de mucha ayuda.

27 de octubre de 2013

Los 3 Componentes Esenciales de un Discurso – parte 2.

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En la entrega anterior hablamos un poco sobre la introducción, así que ya sabes de qué vamos a hablar en esta parte.

Componente # 2: El Cuerpo o Desarrollo.

Toda ponencia es como un viaje en avión. No basta con tener un exitoso despegue, además hay que mantener en el aire toda la armazón y conducirlo hasta que llegue a su destino. En este punto una preparación deficiente puede producir un grave accidente y hacer caer toda la presentación.

Un cuerpo o desarrollo de discurso excelente ofrece al menos dos cosas:

  1. Sencillez a la hora de presentar las ideas relevantes de la presentación.
  2. Incentivo para pensar en el material que se está exponiendo.

Cuando preparas un discurso puedes optar por escribirlo palabra por palabra o hacer un bosquejo de las ideas principales. Notarás que el cuerpo o desarrollo es la parte más extensa; es en esa parte donde presentarás tus ideas e intentarás convencer a tus oyentes de la relevancia que tienen para sus vidas, por eso es importante que tomes en cuenta estas consideraciones:

  • No hagas una ensalada. Esto significa que no hay que hablar de todos los temas que se nos ocurran. Al hacer esto se pierde coherencia en el mensaje y se da la impresión de poca o nula preparación; lo mejor que se puede hacer es centrarse en un solo tema.
  • No satures a tu público. Aunque tengas 2 horas para hablar, y hables de un solo tema, no intentes decirlo todo en una sola presentación. A menudo ese es uno de los pecados que cometemos los expositores, creemos que debemos sepultar en una avalancha de información a nuestros oyentes. El resultado: olvidarán la mayor parte de lo que les hayamos dicho.
  • Concéntrate en una o dos ideas principales. Unido al punto anterior, la mejor forma para evitar saturar a tus oyentes es destilar tu ponencia para presentar una o dos ideas principales. Hacer esto te ayudará a ti a pensar en las mejores formas de ilustrar tus puntos y dejarlos mejor grabados en las mentes y corazones de tus oyentes.
  • Si vas a usar un poco de humor en tu presentación, prepárate. Sé tú mismo, no intentes imitar el estilo gracioso de algún otro, porque puede que no resulte para ti.
  • Mantén el guion en mente. Es imposible no divagar. De hecho, un vuelo en avión no es en realidad en línea recta, siempre hay que ir rectificando la ruta de viaje. Así sucede con toda presentación. Durante ella es posible desviar un poco el tema, por alguna pregunta del público, por alguna observación que hayas hecho tú, por el lugar en donde te encuentras, etc.; lo que importa es que tengas bien en mente tu guion, tu plan de vuelo. De esa manera siempre podrás volver sobre la ruta que te trazaste mientras te preparabas.

Seguramente se ha quedado mucho sin decir en estas líneas, no obstante estas observaciones son un buen lugar para que recordemos preparar nuestras ponencias lo mejor posible.

Recuerda compartir esta información, seguro que ayudarás a otras personas que también gustan de hablar en público.

¿Cómo preparas el cuerpo de tus presentaciones? ¿Qué elementos incluyes en esta parte? ¿Quieres compartir algunas ideas con los lectores de este blog para que mejoremos juntos?

Tus comentarios nos ayudarán a ir mejorando.

Aún nos queda una tercera entrega, así que pronto estaremos aterrizando de nuestro viaje.

(¡Ya puedes descargar mi E-book “Manual del Presentador de Innpacto”)

20 de octubre de 2013

Los 3 Componentes Esenciales de un Discurso – parte 1.

introduccion-psicodrama
Espero no decepcionarte, mi querido lector o apreciada lectora, si lo que lees es algo que ya sabes; pero me he visto en la necesidad de escribir este artículo porque, aunque sea difícil de creer, hay muchos expositores que olvidan fácilmente estos tres componentes. Además, siempre es bueno recordar eso que ya sabemos, para seguridad nuestra y de nuestros oyentes.
Componente # 1: La Introducción.
Como ves, todo el mundo sabe que toda ponencia, charla, seminario, clase, etc., debe contar con una introducción, sin embargo, muy a menudo oímos introducciones tan pobres o flojas que pareciera que, finalmente, no es tan importante cómo comenzamos nuestro discurso. De hecho, ya he oído a algunos expositores decir “después de esta corta introducción”, luego de más de 15 minutos hablando.
Una excelente introducción ofrece al menos dos cosas:
  1. Incentivo para seguir escuchando el resto de la ponencia con toda atención.
  2. Una mini guía, un mini mapa, del resto de la exposición.
¿Cómo logramos hacer una introducción excelente?
No hay una sola forma, pero ten en cuenta estas ideas cuando estés preparando la introducción de tu próxima ponencia:
  • La duración debe estar entre 5 y 10 minutos, dependiendo de la extensión de toda tu ponencia. Para una charla de 20 minutos, solo necesitas 5 minutos o menos para introducirte.
  • Comienza con fuerza. Esto no es gritando, sino con seguridad, con confianza. Para lograr esto, lo mejor será haber escrito y ensayado muy bien cómo vas a introducirte.
  • Puedes usar preguntas si deseas crear cierta expectativa y despertar la curiosidad.
  • Usa alguna historia, personal o de terceros, para conectar a nivel emocional con tus oyentes. Pero, recuerda, no es cualquier historia, sino solo una que pueda relacionarse directamente con tu tema.
  • Sé conciso. No des toda tu charla en la introducción. Solo debe servir para bosquejar lo esencial de tu ponencia.
  • Usa una frase célebre que impacte a tus oyentes por su claridad, fuerza y contenido.
  • Usa el sentido del humor, más bien, tu sentido del humor. Si crees que careces un poco de gracia, mira a humoristas de calidad e irás aprendiendo, pero no caigas en la vulgaridad.
  • Puedes comenzar haciendo comparaciones, pero trata que las comparaciones vayan de lo conocido a lo desconocido, es decir, que se puedan relacionar fácilmente.
Estas pocas líneas no lo dicen todo sobre esta parte tan importante en los discursos; hay libros escritos enteramente para tratar este tema. Sin embargo, considero que puede ser útil que tengas en mente estas ideas, que combines con ellas tus propias introducciones, que practiques, que te animes a variar entre ponencia y ponencia la forma que usas para iniciar tu conversación con tus oyentes.
Si te ha parecido que esto puede ser útil para otros oradores que andan por allí, no dudes en compartir este artículo. También estaré muy contento de recibir tus comentarios y conversar sobre este importante tema.
¿Cómo haces tus introducciones? ¿Qué otras ideas nos puedes aportar para ir mejorando todos?
Espera la próxima entrega, ya sabes de qué trata el segundo componente.

 (Puedes aprender mucho más obteniendo el E-book "Manual del Presentador de Innpacto")









2 de octubre de 2013

5 Formas de Hacer una Presentación Aburrida.

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Ya sea que tengas que hacer una presentación en tu entorno de trabajo, como si debes hacer presentaciones ante auditorios más grandes, hay 5 formas de garantizar que tus presentaciones se vuelvan mortalmente aburridas. La intención de este artículo es aprender por contraste, así que tal vez no sirva mucho como guía, pero espero que al menos nos ayude a pensar sobre qué hemos estado haciendo cuando hablamos en público.

Así que si quieres hacer presentaciones aburridas solo tienes que seguir estos pasos:

# 1. Cargar con mucho texto nuestras diapositivas.

Todo el mundo lo hace, qué daño puede causar una presentación más de diapositivas con texto tamaño 14 proyectado en la pantalla y que seguramente no pueden ver los asistentes de la última fila. Además, así uno puede evitarse que le pidan más información y si por alguna razón olvidamos parte del guion no habrá ninguna dificultad porque todo estará allí, en la pantalla. Por otro lado, si los asistentes a la ponencia se aburren y se duermen, luego podrán pedirnos la presentación y tendrán todo el contenido en ella.

# 2. Pasarse del tiempo asignado.

Es verdad que podemos prestar atención por un espacio de tiempo bastante definido, pero es curioso que también podamos calibrar nuestros cerebros para tratar de enfocarnos en una presentación larga, si previamente se nos ha dicho cuánto durará la ponencia. Es decir, todos hemos experimentado que cuando se nos dice que una ponencia durará 2 horas, aunque nuestros cerebros tengan un umbral menor de tiempo de atención, podemos mantenernos enfocados esas 2 horas porque ya sabíamos sobre el tiempo que debíamos invertir (claro que ayuda mucho si el orador es muy bueno en lo que hace).

Así que para hacer una presentación aburrida, todo lo que tenemos que hacer es pasarnos del tiempo. Ya sea que tengamos que hablar 20 minutos, como si se nos ha pedido un seminario de 2 horas, siempre hay que pasarse del tiempo. Notaremos que con un minutos de más la gente comenzará a impacientarse porque ya sabía el tiempo que debíamos hablar.

# 3. Hablar con un tono de voz monótono.

No hay nada mejor para aburrir a nuestros oyentes que un tono de voz monótono. No hay que hacer inflexiones de voz, ni preocuparnos por las pausas o la velocidad. Esto implica que no hay que mostrar entusiasmo mientras hablamos, porque el entusiasmo hace que la gente se emocione. En cambio, si das una charla de 45 minutos y hablas siempre con el mismo tono de voz, la gente se irá quedando dormida poco a poco. Además, ser monótono al hablar trae otros beneficios porque evita el gasto de energía. Para hablar con entusiasmo uno debe moverse en el escenario, gesticular más y hacer más ademanes, pero no se necesita nada de eso si hablamos con monotonía.

# 4. Que nuestros oyentes no participen en nada.

Pero es en serio, en NADA. No hay que contar historias que resulten graciosas, porque se reirán; no debemos hacer que levanten la mano o que asientan con la cabeza a nuestras afirmaciones; no hay que permitir que escriban las ideas más importantes de nuestra charla; tampoco debemos hacer ejercicios en los que deban levantarse de sus asientos (algunas veces cómodos) para que interactúen; pero, por sobre todo lo que debemos evitar, lo primordial es que no debemos pedirles que piensen o analicen o decidan sobre lo que les estamos diciendo, porque si los hacemos pensar pueden llegar a interesarse en el tema.

# 5. Usar siempre un lenguaje rebuscado.

Esto es para coronar todo lo dicho antes, porque si todo lo anterior ha funcionado, con esto damos el tiro de gracia a nuestros espectadores; pero, si por alguna razón todo lo demás falla, esta es nuestra salvación. Nada de hablar de forma clara y concisa, debemos intentar ser lo más elegantemente artificiosos a la hora de explicar nuestras ideas, porque así parecemos más inteligentes de lo que en realidad somos. Por ejemplo, en lugar de decir: “Usé un tenedor para comerme una patata (papa)”, podemos optar por esta fórmula mucho más inteligente: “Utilicé una herramienta multivectorial para procesar una fuente de fécula”.

O, en lugar de decir: “Este cambio mejorará el servicio a nuestros clientes”, podemos decir lo siguiente: “Este cambio nos permitirá equilibrar mejor nuestra base de talento en un ámbito donde se están poniendo en marcha los papeles de desarrollo que nos orientan estratégicamente hacia la próxima transición de Sistemas de Negocio, donde el conocimiento y la exactitud en lo referente a los sistemas será esencial para mantener y mejorar los niveles de servicio y permitir el avance de nuestra clientela”. Y si además copias esta segunda forma en una diapositiva, el aburrimiento está asegurado. (Los dos ejemplos han sido sacados del libro de Scott Adams “El Principio de Dilbert”.)

Puedes usar estas 5 formas en conjunto o individualmente, en general siempre se agrupan más de 2 en una presentación aburrida. Pero, ¿crees que hay más formas de hacer presentaciones aburridas? Me gustaría que las compartas conmigo en tus comentarios.

Comparte este artículo y difunde el conocimiento, hay muchas personas que te lo agradecerán.

¿Cómo has diseñado presentaciones hasta ahora? ¿Te gustaría un cambio?

1 de mayo de 2013

¿Qué es una Presentación de Innpacto?

Sí, has leído bien, Innpacto, con doble n, no con m. ¿Por qué? Porque es un recurso mnemotécnico para recordar los elementos esenciales en toda presentación. Para comprender mejor este recurso, ten en mente que entenderemos como presentación al acto de pararse en público con una transparencia hecha para tal ocasión, ya sea en PowerPoint, Keynote, Prezi u otro programa de diseño de diapositivas; pero, es una presentación de innpacto, con doble n, por los componentes que la hacen efectiva.

Innovación, pues reta lo establecido como norma por la repetición y busca la creación de una mejor forma de conectar con la audiencia.

Pasión, ya que la mejor manera de conectar con tu audiencia es hablándoles al corazón, como tú eres en realidad, con tu convicción por tus ideas.

Calidad, porque pones en marcha los mejores métodos para crear una experiencia superior en tus oyentes, y porque estás en constante crecimiento en el arte de presentar.

Trabajo, mucho trabajo, que pule las ideas, las destila y las mejora, que convierte a tu ponencia en una obra única.

Objetivos, pues una presentación efectiva alcanza los objetivos que se propone y lo hace poniendo en alto tu labor como exponente.

En las próximas entradas de este blog iremos hablando un poco más detenidamente de estos 5 elementos.

Comparte esta información con tus contactos y amigos en Twitter, Facebook y G+, con ello ayudarás a que en el mundo haya una mejora constante en las presentaciones que se hacen día a día.

Fuente: http://innpacte.com/blog/articulos/presentacion-de-innpacto.html

15 de abril de 2013

La Mayor Inversión…

clip_image002La realización personal, trascender, es una de las metas más importantes que deberíamos encarar. No se trata solo de alcanzar cosas, de tenerlas, sino de ser. Un importante empresario mexicano (Carlos Katsuga) describe este proceso de realización y trascendencia con 4 bienes: 1) Bien Ser. 2) Bien Hacer. 3) Bien Estar. 4) Bien Tener. Cada uno es el resultante del anterior, por lo que se deduce que el más importante de los bienes es el Bien Ser.

El Bien Ser tiene que ver con la educación formativa, más que con la académica. La educación académica es muy importante hoy día, porque forma los marcos conceptuales con los que hay que enfrentar el cambiante mundo en el que vivimos. Sin embargo, por sí sola esta educación no tiene la capacidad de hacernos mejores. La educación en principios sigue siendo importante, aunque no se habla ya de ella como se debiera. La integridad, el honor, la solidaridad, el amor, el trabajo, siguen siendo principios factores del verdadero éxito y, más aún, de una vida de mérito.

Por eso es tan importante la inversión en el capital humano en las empresas. Hay muchos profesionales académicos que tienen poca educación formativa. Y las empresas de clase mundial, como lo diría Miguel Ángel Cornejo, invierten en ambos niveles: académico y formativo. El punto es que si eres una mejor persona, eso impactará en tu familia, en tu sociedad, en tu trabajo.

¿Te has preguntado por qué es necesario acudir a seminarios de trabajo en equipo, de liderazgo, de superación de crisis, etc.? Porque la educación formal se ha quedado corta en esos aspectos. Eso hace que haya muy buenos productores saliendo de las aulas de clase, pero muy pocos líderes, comprometidos con el desarrollo social, empresarial, familiar y personal.

"La inversión en nosotros mismos, es el único instrumento con que contamos para vivir y realizar nuestra aportación" Stephen Covey.

Esta sentencia lo resume todo: La mayor inversión es la que hacemos en nuestro desarrollo completo. Cada aspecto de nuestra vida merece atención. El mejoramiento continuo es importante a lo largo de toda nuestra vida.

¿Cuál será nuestro aporte? ¿Qué queremos dejar en este mundo? Invierte en tu desarrollo espiritual, invierte en tu desarrollo intelectual, invierte en tu desarrollo emocional y también en tu desarrollo físico. Mira alrededor y pregúntate en qué relación debes invertir ahora mismo, en qué aspecto de tu vida estás quedándote en números rojos, y comienza a trabajar, paso a paso, por invertir lo mejor en cada cosa que hagas (este es el segundo bien: el Bien Hacer).

Como ves, el Bien Ser conduce a una vida en la que se quiere Bien Hacer, es decir, en el que se hacen bien las cosas, aunque nadie parezca notarlo. El resultado de este es el Bien Estar, sentirse seguro de haber hecho lo mejor, estar alegre por haber dado lo mejor, lo que eventualmente traerá consigo el Bien Tener.

Hasta la próxima.

Si te ha sido útil este artículo no dudes en compartirlo. También déjanos tus comentarios, estaremos contentos de recibirlos. Y recuerda darte una vuelta por nuestros servicios.

Fuente: http://innpacte.com/blog/articulos/la-mayor-inversion.html

30 de marzo de 2013

¿Presentar o no Presentar?…

Hamlet-estaba-locoEl inmortal monólogo de Hamlet (“¿Ser o no ser?, esa es la cuestión.”), es más que una expresión poética, es toda una reflexión sobre por qué hacer o no hacer algo. Sin embargo, y acá debo aclarar que tan solo es mi opinión, en muchos campos no nos detenemos a pensar lo suficiente sobre las implicaciones de lo que somos ni de lo que hacemos.

En el caso muy particular que ocupará nuestras reflexiones en este blog, creo que esa falta de meditación ha hecho que grandes y elocuentes oradores, de pronto se vean eclipsados por la herramienta que debería ayudarlos a amplificar su mensaje.

¿Presentar o no presentar? Esa es la cuestión.

Cuando a un expositor le han solicitado que hable de su tema de experiencia, este tiene dos opciones: 1) Puede elegir preparar su guion, desarrollar sus puntos fuertes y sin más ayuda que una buena iluminación, su voz y su presencia, pararse en público y disertar sobre su tema; o 2) Puede tomar su material, encender su computadora y comenzar a copiar y pegar del documento al PowerPoint (o Keynote, u otros programas similares), adornar alguna que otra diapositiva con alguna que otra imagen y luego pararse frente a su auditorio y, sorprendentemente, darle el perfil o la espalda a su expectante público mientras lee los puntos fuertes de su presentación.

Resulta obvio en este punto que cuando nos preguntamos si debemos presentar o no, nos referimos a si debemos crear una presentación en nuestro programa favorito destinado para ello. La respuesta se complica cuando vemos a nuestro alrededor, y notamos a una gran cantidad de oradores usando sus diapositivas para hablar. Entonces nos asalta la duda: Si no uso una presentación, ¿estaré demostrando falta de profesionalismo? ¿Cuántas diapositivas debería haber en mi presentación? Tal vez nos asalten otras preguntas, pero curiosamente las preguntas fundamentales se nos quedan en el tintero, sencillamente porque estamos acostumbrados a ver un tipo de presentaciones que consideramos las presentaciones modelo, y todo lo que nos interesa es que las nuestras se parezcan lo más posible a esas que hemos visto, aunque a nosotros mismo nos hayan resultado aburridas, en el mejor de los casos.

Nuestra declaración de intenciones.

La respuesta a la cuestión que nos hemos planteado es un paradójico “Sí y No”. Sí debemos tomarnos el tiempo para diseñar nuestras presentaciones en PowerPoint (o Keynote, u otros), porque el tiempo en el que vivimos exige que aprendamos a amplificar nuestro mensaje, usando lo mejor que podamos las herramientas de que disponemos. Existen una gran cantidad de voces queriendo hacerse escuchar en el mundo, ¿cómo hará para que su mensaje, sus ideas, o sus productos se destaquen? Para ello deberá hacer Presentaciones de Innpacto. Pero, no, si usted no quiere aprender los principios que le ayudarán a crear presentaciones atractivas y efectivas, entonces es mejor que no mate a su mensaje con una cantidad de diapositivas desprovistas de vitalidad.

Tomado del Blog Innpacte: En este blog usted irá descubriendo algunas ideas, algunos consejos, que lo harán destacarse como orador. No dude en compartir sus experiencias y sus ideas a través de sus comentarios. Le esperamos en cada entrega.

Fuente: http://innpacte.com/blog/articulos/presentar-o-no-presentar.html

Si desea aprender a hacer Presentaciones de Innpacto, visite nuestra página y apúntese a nuestro curso. Usted puede promoverlo a nivel de su empresa y esto le reportará grandes beneficios personas y profesionales.

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