27 de octubre de 2013

Los 3 Componentes Esenciales de un Discurso – parte 2.

trazar la ruta

En la entrega anterior hablamos un poco sobre la introducción, así que ya sabes de qué vamos a hablar en esta parte.

Componente # 2: El Cuerpo o Desarrollo.

Toda ponencia es como un viaje en avión. No basta con tener un exitoso despegue, además hay que mantener en el aire toda la armazón y conducirlo hasta que llegue a su destino. En este punto una preparación deficiente puede producir un grave accidente y hacer caer toda la presentación.

Un cuerpo o desarrollo de discurso excelente ofrece al menos dos cosas:

  1. Sencillez a la hora de presentar las ideas relevantes de la presentación.
  2. Incentivo para pensar en el material que se está exponiendo.

Cuando preparas un discurso puedes optar por escribirlo palabra por palabra o hacer un bosquejo de las ideas principales. Notarás que el cuerpo o desarrollo es la parte más extensa; es en esa parte donde presentarás tus ideas e intentarás convencer a tus oyentes de la relevancia que tienen para sus vidas, por eso es importante que tomes en cuenta estas consideraciones:

  • No hagas una ensalada. Esto significa que no hay que hablar de todos los temas que se nos ocurran. Al hacer esto se pierde coherencia en el mensaje y se da la impresión de poca o nula preparación; lo mejor que se puede hacer es centrarse en un solo tema.
  • No satures a tu público. Aunque tengas 2 horas para hablar, y hables de un solo tema, no intentes decirlo todo en una sola presentación. A menudo ese es uno de los pecados que cometemos los expositores, creemos que debemos sepultar en una avalancha de información a nuestros oyentes. El resultado: olvidarán la mayor parte de lo que les hayamos dicho.
  • Concéntrate en una o dos ideas principales. Unido al punto anterior, la mejor forma para evitar saturar a tus oyentes es destilar tu ponencia para presentar una o dos ideas principales. Hacer esto te ayudará a ti a pensar en las mejores formas de ilustrar tus puntos y dejarlos mejor grabados en las mentes y corazones de tus oyentes.
  • Si vas a usar un poco de humor en tu presentación, prepárate. Sé tú mismo, no intentes imitar el estilo gracioso de algún otro, porque puede que no resulte para ti.
  • Mantén el guion en mente. Es imposible no divagar. De hecho, un vuelo en avión no es en realidad en línea recta, siempre hay que ir rectificando la ruta de viaje. Así sucede con toda presentación. Durante ella es posible desviar un poco el tema, por alguna pregunta del público, por alguna observación que hayas hecho tú, por el lugar en donde te encuentras, etc.; lo que importa es que tengas bien en mente tu guion, tu plan de vuelo. De esa manera siempre podrás volver sobre la ruta que te trazaste mientras te preparabas.

Seguramente se ha quedado mucho sin decir en estas líneas, no obstante estas observaciones son un buen lugar para que recordemos preparar nuestras ponencias lo mejor posible.

Recuerda compartir esta información, seguro que ayudarás a otras personas que también gustan de hablar en público.

¿Cómo preparas el cuerpo de tus presentaciones? ¿Qué elementos incluyes en esta parte? ¿Quieres compartir algunas ideas con los lectores de este blog para que mejoremos juntos?

Tus comentarios nos ayudarán a ir mejorando.

Aún nos queda una tercera entrega, así que pronto estaremos aterrizando de nuestro viaje.

(¡Ya puedes descargar mi E-book “Manual del Presentador de Innpacto”)

20 de octubre de 2013

Los 3 Componentes Esenciales de un Discurso – parte 1.

introduccion-psicodrama
Espero no decepcionarte, mi querido lector o apreciada lectora, si lo que lees es algo que ya sabes; pero me he visto en la necesidad de escribir este artículo porque, aunque sea difícil de creer, hay muchos expositores que olvidan fácilmente estos tres componentes. Además, siempre es bueno recordar eso que ya sabemos, para seguridad nuestra y de nuestros oyentes.
Componente # 1: La Introducción.
Como ves, todo el mundo sabe que toda ponencia, charla, seminario, clase, etc., debe contar con una introducción, sin embargo, muy a menudo oímos introducciones tan pobres o flojas que pareciera que, finalmente, no es tan importante cómo comenzamos nuestro discurso. De hecho, ya he oído a algunos expositores decir “después de esta corta introducción”, luego de más de 15 minutos hablando.
Una excelente introducción ofrece al menos dos cosas:
  1. Incentivo para seguir escuchando el resto de la ponencia con toda atención.
  2. Una mini guía, un mini mapa, del resto de la exposición.
¿Cómo logramos hacer una introducción excelente?
No hay una sola forma, pero ten en cuenta estas ideas cuando estés preparando la introducción de tu próxima ponencia:
  • La duración debe estar entre 5 y 10 minutos, dependiendo de la extensión de toda tu ponencia. Para una charla de 20 minutos, solo necesitas 5 minutos o menos para introducirte.
  • Comienza con fuerza. Esto no es gritando, sino con seguridad, con confianza. Para lograr esto, lo mejor será haber escrito y ensayado muy bien cómo vas a introducirte.
  • Puedes usar preguntas si deseas crear cierta expectativa y despertar la curiosidad.
  • Usa alguna historia, personal o de terceros, para conectar a nivel emocional con tus oyentes. Pero, recuerda, no es cualquier historia, sino solo una que pueda relacionarse directamente con tu tema.
  • Sé conciso. No des toda tu charla en la introducción. Solo debe servir para bosquejar lo esencial de tu ponencia.
  • Usa una frase célebre que impacte a tus oyentes por su claridad, fuerza y contenido.
  • Usa el sentido del humor, más bien, tu sentido del humor. Si crees que careces un poco de gracia, mira a humoristas de calidad e irás aprendiendo, pero no caigas en la vulgaridad.
  • Puedes comenzar haciendo comparaciones, pero trata que las comparaciones vayan de lo conocido a lo desconocido, es decir, que se puedan relacionar fácilmente.
Estas pocas líneas no lo dicen todo sobre esta parte tan importante en los discursos; hay libros escritos enteramente para tratar este tema. Sin embargo, considero que puede ser útil que tengas en mente estas ideas, que combines con ellas tus propias introducciones, que practiques, que te animes a variar entre ponencia y ponencia la forma que usas para iniciar tu conversación con tus oyentes.
Si te ha parecido que esto puede ser útil para otros oradores que andan por allí, no dudes en compartir este artículo. También estaré muy contento de recibir tus comentarios y conversar sobre este importante tema.
¿Cómo haces tus introducciones? ¿Qué otras ideas nos puedes aportar para ir mejorando todos?
Espera la próxima entrega, ya sabes de qué trata el segundo componente.

 (Puedes aprender mucho más obteniendo el E-book "Manual del Presentador de Innpacto")









2 de octubre de 2013

5 Formas de Hacer una Presentación Aburrida.

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Ya sea que tengas que hacer una presentación en tu entorno de trabajo, como si debes hacer presentaciones ante auditorios más grandes, hay 5 formas de garantizar que tus presentaciones se vuelvan mortalmente aburridas. La intención de este artículo es aprender por contraste, así que tal vez no sirva mucho como guía, pero espero que al menos nos ayude a pensar sobre qué hemos estado haciendo cuando hablamos en público.

Así que si quieres hacer presentaciones aburridas solo tienes que seguir estos pasos:

# 1. Cargar con mucho texto nuestras diapositivas.

Todo el mundo lo hace, qué daño puede causar una presentación más de diapositivas con texto tamaño 14 proyectado en la pantalla y que seguramente no pueden ver los asistentes de la última fila. Además, así uno puede evitarse que le pidan más información y si por alguna razón olvidamos parte del guion no habrá ninguna dificultad porque todo estará allí, en la pantalla. Por otro lado, si los asistentes a la ponencia se aburren y se duermen, luego podrán pedirnos la presentación y tendrán todo el contenido en ella.

# 2. Pasarse del tiempo asignado.

Es verdad que podemos prestar atención por un espacio de tiempo bastante definido, pero es curioso que también podamos calibrar nuestros cerebros para tratar de enfocarnos en una presentación larga, si previamente se nos ha dicho cuánto durará la ponencia. Es decir, todos hemos experimentado que cuando se nos dice que una ponencia durará 2 horas, aunque nuestros cerebros tengan un umbral menor de tiempo de atención, podemos mantenernos enfocados esas 2 horas porque ya sabíamos sobre el tiempo que debíamos invertir (claro que ayuda mucho si el orador es muy bueno en lo que hace).

Así que para hacer una presentación aburrida, todo lo que tenemos que hacer es pasarnos del tiempo. Ya sea que tengamos que hablar 20 minutos, como si se nos ha pedido un seminario de 2 horas, siempre hay que pasarse del tiempo. Notaremos que con un minutos de más la gente comenzará a impacientarse porque ya sabía el tiempo que debíamos hablar.

# 3. Hablar con un tono de voz monótono.

No hay nada mejor para aburrir a nuestros oyentes que un tono de voz monótono. No hay que hacer inflexiones de voz, ni preocuparnos por las pausas o la velocidad. Esto implica que no hay que mostrar entusiasmo mientras hablamos, porque el entusiasmo hace que la gente se emocione. En cambio, si das una charla de 45 minutos y hablas siempre con el mismo tono de voz, la gente se irá quedando dormida poco a poco. Además, ser monótono al hablar trae otros beneficios porque evita el gasto de energía. Para hablar con entusiasmo uno debe moverse en el escenario, gesticular más y hacer más ademanes, pero no se necesita nada de eso si hablamos con monotonía.

# 4. Que nuestros oyentes no participen en nada.

Pero es en serio, en NADA. No hay que contar historias que resulten graciosas, porque se reirán; no debemos hacer que levanten la mano o que asientan con la cabeza a nuestras afirmaciones; no hay que permitir que escriban las ideas más importantes de nuestra charla; tampoco debemos hacer ejercicios en los que deban levantarse de sus asientos (algunas veces cómodos) para que interactúen; pero, por sobre todo lo que debemos evitar, lo primordial es que no debemos pedirles que piensen o analicen o decidan sobre lo que les estamos diciendo, porque si los hacemos pensar pueden llegar a interesarse en el tema.

# 5. Usar siempre un lenguaje rebuscado.

Esto es para coronar todo lo dicho antes, porque si todo lo anterior ha funcionado, con esto damos el tiro de gracia a nuestros espectadores; pero, si por alguna razón todo lo demás falla, esta es nuestra salvación. Nada de hablar de forma clara y concisa, debemos intentar ser lo más elegantemente artificiosos a la hora de explicar nuestras ideas, porque así parecemos más inteligentes de lo que en realidad somos. Por ejemplo, en lugar de decir: “Usé un tenedor para comerme una patata (papa)”, podemos optar por esta fórmula mucho más inteligente: “Utilicé una herramienta multivectorial para procesar una fuente de fécula”.

O, en lugar de decir: “Este cambio mejorará el servicio a nuestros clientes”, podemos decir lo siguiente: “Este cambio nos permitirá equilibrar mejor nuestra base de talento en un ámbito donde se están poniendo en marcha los papeles de desarrollo que nos orientan estratégicamente hacia la próxima transición de Sistemas de Negocio, donde el conocimiento y la exactitud en lo referente a los sistemas será esencial para mantener y mejorar los niveles de servicio y permitir el avance de nuestra clientela”. Y si además copias esta segunda forma en una diapositiva, el aburrimiento está asegurado. (Los dos ejemplos han sido sacados del libro de Scott Adams “El Principio de Dilbert”.)

Puedes usar estas 5 formas en conjunto o individualmente, en general siempre se agrupan más de 2 en una presentación aburrida. Pero, ¿crees que hay más formas de hacer presentaciones aburridas? Me gustaría que las compartas conmigo en tus comentarios.

Comparte este artículo y difunde el conocimiento, hay muchas personas que te lo agradecerán.

¿Cómo has diseñado presentaciones hasta ahora? ¿Te gustaría un cambio?

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