29 de diciembre de 2009

Esto También Pasará…

Un año más que se va y un nuevo año que se viene. Sí, axiomático diríamos; obvio, es un ciclo. Pero, al dejar este año ¿qué nos llevamos? Y cuando el nuevo año empiece ¿con qué nuevos proyectos y resoluciones lo saludaremos? ¿Cómo nos encontrará? Seguro que hemos tenido momentos felices y no tan felices, y seguro que esperamos otro año intenso, lleno de nuevos desafíos. Por esa razón quiero contarte una historia. Quizás ya la oíste (o leíste) antes, quizás no; pero lo importante es sacar la valiosa lección de este relato.

El anillo del rey.

 Anillo (1) Un poderoso rey había mandado hacer un añillo de oro que quería legar a su hijo, para que éste a su vez lo legara al suyo y se convirtiera en la reliquia familiar más preciada. Para ello reunió a los sabios de su consejo y les pidió que elaboraran un mensaje lo suficientemente pequeño como para que cupiera en el anillo, pero lo suficientemente profundo como para que les sirviera de inspiración a él y su prole. Los sabios deliberaron por semanas, buscando entre sus libros y sus estudios el mensaje perfecto para el monarca; sin embargo, no lograban dar con esa máxima breve y profunda que se les demandaba.

En el palacio había un servidor ya muy viejo. Éste había servido al padre del ahora gobernante y siempre había sido fiel, por lo cual era muy apreciado por la familia real. Viendo que sus sabios no avanzaban, el monarca le contó a este anciano servidor lo que había pensado hacer con su anillo y le preguntó si él podría ayudarlo. “Con mucho gusto, – respondió el anciano – creo que tengo el mensaje justo para su majestad”. A la tarde le llevó escrito un pequeño papel que cabía justo en el anillo del rey y le recomendó que no leyese el mensaje hasta que estuviera en una situación en la que realmente lo necesitara.

A los pocos meses una invasión enemiga diezmó sus ejércitos y lo obligo a huir, angustiado por haber perdido su reino. Desesperado, entró por un bosque en el que sintió que sus enemigos lo asediaban, y cabalgó a todo galope hasta que de pronto se encontró frente a un gran precipicio. El fin había llegado. Retroceder implicaba caer en manos enemigas y avanzar… era suicidarse porque no había a donde ir. Un rayo de luz iluminó su mente, con presteza sacó de su anillo el papel que su siervo le había escrito y leyó: “Esto también pasará”. De pronto una oleada de paz lo inundó. Dejó de sentir la ansiedad de ser perseguido, recobró su energía, hizo volver las riendas de su caballo y se dirigió a su disperso ejército. Los arengo, les infundió ánimo y al cabo de un poco de tiempo más había reconquistado su reino.

anillo Mientras entraba por su fortaleza, aclamado por la multitud y acompañado de su fiel y anciano servidor, éste se acercó al monarca y al verlo tan feliz por la victoria alcanzada le dijo: “Su majestad, me parece que este es un buen momento para volver a leer el mensaje”. “Pero si todo está marchando bien – replicó el rey – y no veo el motivo para lo que me pides”. Sin embargo, aunque el siervo no dijo más, el soberano saco el mensaje de su anillo y volvió a leer: “Esto también pasará”. Una nueva ola de paz lo inundó. Miró a su anciano criado y le dijo: “Ahora entiendo bien el mensaje”.

Para enfrentar el futuro.

Tal vez lo que estamos enfrentando ahora mismo no sea nada halagüeño, o por el contrario, quizás estemos disfrutando de nuestra mejor época. Sin embargo, ¡cuán oportuno es el mensaje para nosotros! “Esto también pasará”. De lo que trata este mensaje es de poner en perspectiva la vida. Ningún triunfo o fracaso es definitivo, porque la vida no es algo estático y definido; la vida es dinámica, tiene altos y bajos.

20060405022601-ante-mi-reto Así que, para enfrentar el nuevo año, mantengamos cerca de nosotros este mensaje, para que en el momento de mayor necesidad podamos recordarlo siempre. Ya sea que enfrentemos nuestra peor tormenta, o que pasemos por el valle de la paz y la tranquilidad. Después de todo “esto también pasará”…

¡Que tengas un próspero año nuevo! ¡Nos vemos en 2010!!!

8 de diciembre de 2009

Lo esencial es invisible.

principito-z Quiero comenzar este artículo con la siguiente frase de Antoine de Saint-Exupery: “Lo esencial es invisible a los ojos”.

He leído por la red, reacciones muy variadas e interesantes a esta frase, que van desde el humor hasta la más solemne espiritualidad, pasando por alguna gama de sentimentalismos, o refutaciones, etc.

Pero la traigo aquí, a Vivir la Excelencia, porque considero que la excelencia personal pasa por aceptar este hecho fundamental: Lo esencial no se ve siempre, y sin embargo existe. Por esa razón me atrevo a afirmar que la excelencia no se alcanza mediante una serie de técnicas, que aunque muy buenas, sólo pueden trabajar superficialmente; mientras que para llegar a ser excelente se requiere de cambios profundos, se requiere de moldear nuestra vida con la guía de los Principios, lo que no todas las veces resulta fácil.

Dicho lo anterior, quiero esbozar una advertencia: No debemos confundir lo esencial con lo que se siente. Una de las explicaciones más comunes que he encontrado en la red para la frase de Saint-Exupery es esta: “lo que se siente es lo importante” con las siguientes variaciones: “Lo que verdaderamente importa no se ve, se siente”; “uno es siempre lo que siente en el alma”, entre otras. Pero la dificultad de estas explicaciones es que ponen el énfasis no en lo esencial, sino en algo que en nosotros es muy variable: los sentimientos.

Sin querer negar la naturaleza altamente emocional que compartimos todos los seres humanos, la verdad es que hacer de nuestros sentimientos la guía, la norma, el nivel sobre el cual se mide lo esencial, es poner un fundamente demasiado débil y tambaleante. Claro que nuestros sentimientos son importantes, pero no son lo esencial, ni tampoco pueden decirnos fielmente qué es lo esencial. De hecho, la frase misma es una refutación para una explicación basada en los sentimientos o las sensaciones, debido a que asegura que ni los ojos (un órgano sensible) pueden ver lo que en verdad importa.

Y ¿entonces?

Entonces debemos buscar lo esencial en otro lugar, en un lugar que rete tanto a nuestra racionalidad como a nuestros sentimientos; y propongo que ese lugar es el terreno de los ideales y los principios. Avanzar hacia aquellos y vivir por estos es un verdadero ejercicio de confianza que reta tanto nuestros cálculos más precisos, así como nuestros sentimientos.

Me explico un poco más: Cuando tú tienes un ideal, estás dispuesto a correr todos los riesgos, aunque sientas miedo, aunque a todas luces parezca una locura; sin embargo, estás dispuesto a lanzarte a la aventura de alcanzar aquello que sueñas. A medida que avanzas hacia tu horizonte vas aprendiendo a vivir, y muchas cosas que antes veías natural, de repente resulta que no funcionan y debes abandonarlas si quieres mantenerte en la senda. Y no sólo debes abandonar viejos patrones, sino que debes aprender nuevos para poder asegurar que tu viaje sea uno feliz a pesar de las tormentas que vengan. Los principios son justamente esas cosas nuevas que debes aprender, porque aunque la sociedad los ha convertido en valores de elección personal o meramente social, ellos existen, queramos o no vivir en armonía con ellos.

powerofless2 De esta manera, lo esencial, lo importante, es invisible a los ojos, pues se trata de un viaje hacia el mérito, por el camino de la excelencia. Se trata de ése espíritu invencible que te mantiene andando, aun cuando crees que ya no puedes más. Se trata de tu lucha, de ser mejor cada día por aquellos a los que amas. Se trata de las decisiones que tomas al enfrentar un revés, de tu integridad y tu responsabilidad. Se trata, finalmente, de tu vida.

Hasta la próxima entrega.

27 de noviembre de 2009

Los 10 Mandamientos de la Excelencia.

pergamino-10mandamientos-VE

I

Descubre y abraza tu Ideal.

II

Vive a la altura de los Principios.

III

No comprometas tus sueños e integridad con algo menor que la excelencia.

IV

Acuérdate de tomarte un tiempo a fin de aclarar tus motivos, recuperar el equilibrio y renovar tus fuerzas espirituales, mentales, físicas y socio-emocionales, para seguir hacia adelante.

V

No te quejes, ni critiques, ni murmures.

VI

Desarrollo relaciones fuertes y constructivas.

VII

Vigila tus pensamientos y hábitos más constantes.

VIII

Acepta tu libertad.

IX

Acepta tu responsabilidad.

X

Acepta que la vida es abundante.

Nota: Luego de pensar bastante en esto de la excelencia, he querido presentar lo que considero sus diez mandamientos. Sin embargo, una vez que terminé de escribir el borrador en uno de mis cuadernos de apuntes, acudí a google para buscar si alguien ya había escrito algo así. Me tope con un libro: “El decálogo de la excelencia”, de Jesús Mondría. Sólo he visto el índice del mismo, y me parece interesante. Pero, mi concepción de lapergamino_1bb_VE excelencia me impulsa a dar, lo que voy a llamar hoy, mi versión de los diez mandamientos de la excelencia. ¡Qué disfruten de esta entrega! Recuerden dejar sus comentarios.

18 de noviembre de 2009

¿Cómo Dejar de Ser Mediocres?

Cain Creo que llegar a esta pregunta e intentar contestarla es la consecuencia lógica de los tres artículos anteriores de Vivir la Excelencia. Debo reconocer que, tanto el artículo “¿Por qué Dejar de Ser Mediocres?” como éste artículo, tienen títulos que podrían ser mal entendidos o tomados muy a pecho. Sin embargo, los presento porque considero que de vez en cuando no cae mal hacernos algunas preguntas, aunque sean un poco dolorosas, aunque no consideremos que se apliquen nuestra condición. Estas preguntas podrían incluir reflexiones como: ¿Soy mediocre o me comporto como una persona mediocre? Y si en alguna área de mi vida encuentro mediocridad, ¿por qué tendría que dejar esa condición? Y más aún: ¿Cómo puedo dejar de ser mediocre?, en caso de haberme dado cuenta de que lo soy.

La receta mágica es…

A ninguno de nosotros nos gusta la idea de pensar que somos mediocres, pero ya hemos dicho antes que la mediocridad es destructiva sólo cuando persistimos en ella, porque es entonces que iniciamos un inevitable descenso. Y persistimos en la mediocridad, cuando creemos que ya hemos alcanzado todo lo que podríamos haber alcanzado, es decir, cuando pensamos que no somos mediocres.

De alguna manera es paradójico que las personas de excelencia sientan que aún pueden dar más de sí (y de hecho, dan más de sí), mientras los mediocres creen que ya lo han dado todo, y mientras los fracasados lloran porque ellos nunca tuvieron mejores oportunidades de superarse. Con este panorama pintado en breves palabras, resulta interesante pensar que cuanto más me esfuerzo por demostrar que no soy mediocre, más me enredo en la mediocridad; pero cuando decidimos seguir la senda de la excelencia, lo que inevitablemente sucede es que dejamos de compararnos con los demás y comenzamos a crecer, a nuestro propio ritmo, es verdad, pero seguimos creciendo. Y entonces cabe preguntarnos: ¿Cómo puedo dejar de enredarme con la mediocridad para vivir la excelencia? ¿Hay alguna receta mágica? Y la receta mágica es… que no hay recetas mágicas para ser personas de excelencia, con calidad de vida y felices.

autoayuda-como-analizar-situaciones-tomar-decisiones-460x345-la1 Aunque vivimos en una época de velocidad, lamento no poder unirme a las voces que oigo por aquí y por allá, dentro y fuera del internet, prometiendo una vida feliz y abundante después de 10 ó 15 pasos. No puedo unirme a los gurús que prometen que con sus cursos (algunos bastante costosos, por cierto) develarán los secretos del éxito, porque sus cursos son los definitivos, los que tienen las fórmulas mágicas para una vida de riqueza y prosperidad. Y no puedo unirme a esas voces que son tan abundantes, sencillamente porque la vida es todo un proceso para el que no existen los atajos. Con esto no estoy queriendo desacreditar la labor que hacen quienes intentan ayudar a los demás a mejorar, sólo quiero poner en perspectiva que una vida de excelencia es mucho más exigente que aplicar una fórmula, porque el ser excelente vive su vida en base a principios.

Así que, la manera que conozco para responder a la pregunta de nuestro artículo de hoy, es la siguiente:

viaje 1. Tener un ideal. Cuando tenemos ideales reconocemos que puede haber personas mejores y peores que nosotros, pero no importa, porque lo que nos ocupa es seguir avanzando en pos de nuestros sueños.

2. Cuidar nuestros hábitos. La creación y perfeccionamiento de un hábito es todo un proceso de preparación y crecimiento. Romper con hábitos nocivos requiere mucho valor. El punto es que nuestros hábitos decidirán nuestro destino.

3. Aprender e internalizar Principios de Vida. El amor, la integridad, la gratitud, la fidelidad, la virtud, entre otros, deben dejar de ser meros valores sociales y deben volver a su justo sitio de Principios guiadores (regidores). Y para que vuelvan a su justo sitio, los Principios deben ser estudiados, meditados, pensados e internalizados, sólo así permearan nuestra vida.

4. Desarrollar relaciones fuertes. Siempre hay personas con las que se puede crecer, porque uno es mejor estando junto a ellas. Y para andar la senda de la excelencia, ¿qué mejor que ir acompañado de alguien excelente?

5. Dejar un legado. Viktor Frankl dijo: “Cada hombre debe decidir, para bien o para mal, cuál será el monumento de su existencia”. Y la manera de dejar un legado duradero en aquellos que nos rodean es integrando los cuatro puntos anteriores. Eso nos impulsará a dejar nuestra huella y nos impedirá acomodarnos en el punto medio donde yacen los sueños de muchos que decidieron que ya habían hecho suficiente. Dejar un legado, es estar dispuestos a vivir todo el proceso de una vida significativa, con sus luchas, caídas y equivocaciones, con sus victorias, avances y aciertos.

No ha sido mi intención escribir los títulos de este artículo y del anterior para herir la sensibilidad de ninguno de mis lectores. Quizás sirva de disculpa decir que, como todos mis escritos anteriores, la primera persona para la que escribo es para mí. Mi deseo es que ésta serie de cuatro artículo haya servido para profundizar (o al menos intentar hacerlo) en este tema que nos puede afectar de una o de otra forma y que al pensar en ello hayamos podido encontrar nuevas ideas, tal vez nuevas fuerzas, para seguir avanzando hacia la cumbre que hemos vislumbrado para nuestra vida.

gersonlogo-new Una recomendación final: Tal vez sería muy bueno que leyeras desde el artículo “¿Qué es Ser Mediocre?” hasta el artículo de hoy en forma corrida. Así tendrías todo el cuadro completo en una sola leída. La razón por la que escribí 4 artículos sobre el tema de la mediocridad es porque me permitiría explayarme en unas pocas ideas en cada entrega.

Hasta la próxima entrega de Vivir la Excelencia.

16 de noviembre de 2009

¿Por qué Dejar de Ser Mediocres?

derecho_laboral Para abordar la pregunta que da título a nuestro artículo de hoy es necesario recapitular un poco. En la entrega “¿Qué es Ser Mediocre?”, hemos dicho que podemos definir la mediocridad como conformismo: conformarnos con lo de media calidad, con lo normal, con llegar al menos a la mitad de la montaña. Y en el escrito “El Problema Real de la Mediocridad” hemos enfatizado que tomar esa actitud conformista es condenarnos inevitablemente a entrar en una espiral descendente de conformismo, fatalismo, negatividad y quejas, y he allí el problema real de ser mediocres.

¿Por qué?

Seamos francos, el mediocre tiene sus ventajas. De nuevo, no intento defender lo indefendible, sólo trato de poner en perspectiva la razón por la que hay que dejar de ser mediocres, y para ello, qué mejor forma que sondear las ventajas que tiene la mediocridad, luego sus desventajas y luego nuestras conclusiones.

¿Qué ventajas puede ofrecer la mediocridad? Si lo pensamos bien, el mediocre ha logrado cosas que el fracasado e indolente nunca ha intentado o soñado si quiera con hacer. Nadie podría acusar a una persona mediocre de no haber intentado algo, porque aunque llegan sólo a la mitad de la montaña, encuentran bastante seguridad psicológica para decirse a sí mismos que al menos lo intentaron. Además, el mediocre no siente sobre sí la presión de tener que avanzar hacia la excelencia, porque al medirse con los fracasados, se ve a sí mismo en una mejor posición, por lo que se siente conforme y en paz consigo mismo. El mediocre tiene buenos empleos, generalmente fijos, con buenos salarios. Seguro que tiene ahorrado algo en el banco y aunque trabaja horas extras, le queda algo de tiempo para salir con su familia o amigos. También es muy educado, tiene una o dos carreras, una maestría y sabe hablar dos o tres idiomas.

autoayuda-como-destrabar-problemas-tomar-decisiones-460x345-la Lo curioso es que las desventajas de la mediocridad surgen de las mismas ventajas que tiene, y esto es mucho más evidente si lo comparamos con los seres de excelencia. En esencia el ser excelente lo es por su constante ansia de crecimiento; no se preocupa por medirse con los demás, porque se mide con los ideales y estos siempre sobrepasan cualquier altura a la que creamos haber llegado. El ser excelente también estudia, pero tener un doctorado no es un prerrequisito para la excelencia, pues hay personas de excelencia que nunca han pisado una universidad. Mientras que el mediocre se contenta con al menos haber intentado algo, el ser excelente sabe que no está aquí sólo para pasar por la vida, sino para dejar un legado constructivo, un legado que inspire a las nuevas generaciones a dar lo mejor de sí. Tal vez la persona de excelencia no tenga un empleo fijo o buenos salarios, puede ser que incluso le toque padecer un poco de hambre, pero no por eso renuncia a sus sueños, pues esos sueños son su fuerza para seguir avanzando sin importar los obstáculos. Lo que hace a una persona un ser excelente son sus cualidades, sus ideales, su compromiso con sus sueños, entre otras cosas. Si tiene dinero, bien; y si no, bien también…

En conclusión.

Seguro que hay muchos huecos en la entrega de hoy, pero lo que he intentado es contrastar aquello que parecen ventajas de la mediocridad con la vida de constante búsqueda de la excelencia, para que respondamos personalmente a esa pregunta “¿por qué dejar de ser mediocres?”

Pero si me permiten un par de ideas, me gustaría sugerir que hay que dejar de ser mediocres porque…

3FA8FC1E02CA1D6B2B4A96D0CD16 … sólo así podremos ver alturas que antes no veíamos.

… dejaremos de compararnos con los demás para medirnos con los ideales de una vida con sentido.

… seremos felices al reconocer nuestra responsabilidad sobre lo que nos sucede.

… seguiremos avanzando por la senda de la excelencia, mientras el mediocre comienza su inevitable descenso.

Por eso, y por muchas razones que seguro ya has pensado, mi querido lector y mi querida lectora, hay que avanzar más allá de la mediocridad.

Hasta pronto y recuerda dejar tus comentarios a continuación…

3 de noviembre de 2009

El Problema Real de la Mediocridad.

preguntas Frecuentes En el artículo anterior hemos igualado a la mediocridad con el conformismo. La justificación para hacer tal cosa nos ha venido de analizar detenidamente la composición de la palabra en sí. Como hemos dicho, ser mediocres es conformarnos con lo normal, con lo bueno solamente y con llegar (al menos) a la mitad de la montaña. Pero dicha definición no pretende en ninguna manera ser absoluta, sino propiciar una reflexión personal sobre eso de ser mediocres o conformistas.

¿Es mala en sí misma la mediocridad?

El objetivo de este artículo es aventurarnos a preguntar: ¿Cuál es el problema de la mediocridad? ¿Es realmente importante hablar sobre esto? No podemos evitar tener juicios a priori respecto a estas preguntas, pero considero saludable suspender brevemente el juicio hasta haber reflexionado un poco. Lo más seguro es que lleguemos a las conclusiones que teníamos antes de iniciar nuestra reflexión, es sólo que ahora las reforzaremos con nuestro compromiso al habernos permitido pensar sobre esto.

En primer lugar, ¿es mala la mediocridad en sí misma? Sin pretender defender lo indefendible, en mi opinión, la mediocridad en sí misma no es mala (o negativa o perjudicial), al menos, en el corto instante en que es un punto. De hecho, parafraseando a José Ingenieros, la mediocridad sirve para que el genio (el ser excelente) apunte hacia la altura a la que el mediocre no puede llegar. La normalidad, lo de media calidad, sólo sirve para mostrarle al ser de excelencia que ya no es posible seguir a ése nivel, sino que hay que avanzar un paso más. De esta manera, el mediocre le sirve al ser excelente como alarma contra una actitud acomodaticia; aunque luego (y a veces a pesar del mediocre) el excelente termine sirviendo con sus ideas y progresos al otro.

En segundo lugar, ¿cuál es el problema real de la mediocridad? Enfatizo la idea de que la mediocridad no es negativa en sí misma, en el corto instante que es un punto en el que se hace necesario tomar una decisión. Vivir la excelencia es un viaje, una escalada si se quiere, en la que no siempre resulta sencillo mantener el ritmo. A veces nos cansamos, o incluso nos desanimamos; también tropezamos y hasta caemos. Entonces llegamos al punto en que hay que decidir. Y la decisión puede ser: seguir avanzando a pesar de todo (lo que hace el ser excelente) o contentarnos con haber llegado a la mitad de la montaña (lo que hace el mediocre). Pero cuidado, aquí es donde comienza el peligro real de la mediocridad y para ilustrarlo usaremos dos ejemplos: 1) Cuando tomamos un recipiente y lo llenamos de agua, el primer día el agua está limpia; pero, ¿qué sucede a la semana siguiente o al mes siguiente? El agua se ha descompuesto, pues es el resultado natural del estancamiento. 2) 016 Monte Elbrus Rusia Imaginemos que vamos subiendo por una montaña y a la mitad nos falta el aliento. Nos detenemos, por un momento, para tomar una decisión. En ese momento en que nos detenemos somos mediocres, pero no hay problema, hacer esa pausa no está mal en sí. Lo que hace la diferencia es la decisión que tomamos: Si decidimos avanzar, obviamente dejaremos el punto medio en el que nos detuvimos y llegaremos a nuevas alturas. En cambio, si decidimos que no podemos seguir porque el camino es demasiado difícil, lo que inevitablemente sucederá no es que nos quedaremos a la mitad del camino para siempre, sino que comenzaremos a descender por la montaña. De esta manera, la mediocridad no es un estado permanente, sino el momento en que se debe decidir.

Ahora, si es importante o no reflexionar sobre esto, es una cuestión personal que debemos enfrentar tarde o temprano. Ojalá sea temprano, porque entonces podremos ver más allá de las limitaciones personales o ambientales con las que debemos lidiar todos los días.

En resumen.

idea_bulb Me gustaría terminar este artículo haciendo un breve resumen de cuatro puntos: 1) La mediocridad tiene su lugar en el mundo, pero eso no significa que debamos acomodarnos (o contentarnos) en la mitad del camino. 2) La mediocridad es un punto en el que se debe tomar una decisión (por eso tiene su lugar en el mundo), y de la decisión depende el futuro de nuestras vidas. 3) Decidir seguir avanzando bajo la luz de nuestros ideales, aunque sea difícil, es vivir la excelencia y eso nos permite aspirar a nuevas alturas. Pero recuerda, aunque esto de las nuevas alturas puede ser diferente para cada uno; sin embargo, el estilo de vida será el mismo. 4) Decidir no seguir avanzando es condenarnos a un inevitable descenso.

Así, la mediocridad es caer en una espiral descendente de conformismo, fatalismo, negatividad y quejas, entre otras cosas, y es en el constante descenso donde se encuentra el verdadero problema del mediocre y de la mediocridad. Por tanto, debemos tener cuidado con contentarnos por haber llegado a la mitad del camino, porque podríamos estar propensos a descender si no elevamos la vista hacia la altura que nos espera.

Hasta la siguiente entrega.

23 de octubre de 2009

¿Qué es Ser Mediocre?

preguntas Una difícil pregunta para este artículo. Difícil, digo, porque la línea que divide lo subjetivo de lo objetivo (al dar una respuesta) es tan delgada que es posible pasarla sin darse cuenta del todo. Pero la pregunta es importante; de hecho, quizás hasta se haya convertido en urgente, debido a que responder a esta pregunta nos ayudará en el desarrollo de los ideales con los que hemos decidido vivir, o nos ayudará a ver la necesidad de comenzar por definir esos ideales para nosotros mismo.
La respuesta ¿fácil?
La respuesta lógica y fácil para esta pregunta podría ser: mediocre es no ser excelente. Pero la verdad es que necesitamos profundizar un poco más. Ya nos hemos preguntado antes “¿Qué es la excelencia?” y “¿Para qué sirve la excelencia?”, lo cual nos ha dado algunas ideas con las cuales trabajar para responder qué significa ser mediocre.el_hombre_mediocre_84105
  El ser excelente se distingue, como lo hemos dicho antes, por su indómita idea de seguir creciendo. Pero ¿qué es el mediocre? ¿Simplemente no desea crecer? ¿Simplemente no quiere distinguirse?
La palabra en sí es bastante interesante, pues describe algo de calidad media o de poco mérito, tirando a malo[1]. Y por el uso original de la misma, se puede decir que se refiere a lo cotidiano y normal[2], aunque la composición etimológica indique al que sólo es capaz de subir media montaña. ¿Pero qué significan todas estas acepciones en términos prácticos?
Desde mi punto de vista, muy subjetivo además, considero que las ideas que nos dejan en la cabeza las acepciones de mediocre pueden enumerase así:
Ser mediocre es:
preocupado-recesion 1. … Conformarnos con lo normal. El problema con esto es que nos volvemos volubles. Si alguien viene con una nueva idea, la rechazamos porque no podemos aventurarnos a cambiar lo establecido; pero cuando esa misma idea se ha popularizado, la abrazamos como si nosotros mismos la hubiésemos engendrado.
2. … Conformarnos con lo que es bueno solamente. Vamos, a todos nos gustan las cosas buenas, pero ¿qué si pudiéramos tener las mejores? El problema de conformarnos con lo bueno solamente, es que nos conformamos con ello porque ya estamos acostumbrados; y, en el peor de los casos, porque llegamos a pensar que no somos merecedores de lo mejor.
3. … Conformarnos con subir hasta la mitad de la montaña. O andar solo la mitad del camino, o luchar sólo la mitad de la batalla. Es interesante que el griego “ocris” que compone la palabra mediocre significa “montaña rugosa”, y que la raíz de donde proviene “ocris” implique “agudo, alto, extremo”[3]. Todos queremos dejar nuestra huella, crecer, dejar un legado duradero; pero el mediocre, cuando siente el rigor de la faena, se conforma con haber llegado “al menos” a la mitad del camino. Esto me lleva a pensar que el ser excelente y el mediocre, ambos, desean distinguirse, pero sólo uno está dispuesto a pagar el precio de seguir avanzando.
4. … Finalmente, Conformarnos. (Creo que el punto está bastante claro.)
Esta reflexión no pretende ser peyorativa, sino ayudarnos a describir un concepto un poco más ampliamente, a fin de reconocer rápidamente la mejor forma de cambiar el rumbo. Me gustaría saber qué opinan ustedes, por lo que les invito a dejar sus comentarios a esta entrega.
Hasta la próxima y a Vivir la Excelencia.

[1] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=mediocre
[2] http://estanoesmivida.blogspot.com/2006/01/mindundi.html
[3] http://etimologias.dechile.net/PIE/

14 de octubre de 2009

Entendiendo Bien la Crisis…

mundo-en-llamas Cuando escuchamos la palabra “Crisis”, por lo general vienen a nuestra mente imágenes negativas de la vida, del gobierno, de la familia, de la economía, etc. ¿Por qué? Es decir, si analizamos bien nuestros conceptos de crisis nos damos cuenta que en realidad no tienen por qué condicionarnos a sentimientos o pensamientos negativos. Es más, todo lo que falta, a veces, es ampliar un poco más el concepto para ver la mejor cara de la moneda.

Crisis = Momento para tomar una decisión.

La palabra en sí nos ha legado un poco de historia al provenir del latín crisis, que a su vez ha derivado del griego κρίσις (krisis); y ya esta palabra griega ha nacido del verbo krinein que tiene las siguientes connotaciones: separa, juzgar, decidir.

Ahora, pensemos en esto: A lo que nos referimos con crisis es a un momento de cambios, y aunque no podemos saber si lo serán para bien o para mal, al fin y al cabo son cambios inevitables, por cuanto vivimos en un mundo en el que todo cambia. Pero, aceptar cualquier cambio en forma meramente pasiva es realmente un problema, porque limita (cohíbe) nuestra capacidad para hacernos responsables de nuestras propias vidas. Aunque, quizás, el problema no sólo sea la limitación. Escribo esto porque si nuestra limitación fuera todo el problema, pronto lo notaríamos e intentaríamos cambiar eso. El problema mayor es creer que “así deben ser las cosas”, “que no hay nada que hacer”, con lo cual nos quedamos en el conformismo.

El origen griego de la palabra con la que estamos tratando nos invita a tomar decisiones, a juzgar lo que pueda ser mejor para nosotros en medio del cambio, a separar aquello que podría sumirnos en una catástrofe emocional, económica, familiar o de cualquier otra índole para tratar de quedarnos con lo que puede fortalecernos.

autoayuda-como-tomar-decisiones-correctas-460x345-la Entender bien toda crisis es saber que tenemos una parte activa en medio de ella. Tal vez nos quedamos sin empleo; tal vez no encontremos empleo; tal vez el matrimonio esté pasando por un momento difícil; tal vez los hijos han llegado a la adolescencia; tal vez estamos en medio de un accidente… Todos esos momentos son para tomar una decisión, por eso son momentos de crisis.

Es verdad que no podemos hacer muchas cosas; pero, para qué nos centramos en ellas si podemos concentrarnos en las que sí podemos hacer. Por ejemplo: Si estas en medio de un accidente y hay heridos, tal vez no conozcas primeros auxilios, pero tienes un celular para llamar a emergencias, y si no tienes un celular, al menos puedes colaborar para ayudar a los que no están tan heridos entre tanto que llegan las paramédicos. O que tal si no encuentras empleo o te despidieron del que tenías, ¿será mejor quedarse de brazos cruzados, quejándonos de lo injusto de la vida? ¿O será mejor, en lo que encontramos un nuevo trabajo, especializarnos en algo, poner una tiendita, enseñar algo de lo que sabemos…? Tal vez sea el matrimonio el que esté pasando por un momento de crisis, pero ¿debemos por eso permitir que la rabia, los celos, o el conformismo nos invadan? ¿Por qué no mejor hacemos…?

En el artículo “Que sea proactivo” transcribí un pensamiento que encaja muy bien en estas consideraciones sobre la crisis que hemos elaborado, y ese pensamiento lo transcribo de nuevo:

“Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio; en ese espacio se halla nuestra libertad para elegir la respuesta; en la respuesta se encuentra el secreto de nuestro crecimiento y desarrollo”.

Una breve conclusión:

optimismo-contra-la-crisis No estamos diciendo que enfrentar una crisis es algo fácil, de hecho, se supone que sea difícil; lo que queremos recordar es que aun en medio del peor conflicto, todavía podemos echar mano de nuestra capacidad para hacernos responsables de nuestras propias vidas. Vivir la excelencia es un viaje de crisis, es decir, de cambios constantes, pero vale la pena, porque de otra manera cualquiera podría ser un ser excelente sin ningún esfuerzo. ¿Estás enfrentando alguna crisis personal? No te preocupes, tú puedes elegir.

Hasta la próxima entrega.

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Te dejo un par de links donde puedes leer algunas aplicaciones del griego original:

http://es.wikipedia.org/wiki/Crisis

http://etimologias.dechile.net/?crisis

5 de octubre de 2009

Video: Steve Jobs

El video que quiero presentarles hoy no es mío… pero es uno de los mejores discursos que he oído (y visto por la red). Su mensaje es sencillo y directo, pero al mismo tiempo profundo y revitalizador. Si ya lo has visto, ¡qué bueno que hoy puedas recordarlo!; si no, ¡qué bueno que estás aquí para verlo…! Y sin más preámbulo les presento a Steve Jobs:

Steve Jobs - Fundador de Apple y Pixar

4 de octubre de 2009

Muy cerca del oro.

goldnuggetswithrock6x6_jpg En los días en que la fiebre del oro era endémica, un hombre decidió ir al Oeste a probar suerte. Trabajando en una mina se encontró con una veta de mineral brillante, así que discretamente cubrió la mina y fue a su casa a contar a sus familiares y algunos amigos su gran descubrimiento. Entre todos compraron la maquinaria necesaria para comenzar a extraer el precioso mineral y al instalarse de nuevo en la mina y sacar la primera carretilla supieron de inmediato que se volverían ricos, pues con unas cuantas carretillas más podrían saldar las deudas y luego se dedicarían a disfrutar en grande las ganancias. Pronto, sin embargo, todas sus ilusiones se vinieron abajo cuando la veta desapareció. Comenzaron a taladrar para escavar un poco más, pero al darse cuenta que no encontraban más oro, decidieron abandonar la empresa y vendieron su maquinaria por unos cuantos cientos de dólares a un chatarrero. A penas si reunieron lo necesario para pagar sus deudas.

El chatarrero llamó a un ingeniero experto en minas para que le hiciera una evaluación. Después de hacer la evaluación y presentar su informe, el experto le explicó que los dueños anteriores no estaban familiarizados con algo muy peculiar que llamaba “veta falsas”, pero según sus cálculos, a sólo un metro de donde habían dejado de cavar podría encontrar el precioso mineral. El chatarrero tomó la maquinaria y comenzó a escavar y ¡un metro después se encontró con el precioso oro que había dejado escapar la familia anterior![1]

No abandones tu sueño.

¿Cuántas veces nos ha sucedido eso a nosotros? Estando tan cerca de conquistar a la persona amada, de conseguir el aumento, de culminar la carrera universitaria, abandonamos todo porque de pronto parece que la mina de oro se ha agotado. Y nos olvidamos que el fracaso es muy irónico, siempre nos mete zancadillas cuando estamos más cerca de lograr el nuestra meta, quizás para probar si realmente estamos dispuestos a pagar el precio de avanzar en dirección de nuestras metas e ideales.

3128607011_8d1b9913c0 Si estamos dispuestos a seguir avanzando, entonces no ha habido fracaso en realidad, sino una lección que hemos podido digerir, aunque haya sido un poco dolorosa; mas cuando al ver los obstáculos retrocedemos amedrentados, entonces el fracaso se enseñorea de nuestras vidas y hay que decir que es un amo muy cruel, porque siempre nos recuerda cuan débiles e incapaces hemos sido.

Pero no podemos desmayar. Uno de los Apóstoles del cristianismo, Pablo, un día dijo que “nos somos de los que retroceden”. Tú estás destinado o destinada a dejar tu huella con tu vida allí donde vives, con quienes te relacionas. Abandonarte, dejar de lado tus sueños, dejar de luchar por tus ideales, es estar a un metro del oro y permitir que se te escape de las manos.

Tu mayor riqueza no está en la cuenta bancaria o en las propiedades, está en lo que puedes hacer con tu vida. Tal vez en el camino se presenten algunos baches, quizás haya rocas que mover, pero recuerda esta máxima de Molière: “Entre más grande es el obstáculo, más grandes es la gloria de vencerlo”. Dios desea que tú tengas prosperidad en todo, ¿qué deseas tú? Seguramente estás más cerca del oro de lo que piensas, sólo debes cavar un metro más.


[1] Napoleón Hill, Piense y Hágase Rico.

25 de septiembre de 2009

Decídete a Ser Feliz.

Abraham_Lincoln Hace algunos años me aprendí de memoria una frase atribuida a Abraham Lincoln que dice así: “Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo”. Esta frase no dejó de incomodarme un poco cuando la aprendí, pero por respeto al ilustre personaje que la había dicho, y por tener un poco de cultura general más “avanzada” me la trague. Como una espinita fue entrando por mis carnes, hasta que un buen día comencé a pensar seriamente en lo que podía significar esa frase y he aquí algunas de esas consideraciones:

1. Ser feliz es una decisión. ¿Significa que ser infeliz también es una decisión? Pues, la persona que decide ser feliz no necesariamente es multimillonaria, ni puede darse todos los lujos que quiera. De hecho, la razón por la que una persona es feliz, es porque ha decido concentrarse más en aquello que sí tiene, en aquello de lo que puede estar agradecida. En cambio, las personas infelices han decidido (tal vez inconscientemente) concentrar su mirada en aquello que les falta, o en lo mal que les va en la vida.

2. Decidir ser felices nos da libertad. No hay peor esclavitud que la de nuestra mente. Y hoy en día hay muchas personas esclavas de los problemas y angustias que los aquejan (y recuerda que ya hemos hablado sobre por qué tienen “muchos” problemas las personas). Seguramente tú conoces personas que dicen: “Me siento deprimida; yo sólo quiero pasar acostada; me dan unos grandes dolores de cabeza; y el doctor me ha dado una cantidad de medicinas, y me a prohibido que coma esto o lo otro, etc.” Y cuando, con toda la buena intención del mundo, tú les dices: “No te preocupes, confía, todo va a salir bien. Por qué no salimos a hacer algo, por qué no devoras un buen libro, haz alguna manualidad…” La respuesta inmediata es: “Sí verdad, pero es que me siento deprimida; yo sólo quiero pasar…” Ya sabes el resto.

3. Decidir ser felices no nos quita los problemas. Esta fue una de las conclusiones más difíciles que pude extraer de la frase de Lincoln, sencillamente porque, para ser franco, a mi no me gustan los problemas; así que pensé que si podía mantenerme feliz todo el día los problemas desaparecerían; pero, para mi sorpresa y consternación, estos estaban todavía en la noche… sólo que ahora los veía de forma diferente. La verdad es que aunque decidir ser felices no nos quite los problemas, nos permitirá verlos en su justa dimensión, para que no convirtamos a una hormiga en un elefante.

4. La felicidad no es un punto al cual se llega, es un camino. Algunos de los problemas de nuestra sociedad derivan del deseo de satisfacción instantánea, es decir, de querer experimentar emociones fuertes aquí y ahora. Pero la verdadera felicidad no es una emoción en primer lugar, es una actitud, es un estilo de vida. De hecho hay personas que son felices, aunque se los vea serios. Y así también hay personas infelices que le sonríen a todo el mundo.

ARCOIRIS Tal vez sea un poco idealista escribir estas reflexiones, pero las comparto sólo porque en verdad me ayudaron mucho (y lo siguen haciendo) cuando las cosas no pintaban bien. A veces hay lágrimas que derramar. A veces estamos tan cansados que preferiríamos tumbarnos de una vez por todas. La vida no es fácil, pero recuerda que se supone que sea difícil… Al final, tú y yo podemos hacer toda la diferencia si nos decidimos a ser felices. Y si deseas ratificar la validez de estas reflexiones, mira la vida de Abraham Lincoln, mira a aquellos que dejaron su huella en la historia después de innumerables trabajos, piensa si vale la pena vivir una vida de quejas y amargura. ¿Qué decides?

Hasta próxima y a Vivir la Excelencia.

14 de septiembre de 2009

Sigue Adelante, aunque tiembles…

Hace unos días ya, fui invitado a compartir con el proyecto del adulto mayor de la Fundación MANA. Yo debía dar una pequeña charla a estos señores y me pregunté qué podría enseñarles un jovencito como yo. La experiencia de ese día fue maravillosa, porque aunque pude compartir alguna lección, yo mismo recibí más de una, y de una de esas lecciones quiero compartir en esta entrega de Vivir la Excelencia.

Como decía mi mamá.

344143-The-Andes-across-the-Jama-Pass--Los-Andes-por-el-paso-de-Jama-0 Ahora imagina, querido lector o lectora, esta escena: En medio de mi disertación, y para hacerla más amena, comienzo a preguntar a los señores sobre sus experiencias. Ellos comienzan a abrirse, ya no me ven como un chiquillo extraño, sino como alguien que desea aprender (¡y vaya que lo deseaba!) y algunos de ellos me cuentan en breves palabras cómo han tenido que enfrentar sus temores, aprovechar las oportunidades o fabricarlas si era necesario. Entre ellos hay uno, con unos sesenta y ocho años, que me informa que muchas de las cosas que aprendió en la vida, las aprendió observando y probando, porque Dios le dio la capacidad de ver y aprender. Y entonces me dice:

“Un día llegaron unos ingenieros a la fábrica donde yo trabajaba a buscar a alguien que embobinara motores. Yo había aprendido a hacerlo y tenía mi esposa embarazada, necesitaba alguna entrada de dinero más fuerte y ellos la ofrecían. De la fábrica nadie se animó, pero por instancias de unos amigos yo me acerqué a uno de los ingenieros y le dije que yo podía ir con ellos, pero no de inmediato, sino en tal fecha (que era cuando comenzaban mis vacaciones). El día señalado llegué a mi nuevo trabajo y vi una cantidad bastante grande de motores con los cuales trabajar. Al principio pensé que era demasiado, pero entonces recordé lo que decía mi mamá: ‘Tiemblas esqueleto, pero adelante’. Así que puse manos a la obra y en poco tiempo estaba terminando con esa tarea. No regresé a mi antiguo empleo. Y cuando mi labor era poca, me pegaba a los ingenieros y otros empleados de mi nuevo trabajo, para hacer rutas donde ellos atendían otro tipo de maquinaria, la cual también aprendí a trabajar yo. ¡Imagínese que por temor no hubiese aceptado probar en el nuevo trabajo – me dijo terminando su historia –, cómo hubiera sostenido a mi familia que estaba creciendo!”

Aunque tiembles.

everest ¡Vaya historia! La lección que aprendí fue mucho más valiosa de lo que pude haber imaginado. “Tiemblas esqueleto, pero ¡adelante!” Sí, a menudo sentimos miedo de emprender el camino de nuestros sueños, porque parecen descabellados, porque nadie los comprende y nos miran como a bichos raros. Mas ¿qué importa? Es mejor avanzar, aunque temblando, que quedarse de brazos cruzados sin hacer nada en la vida y morir enojados porque otros (los locos que se atrevieron a soñar) vieron mejor fortuna.

¿Ahora qué vamos a hacer nosotros? ¿Seguiremos adelante, aunque a veces las nubes grises de la adversidad nos hagan temblar? Recuerda que tú y yo tenemos el privilegio de soñar y seguir nuestros sueños, no permitas que nadie ni nada te impida alcanzar tu máximo potencial. Sigue adelante y a Vivir la Excelencia.

2 de septiembre de 2009

¿Por qué Tienen Muchos Problemas las Personas?

th-angustia Tal vez la pregunta para nuestro artículo de hoy sea un poco extraña, después de todo, ¿quién no tiene problemas en estos tiempos? Pero, permítanme hacer una observación: la palabra clave del título de nuestro artículo es “muchos”. Piensa en esto: Si todos tenemos alguno que otro problema, ¿por qué  hay personas que creen tener todos los problemas del mundo?

La respuesta a la pregunta.

Hace poco leí una frase que me impresionó bastante, porque creo que responde de forma sencilla la pregunta del título de nuestro artículo de hoy. La frase dice así: “Solía pensar que la gente se quejaba porque tenía muchos problemas, pero aprendí que tienen muchos problemas porque se quejan” (Steve Jenks).

Es muy claro. Hay personas que tienen muchos problemas, simplemente porque se quejan de todo. Por sorprendente que parezca, hay mucha gente así. Si hace mucho sol, entonces el calor es un problema; si llueve, pues el agua es el problema; si hace frío, que no se puede hacer nada por el frío; si falta el dinero, que el gobierno no hace nada; si sobra el dinero, que algo debe estarse haciendo de forma ilegal para que haya tanto; si no se compra una casa, que es muy cara; si se compra una casa; que es muy cara también… y podríamos alargar esta lista bastante, pero creo que el punto está más que expuesto. ¿Ves por qué los que se quejan tienen muchos problemas?

Pero, si esto es cierto, cabe hacernos otra pregunta: ¿Por qué quejarse produce muchos problemas? Porque atraemos todo aquello en lo que nos concentramos más. Es decir, entre más nos concentremos en quejarnos de las cosas, atraeremos más cosas de las cuales quejarnos. Y es que la gente que tiene el hábito de quejarse de todo, no es capaz de ver las buenas cosas de la vida, sino las negativas.

autoayuda-como-destrabar-problemas-tomar-decisiones-460x345-la Ahora, la solución para los muchos problemas es sencilla: Debemos dejar de quejarnos. Problemas siempre habrá en la vida, ¿por qué vamos a darles más poder del que en realidad tienen? Hay un pensamiento popular que dice: “Si el problema tiene solución, ¿de qué te afliges? Y si no tiene solución, ¿de qué te afliges?”.

No te permitas tener más problemas de los que en realidad tienes, sólo comienza a concentrarte en aquello que puedes hacer para mejorar, para crecer, para desarrollar nuevas habilidades y verás cómo todo comienza a ocupar su justo sitio.

Si estás pasando por alguna situación difícil, déjame contarte una historia graciosa; el sentido del humor puede ayudarnos a relajarnos un poco, para poder pensar con más calma:

Dos viejos amigos se encontraron después de mucho tiempo sin verse.

- ¿Te casaste finalmente con la reina de belleza de la universidad? – preguntó Javier.

- No – respondió Raimundo –. No pude convencerla.

- ¿Pero por qué? ¿No le dijiste que la amabas?

- Se lo dije.

- ¿No le dijiste que tienes un tío millonario?

- También se lo dije.

- ¿Entonces qué paso?

- Ella ahora es mi tía millonaria.

Hasta la próxima entrega y recuerda: Ten éxito (es decir, sigue adelante) y vive la excelencia.

30 de agosto de 2009

Video: El Hábito

En el video para este mes hemos querido hacer una breve consideración al hábito. Esto es así porque el hábito subyace al desarrollo del carácter y la integración de los demás principios a la vida diaria. Espero que disfruten de este nuevo video de Vivir la Excelencia.

El Hábito-Vivir la Excelencia-Gerson E. A. Arenivar

26 de agosto de 2009

Breves Definiciones Etimológicas y Otras Consideraciones

Con la industria de la autoayuda en crecimiento, algunas palabras, digamos, especializadas, se han popularizado, convirtiéndose en parte importante del habla cotidiana. Entre ellas: éxito, fracaso, excelencia (que da el nombre a este sitio), mediocridad, metas, desarrollo, autoayuda, calidad… y algunas otras. Las palabras son importantes, sin duda, pero ¿qué queremos significar con algunas de ellas, por ejemplo “éxito”?

Definiciones etimológicas.

9877325 En este artículo no pretendemos ser exhaustivos, pero sí queremos abrir una discusión que resulté en la autoexploración de aquello que, a veces, damos por hecho. Aunque ya hemos hablado un poco de la excelencia y el éxito en artículos anteriores, no es posible agotar el concepto o las ideas relacionadas a esas palabras que hoy, espero que de una manera breve, vamos a considerar desde su formación etimológica, para ver qué luces pueden brindarnos respecto a nuestro propio camino; y, quizás, nos veremos en la necesidad de volver a alguna otra palabra para mejorar nuestra visión respecto al desarrollo de la excelencia en nuestra vida.

Como sucede con todo intento de definición etimológica, siempre es posible encontrar más de una historia, y más de una grafía detrás del origen de la palabra, pero tenemos esto:

Éxito, por ejemplo, según El Castellano, viene del latín exire que a su vez está formada por ex que se refiere a “salida” e ire que se refiere a “ir”. El sitio Etimologías, por otro lado nos dice que éxito viene del latín exitus. En ambos casos el significa llano es el mismo: salida, o ir de salida. Visto así, éxito es salir de una situación e ir hacia otra. Esto no destruye el concepto que hemos propuesto en el artículo “Éxito: Un Estilo de Vida”, sino que le da una nueva dimensión. Ya pasaremos a las otras consideraciones.

Ahora veamos la palabra Excelencia: En un diccionario latín-español de la red se define como superioridad, del latín excellentia-ae. En Etimologías se nos cuenta que la composición de la palabra latina es ex (salida, otra vez) y cella que derivó a su vez del griego kelo (κελο) cuyo significado básico es “lugar oculto o escondido”. A colación viene la palabra “excelente” de la que El Castellano hace alusión a algunos elementos ya dichos acá, pero agrega que se refiere a “ser superior”, en el sentido de situarse por encima de los demás. De esta manera, excelencia es salir de un lugar oculto hacia uno de superior calidad.

Otras consideraciones.

Considerando el sentido etimológico que tienen las palabras éxito y excelencia, creo que es prudente hacer unas breves consideraciones, en especial para aclararnos a nosotros mismos qué queremos significar al decirlas en nuestro cotidiano hablar. Tal vez no podamos saber lo que significa para quien las dice cuando sólo las escuchamos, pero sería muy bueno cuestionarnos a nosotros mismo, en especial cuando en nuestra sociedad se habla mucho del éxito.

Llanes_el_camino_hacia_la_luz Soy del parecer (aunque sin duda puedo equivocarme) que la palabra éxito ha sido deformada y colocada en un pedestal que no le pertenece. Se la ha maquillado con el disfraz del consumismo, de tal manera que incluso decir que es un estilo de vida puede ser muy ambiguo, si tomamos como referencia que la frase “estilo de vida” se usa mucho para vender zapatos, ropa, comida, tecnología, etc.

¿Deberíamos dejar de usar la palabra éxito? Claro que no, porque su acepción simple nos hace ver la importancia de salir de un estado de conformismo y falsa comodidad, e ir en busca de nuevos horizontes (acordes a una visión clara de nuestro propósito en la vida). Pero, eso implica que el éxito no es el “resultado de”, sino “el primer paso” para comenzar a vivir una vida de excelencia, es decir, una vida que salga de lo oculto de la mediocridad hacia el desarrollo de un carácter superior. Y, quizás, más que el primer paso, el éxito es el motivador constante de la excelencia para seguir avanzando, pues como dijo Francis Nichol: “Cuando llegas a comprender cabalmente la raíz del significado de la palabra ‘éxito’, descubres que quiere decir ‘sigue adelante’”.

Entonces, ser exitoso es reconocer que necesitamos ser excelentes. Y cuando reconocemos eso nos damos cuenta de por qué muchos grandes hombres y mujeres que usaron la palabra éxito siempre la asociaron a ideas como “seguir adelante”, “perseverar”, “ser constantes”. Pero más aún, y frente a la posibilidad de que creara confusión, algunos la pusieron en contraste con una palabra que define mejor a un ser superior: el mérito. A este respecto, Víctor Hugo dijo: Es una cosa bastante repugnante el éxito. Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres”. Y, en esencia, la RAE define mérito como digno, merecedor, benemérito.

gersonlogo-new De nuevo, esto no pretende ser exhaustivo, pero me gustaría constar con sus observaciones, con sus experiencias. En mi propia vida, puedo decir que, a veces, he intentado alcanzar cosas creyendo que con ello seré “feliz” sin darme cuenta (hasta hace muy poco, cuando comencé a escribir aquí en Vivir la Excelencia) que ser feliz es el resultado de andar por el camino correcto, el camino de la excelencia. Este camino para nada es fácil, a menudo se debe llorar mucho, pero sé que la única manera de dejar nuestra huella, es dar lo mejor que tenemos: nosotros mismos, a una causa, a un sueño… Y ahora ¿qué me dices amigo o amiga? ¿Estás listo o lista para salir?

7 de agosto de 2009

Éxito: Un Estilo de Vida – Parte 2.

exito00 Ahora vamos a continuar considerando la definición que hemos esbozado en la primera parte de este artículo, con el fin de profundizar en eso que queremos decir al definir al éxito como un estilo de vida.

¿Qué es un estilo de vida?

Sencillamente, nuestros pensamientos dominantes, nuestras palabras, los temas más frecuentes de nuestras conversaciones, nuestros hábitos y costumbres, los objetos que nos rodean e, incluso, las personas con las que nos relacionamos. Todo eso (y seguro que algo más) conforma “un estilo de vida”. Es evidente que, visto así, volveríamos a la pluralidad de decir que el éxito es algo diferente para cada persona, y yo estoy plenamente de acuerdo con eso, pero sólo en lo que respecta a los resultados que buscamos, porque (en mi opinión personal) debe existir algo así como una columna vertebral, hitos demarcadores en el camino de la excelencia que es el mismo del éxito.

exito_fracaso1 Alguien ha dicho que «la definición de éxito no es la misma para dos personas… El proceso, sin embargo, es el mismo para todo el mundo». Y, de nuevo, creo que esto es acertado si definimos el éxito con los resultados que deseamos o que alcanzamos. Pero, según pienso, lo que nos hace exitosos o fracasados no es aquello que logramos o dejamos de lograr, sino el proceso. El mismo autor de la frase anterior, quizás en una revisión de sus ideas, hace una definición mejor: «El éxito es un viaje». Es decir, es la razón por la que nos levantamos todas las mañanas, es el sueño que nos inspira a seguir avanzando a pesar de todo, es una construcción diaria, es la formación de nuestro carácter y nuestra personalidad. ¿Acaso no hay personas que bien podrían definirse como exitosas por todo lo que han logrado y, sin embargo, sus vidas se desmoronan en alguna área? Si hay personas así, no es porque no han definido lo que para ellas significa el éxito, sino porque han olvidado que el verdadero éxito, en primer lugar, es un estilo de vida.

El Todo.

sinergia macramental Los seres humanos (y la naturaleza misma) somos sinérgicos, somos una totalidad y no sólo una de nuestras partes. Aunque distintas ramas de estudio dimensionen al hombre, el hombre mismo es mucho más que una dimensión aislada, es todas esas dimensiones (social, emocional, espiritual, intelectual, física) que conforma un todo mayor que la suma de sus partes.

Siendo esto así, pienso que el éxito verdadero es sinérgico también. Es decir, el éxito en un área debe potenciar las demás áreas. Proponer esto no significa que hemos de ser infalibles en todo, porque los errores son parte esencial de nuestra vida; ellos nos ayudan a madurar, a crecer, a definir mejor los objetivos que queremos alcanzar. Proponer que el éxito es sinérgico es reforzar la idea que hemos venido desarrollando: debe afectar toda la vida y no sólo una parte de ella, después de todo, ¿qué clase de éxito es el que se enfoca en una sola dimensión, a corto plazo, sin ayudar a desarrollar las demás dimensiones? A largo plazo se convertirá en un fracaso.

Entonces, las personas verdaderamente exitosas lo son por su estilo de vida. Sin importar cómo cuantifiquen el éxito, toda su vida se enfoca en vivirlo en cada dimensión: Sus pensamientos dominantes los fortalecen cuando enfrenta la prueba; sus palabras los animan cuando se sienten desmayar; los temas de sus conversaciones más frecuentes son sus sueños, aunque a algunos les parezcan locuras; sus hábitos y costumbres les aseguran un ritmo estable, aunque no son para nada monótonos, porque disfrutan de la vida; se rodean de objetos que realmente les ayuden a recrearse, esto con el fin de mantenerse frescos para la acción; y sus amigos son personas con las que puede hablar en serio de hacer grandes cosas, porque las personas de calidad se atraen mutuamente.

Gerson E. A. Arenivar ¿Lo ves? El verdadero éxito es un Estilo de Vida. O como lo dice Whit Hobbs: «El éxito es despertar por la mañana, quienquiera que seas, dondequiera que estés, joven o viejo, y saltar de la cama porque hay algo que te gusta hacer, en lo que crees, para lo que eres bueno. Algo que es más grande que tú y que difícilmente puedes esperar para retomarlo hoy».

Es mi deseo que disfrutes de este estilo de vida, y si este artículo te ha sido útil, invita a tus amigos a leerlo, coméntalo, pule estas ideas. Hasta pronto y a Vivir la Excelencia.

30 de julio de 2009

Éxito: Un Estilo de Vida – Parte 1.

exito-leyenda-logo01 Yo creo que todo el mundo quiere tener éxito en la vida. Después de todo, las personas exitosas se ven más felices, más completas. De allí que la industria de la autoayuda, el éxito, la motivación (y hasta la de los negocios on-line que prometen tanto) tengan un mercado muy amplio, porque siempre parece descubrirse el último gran secreto del éxito, el santo grial de quienes tienen mucho dinero, mujeres bonitas (u hombre guapos), tiempo para la familia, entre otras muchas cosas que deseamos. Entonces devoramos cientos de libros (o al menos los hojeamos lo suficiente para tener claro de qué tratan) y comenzamos a aplicar una tras otra las sugerencias, esos consejos que nos aseguran que pronto estaremos en la cima del mundo.

El sube y baja.

Durante un tiempo todo va bien, pero inevitablemente encontramos baches (como es natural en la vida) y nos lanzamos de nuevo a la búsqueda de otro nuevo descubrimiento que aplicar a nuestra existencia, y así volvemos a sentirnos cómodos… por un tiempo.

La verdad es que no podemos abstraernos al hecho de que la vida tiene sus altos y bajos. Incluso con los mejores pensamientos, o con toda la motivación del mundo, hay ocasiones en las que al llegar la noche nos sentimos cansados, tristes, quizás hasta solos. ¿Han fallado los tantos volúmenes que hemos leído sobre el mejoramiento personal? ¿Nos mienten los afamados gurús de la autoayuda? ¿Sólo quieren hacerse ricos a costa de los bolsillos de quienes buscamos aprender cómo lograr alcanzar aquello que queremos? O, tal vez, deberíamos hacernos otro tipo de pregunta por no generalizar: ¿Qué es realmente aplicable de todo eso que se predica? ¿Quién está escribiendo por ganar dinero y quién por servir? Pero de todas maneras son preguntas que no podemos responder tan completa y acertadamente como quisiéramos.

Definiciones.

Ahora bien, hay algo de lo que se cuidan mucho la mayoría de los autores y conferencistas motivacionales, y es de dar una definición de éxito. ¿Por qué? Porque definir algo que tantas personas buscan podría ser contraproducente, en especial si para alguien esa definición no funciona (pues todo lo que queremos de algo es que funcione para nosotros, en nuestros términos). Y de hecho, se debe ir con cautela en este terreno, porque sin duda alguna la concepción del éxito es diferente para cada persona, en cuanto a los resultados que buscan en la vida.

Sin embargo, quiero aventurarme, aun si me equivoco, a dar una definición del éxito, entresacada de mi experiencia y de la lectura. Mas debo advertir: Esta definición no funciona en nuestros términos. Exige que estemos dispuestos a hacer nuestra parte, viviendo de una manera específica, sin importar los resultados que creemos que nos harán exitosos, porque los resultados vendrán después.exito1

El éxito, es un estilo de vida. Listo, ésa es la definición, sencillamente “el éxito es un estilo de vida”.

En la próxima entrega continuaremos con estas consideraciones. Espero sus comentarios y observaciones, espero que ésta reflexión haya logrado su cometido: Servirte en el desarrollo de este viaje que es Vivir la Excelencia.

20 de julio de 2009

Se busca un hombre… y una mujer.

Diogenes_looking_for_a_man_-_attributed_to_JHW_Tischbein Se cuenta que en la antigüedad, cuando vivía el sabio Diógenes, éste salió un día a plena luz del sol con una antorcha, alumbrando con ella el rostro de cuantos hombres encontraba y repetía mientras tanto “¡Busco a un hombre!”.

La búsqueda.

“Busco a un hombre”, sí, pero no sólo a un hombre, sino también a una mujer; mas no sólo a uno de cada género, sino a todos aquellos que tengan ideales y luchen por ellos. Considero que ésa misma búsqueda de Diógenes debe ser reiniciada hoy, y sin embargo, el primer lugar donde deberíamos comenzar a buscar no es en las plazas, ni en los mercados, sino en nuestro propio corazón, en nuestra propia intimidad donde no tememos ser realmente quienes somos, sin preocuparnos por los convencionalismos tradicionales con los cuales nos han pre-programado durante mucho tiempo.

Realmente se busca a un hombre y a una mujer, de altos ideales, con metas, que viven con estándares que sobrepasan a los de la mayoría, que viven la excelencia. Se buscan hombres y mujeres que se mantengan firmes frente al deber, que no teman defender la justicia, que no se compren, que no se vendan, que sean auténticos en sus caracteres, fieles en su vida. El mundo necesita esta clase de hombres y mujeres; y los necesita aunque no lo admita, ya que a veces parece más fácil dejarse llevar por la corriente de la multitud, pero para los seres excelentes no existe el “a veces”, sencillamente porque no están dispuestos rebajar sus ideales sólo por el temor de ofender a quienes no los poseen. El ofendido, tendrá que contentarse con ver de lejos lo que significa vivir una vida exitosa.

Exitosa, sin embargo, no significa exenta de cuidados y de luchas, sino alegremente dispuesta a seguir creciendo y aprendiendo, por lo que quien ve en el mal que le sobreviene una oportunidad, saldrá exitosamente fortalecido.

¿Eres tú?

hombre_de_vitruvio Finalmente, ¿eres tú el hombre o la mujer que la vida anda buscando? ¿Estás escuchando el llamado a vivir una vida de excelencia, ahora, cuando a veces se piensa que tener firmes principios y claros ideales es anticuado? Digo que a veces se piensa, porque parece que un pequeño, pero creciente número de personas está volviendo a reconocer que se necesita más que pensamientos positivos, más que teorías motivacionales, más que terapias… Lo que se necesita es volver a vivir un estilo de vida, guiado por principios, que fortalezca el carácter. Si Diógenes saliera hoy en tu ciudad con su antorcha a pleno mediodía, y te encontrara por el camino, y alumbrara tu rostro, ¿crees que por fin podría acabar su búsqueda y decir: “éste es el hombre (o ésta es la mujer) que andaba buscando”?

¡La respuesta está en ti, encuéntrala y a Vivir la Excelencia!

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