27 de enero de 2010

¡Cuidado con la Masa! - 2

tapiz vivir 2010 En el artículo anterior hemos dicho que la masa se alimenta de una forma de pensar. Esta forma de pensar se alimenta de una fraseología muy indefinida (por lo común que es), pero con suficientes elementos llamativos como para que cada uno la interprete como mejor le acomode. Y finalmente, esta fraseología se alimenta de la masa, de sus temores, expectativas e ilusiones.

El problema es que, en la enmarañada industria de la autoayuda, parece difícil hacer una línea de demarcación capaz de clarificar quién está hablando superficialmente y quien con sustancia. Esta dificultad, de nuevo, se debe al nebuloso uso de términos tan semejantes, tan sonoros, tan espirituales, tan elevados, que al parecer sólo se necesita tener la mejor verborrea, el mayor carisma, las mejores técnicas de proyección, a fin de ser el experto de moda; pero si no se tiene eso, basta con tener suficiente dinero como para hacerse una conveniente propaganda y todo listo.

El problema de la masa.

No uso la palabra “masa” en forma peyorativa. No intento ser ofensivo, tan solo pretendo hacer una diferenciación que pueda ser contrastada con un estilo de vida de excelencia personal. Por otro lado, a medida que he ido escribiendo nuevos artículos para Vivir la Excelencia he tratado también de ir alejando el concepto de excelencia personal del concepto de autoayuda, porque como he dicho más arriba, esa es una industria donde nacen numerosos expertos en los síntomas cada día, pero la excelencia personal ataca las causas, la raíz del problema de la masa. Pero, ¿cuál es el problema de la masa? En realidad, tal vez no sea sólo un problema, pero bien podríamos identificar al menos uno de sus problemas: El Miedo.

145368 Es miedo a pensar, miedo a parecer inadecuados si no se está al tanto de la última técnica PNL, miedo a que las expectativas personales no se ajusten a la sociedad, aunque las expectativas sociales disten mucho de estar fundadas en principios de vida, etc. El miedo hace que la masa se aferre a esa forma de pensar que la llena de promesas, de palabras de ánimo y apoyo, mientras lo que sucede en verdad es que todo lo que tiene (dinero, tiempo, energía) se lo gasta intentando seguir esas fórmulas que han de ser tan efectivas porque han sido probadas en más de 60,000 personas alrededor del mundo, cuando la población mundial anda por los 7mil millones. ¿Sólo un 8 % de la población es feliz?

Lo que se necesita es sustancia.

Definitivamente lo que necesitamos es sustancia, no el lenguaje sincretista de la moderna autoayuda; un lenguaje en el que todo es bueno, todo sirve, todo depende del nivel de consciencia. Es verdad que debemos crecer, desarrollarnos; es verdad que necesitamos una consciencia más profunda y clara de nuestra misión en la vida; sin embargo, este desarrollo debe estar fundado en principios que afecten el desarrollo de nuestro carácter, que ocupen el núcleo de nuestra vida.

Tiempo hubo en el que el desarrollo de las virtudes del carácter era visto como fundamental para triunfar en la vida. La perseverancia, el valor, la preparación, los ideales (entre otras cosas), no eran una mera afirmación motivacional, ni una técnica de la personalidad. Las emociones (tan manipuladas hoy en día) estaban en su justo sitio: como accesorios de la voluntad. Y la voluntad, unida a un claro sentido de propósito, marcaba la diferencia entre los excelentes y los mediocres.

Pero, ¿es posible ver la diferencia? Como anteriormente hemos dicho, aunque en la superficie la línea que demarca la forma de pensar de la masa y el sistema de desarrollo de la persona excelente parezca borrosa, al profundizar un poco se puede ir viendo con claridad lo que sostiene a la masa y a la excelencia. El problema no está necesariamente en las palabras o en las expresiones. Tanto la masa como la excelencia usan pensamientos como “el éxito depende de ti”, “piensa en grande y harás cosas grandes”, “si quieres resultados distintos no hagas siempre lo mismo”, “atraes aquello en lo que más piensas”… y muchas expresiones de este tipo. Vuelvo a repetir: el problema no está en esos enunciados en sí, sino en lo que los sostiene. Mientras la masa se desenvuelve en el terreno de las técnicas y los éxitos, el ser excelente trabaja en el estilo de vida, en el cultivo de las facultades, en el desarrollo armonioso de un carácter equilibrado, que obviamente dará éxitos, pero lo mantendrá también caminando siempre por la senda de la excelencia.

En conclusión.

la excelencia2 Así, aunque es evidente que no he podido ser exhaustivo en este artículo en dos partes, lo que sí he querido es abrir la reflexión. Después de todo, “somos los arquitectos de nuestro destino”, por lo tanto, cada elección es importante, cada reflexión es importante. No he escrito este artículo para que nos volvamos paranoicos buscando fantasmas donde no los hay. Sino que he escrito para incentivar una recapacitación sobre la necesidad de desarrollar un estilo de vida de excelencia. Este estilo de vida nos mantendrá alerta en cuanto a la sustancia (o falta de ella), cuando escuchemos o leamos sobre los últimos gritos de la moda de la autoayuda.

Recuerda: “En todo momento el hombre debe decidir, para bien o para mal, cuál será el monumento de su existencia” (Viktor E. Frankl).

Hasta la próxima entrega.

22 de enero de 2010

¡Cuidado con la Masa!

Mientras leo e investigo por la red qué es lo “nuevo” que se está cocinando en torno al desarrollo personal, me sorprende toparme cada día con una interesante proliferación de expertos, todos ellos con la “fórmula correcta” para explicar los misterios de la vida, de las relaciones, de la riqueza y del amor; pero al oírlos (o leerlos) es sorprendente cómo, a pesar de la inmensa promesa implícita en sus hipnotizadores encabezados, siguen diciéndonos sólo lo que es inevitablemente obvio o, peor aún, sólo lo que queremos oír.

Como he dejado claro en artículos anteriores, no es que yo pretenda dar con la última fórmula alquímica para el éxito y la felicidad, porque en realidad, y seguro que si has leído más de un artículo mío lo habrás notado, mi propuesta es que el éxito, aunque importante para nuestra realización, es apenas un peldaño en todo el proceso de crecimiento; luego viene la excelencia, que es todo un estilo de vida signado por principios elevadores.

Recapitulando un poco.

exito1 Por ejemplo, en el artículo “El Éxito: Un Estilo de Vida”, hemos partido de la concepción popular de que hemos de realizarnos cumpliendo nuestras metas y sueños, pero hemos querido hacer claro que el hecho de alcanzar el éxito en ciertas áreas de la vida no hace a nadie un ser excelente, porque la excelencia es más que alcanzar el éxito, es seguir avanzando más allá de él y mantener el equilibrio adecuado en todas nuestras facetas: lo cual puede ser muy variado para cada quien porque somos individuos únicos, con idiosincrasias, hábitos, metas y sueños únicos, con el propósito de ser más que meramente integrantes pasivos de la masa.

En este punto la cosa se complica un poco más: ¿Qué quiero decir exactamente con eso de “la masa”? ¿Es posible ser parte de “la masa” y sin embargo creer que no se es parte de ella? Me gustaría sugerir que en mis artículos “Construyendo la Excelencia Personal”, “La Fuerza para Vivir en la Excelencia”, “Breves definiciones etimológicas…” y “¿Qué es ser mediocres?”, (entre otros) se encuentra una semillita que nos puede ayudar a responder estas dos preguntas, pero en éstas pocas líneas quiero que las consideremos un poco más (al menos la primera en éste artículo).

Definiendo la Masa.

La masa no es necesariamente una mayoría ignorante o fracasada; es más, el gran peligro de la masa es la comodidad en la que vive por saberse un peldaño por encima de aquellos que socialmente llamamos parias. Dicho esto, la masa es en realidad una forma de pensamiento alimentada por una fraseología de autoayuda bastante popularizada, que es capaz de llegar a todo el mundo por lo general e inespecífica que es. Esta fraseología es común y por lo mismo un terreno fértil para proponer esas ideas “radicales”[i] de los gurúes del desarrollo personal, ideas con las cuales la masa se siente cómoda, porque aunque los expertos hablan de “sacudir paradigmas” la verdad es que se siguen quedando en la superficie del éxito. Por eso, como personas de excelencia (que buscamos la excelencia cada día), es indispensables estar alertas para no quedarnos en la superficie de las palabras, sino ser un poco más críticos para buscar el fondo del asunto.igual-uniformidad

Así pues, la masa no es un sistema de pensamiento, sino sólo una forma de pensar que se perpetúa a sí misma. ¿Y cómo se perpetúa a sí misma esta manera de pensar? Limitando nuestra capacidad individual para decidir vivir con responsabilidad. Piensa, por ejemplo, en lo que realmente quiere decir el experto cuando dice algo como esto: “Si sigues haciendo lo mismo, no esperes resultados diferentes” o de esta otra forma: “Si no quieres los mismos resultados, no hagas siempre lo mismo”. Aunque el pensamiento en sí es muy bueno, y fue esbozado por uno de los mayores genios de nuestro tiempo, ¿qué es lo que realmente quiere decir el experto? Lo que generalmente quiere decir es algo así: “Todo lo que tú hayas probado o intentes probar está condenado al fracaso, a menos que hagas exactamente lo que yo te diga en mi fórmula de los 5 pasos para alcanzar el éxito y la felicidad y la libertad financiera y…”

Tal vez exagero; pero es que al releer mis artículos me he hecho la pregunta crítica de si sólo he alimentado una forma de pensar, la de la masa, o si por el contrario, he servido a mis lectores para que vean un poco más detenidamente la importancia de elevar la norma. En el fondo del asunto, la masa no tiene ni raíz, ni propósito, ni identidad, aunque se sigue alimentado de  palabras de autoayuda para fortalecer su autoestima. En el fondo del asunto, las personas excelentes lo son por elección, porque han decidido forjarse altos ideales, vivir con libertad y responsabilidad, y servir. el_hombre_mediocre_84105La línea de demarcación entre la masa y la excelencia puede parecer delgada en la superficie, mas al profundizar un poco es posible notar que todo lo que sostiene a la masa es una repetición casi cacofónica de ideas y conceptos y sentimientos que escasamente comprende; en cambio, a la base de la excelencia se encuentra la virtud y la verdad, características fundamentales de los verdaderos principios de vida. La excelencia no admite atajos, y sin embargo es el camino más rápido y seguro para ser la diferencia que queremos ver en el mundo. La excelencia es exigente, por eso la masa prefiere quedarse sólo con el éxito.


[i] Admito que he usado un poco de sarcasmo al escribir “radical”, porque cuando se ve en profundidad lo que están diciendo muchos de estos expertos, en realidad es un poco más de lo mismo de la cultura del éxito inmediato en la que vivimos.

11 de enero de 2010

Vive Este Día…

la excelencia 3 Mientras revisaba algunas estadísticas en donde he hecho aparecer mi sitio, con el propósito de ir evaluando el proceso de posicionamiento que tiene en la red, para poder llegar a más personas a fin de servirles con los humildes pensamientos que escribo, me di cuenta de algo que me pareció interesante: Aunque en varias ocasiones mi blog ha podido estar hasta en cuarto lugar, a veces en tercero, no he podido acceder todavía a las dos primeras plazas. Esto no es lo interesante. Lo curioso es que los dos primeros lugares se los han alternado dos sitios cuya temática es: uno sobre servicios fúnebres y el otro sobre supersticiones, es decir, sobre esos intentos de definir y predecir la personalidad y oportunidades de un ser humano mediante (lo que yo llamo) supercherías. Y eso me hizo pensar en lo siguiente:

Uno de nuestros mayores temores

Uno de los mayores temores que enfrentamos los seres humanos es el temor a no tener el control. Pensemos por un momento: ¿Por qué nos preocupamos tanto por los seguros de vida, o por los arreglos funerarios? Porque como la vida es tan impredecible, es mejor tener el control de lo que nos puede llegar a pasar. Otra pregunta: ¿Por qué hay tanta gente que acepta las explicaciones mágicas y mistificadas de astrólogos, numerólogos, tarotistas, etc.? Porque como la vida es tan impredecible, es mejor tener el control “sabiendo” lo que puede llegar a ocurrirnos en el día según nuestros números favoritos o signo de nacimiento.

Claro que, respecto a los arreglos funerarios, no es que vamos a esperar hasta el último momento, pero lo que quiero destacar es que, muchas veces nos concentramos tanto en cosas que pueden o no pueden pasar, que nos olvidamos que tenemos una vida que vivir AHORA. Pero lo más triste, dejando de lado el asunto de las funerarias, es que para intentar ganar un poco de control sobre la vida, haya muchas personas dispuestas a renunciar a su voluntad para aceptar “la voz de los astros”, o de los números, o de las cartas, o incluso de los espíritus. Escribo que es lo más triste, porque ese tipo de creencias tienen el poder de limitar nuestra verdadera identidad a tal punto, que es posible terminar siendo sólo el producto de una mente que no es la nuestra.

o_bola-cristal Ni la astrología, ni el tarot, ni la mediumnidad, ni la numerología, tienen validez científica o espiritual. Son tan sólo la manera de escapar a nuestra propia responsabilidad en la vida. Respecto a la astrología, es importante notar el retraso que tiene en contraste con la astronomía. Esto se hace patente cuando se considera que “desde el año 150 a.C., cuando se cristalizó el actual sistema astrológico, el Zodíaco se ha corrido una casa completa… Esto significa que todos los que creen que nacieron bajo el signo de Libra, en realidad nacieron bajo Escorpio, y todos los que creen que nacieron bajo Escorpio, realmente nacieron bajo Sagitario. Por lo tanto, la astrología moderna no tiene nada que ver con los planetas o las estrellas reales, sino tan sólo con astros ficticios[1]. (La negrita es mía.)

Vivir Hoy

Por esa razón, justo en este primer artículo de Vivir la Excelencia para el 2010, es importante reconocer que, aunque no tengamos el control sobre lo impredecible de la vida, tenemos el desafío de vivir este año bajo nuestros ideales, nuestros sueños y nuestras elecciones. Nada ni nadie puede imponernos una manera de ser, a menos que lo permitamos. Ni las estrellas, ni los números, ni las cartas pueden tomar el lugar de la invencible voluntad del que tiene una meta, una verdadera estrella que alcanzar. Por eso:

si hoy fuera el dia Vive este día como si fuera el último, porque hoy tienes la oportunidad de hacer la diferencia dondequiera que estés, con quien sea que te relaciones…

Vive este día para triunfar, porque tú eres un ser excelente y como tal tu vista está puesta siempre en el horizonte, sin importar que la tormenta amenace…

Vive este día como la antesala de lo que ha de ser tu nuevo año, porque las elecciones que hagas hoy son las únicas que afectarán tu futuro…

Vive este día para dar lo mejor de ti, para amar, para forjarte nuevos hábitos, para crecer

Hoy es tu momento y el mío. Hoy podemos dar un paso más para vivir la excelencia. Hoy podemos tirar a la basura todo aquello que nos estorbó el año pasado. Hoy nuestro viaje puede ser diferente, si estamos dispuestos a pagar el precio de ser los responsables de nuestras propias vidas. ¿Qué vendrá mañana? No lo sabemos con certeza, pero lo que sí sabemos es que si estamos vivos hoy, es porque aún tenemos una misión que cumplir. ¿Aceptarás el desafío de vivir en la excelencia un año más, es decir, un nuevo año?

¡Qué tengas un año próspero es mi deseo para éste 2010!!!


[1] Eternity, octubre de 1970. Citado en La personalidad triunfadora del joven moderno, Sergio Collins y en Credos Contemporáneos, Daniel Scarone.

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