17 de noviembre de 2008

La Fuerza para Vivir en la Excelencia.

En dos artículos anteriores hemos hablado un poco sobre Benjamín Franklin, sobre sus virtudes y sobre su calidad personal. Y justo en éste artículo he querido que nos explayemos juntos en el común denominador entre Franklin y todos los hombres y mujeres de excelencia que han vivido en este mundo: La Virtud.

Y, ¿qué es la virtud? Pues, voy a recurrir al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para definir ésta palabra, y aunque allí aparecen varias acepciones sólo comentaré tres de ellas.

Virtud: del Latín, virtus.

meditar4 1. Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos.

Es decir, no indolencia, no acomodamiento, sino actividad; hacer algo para producir resultados, para causar resultados. Una persona virtuosa no se sienta a esperar que las cosas sucedan, más bien se levanta y trabaja, con ambas manos, con objetivos claros sobre lo que quiere ser y hacer. Sabe que el precio que debe pagar es la adversidad, porque la única manera de vivir sin problemas es hacer nada, estar inmóvil, pero eso no es parte de un hombre ni de una mujer de excelencia, pues la virtud impulsa a ambos a tomar acción.

2. Poder o potestad de obrar.

Que no se rinden ante las circunstancias, que no se sienten maniatados por las limitaciones reales o percibidas que los rodean, pues saben que tienen el poder de decidir qué harán de su vida. Tal vez su elección esté reducida, es cierto, merced a la opresión física, mental, emocional o espiritual, pero aún así usan el espacio que tienen como la potestad de soñar con cosas diferentes, y luego vivir (obrar) en consecuencia. Estos hombres y estas mujeres son verdaderamente los arquitectos de su propio destino, y lo saben.

3. Integridad de ánimo y bondad de vida.

Son completos en su valor, esfuerzo, energía, intención y voluntad. No se comprometen con la mediocridad, pues eso mancharía su carácter, y por ello a veces nos parecen extraños, pues buscan ideales cada vez más altos, no por mera vanagloria, sino porque su espíritu se los pide, no pueden permanecer ociosos. Y su bondad es más que mera buena acción aislada, más que una simple palabra de gentileza; su bondad está en su entrega a la tarea que se han trazado, una labor con la que acabarán beneficiando a la humanidad entera, ya sea con su música, con sus letras convertidas en poemas o pasajes prodigiosos de novelas, con su saber y consejo, con su incansable trabajo por hacer que la medicina avance o con el interminable trabajo diario que se hace con entereza, entre otras muchas cosas.

Conclusión.

El hombre y la mujer de excelencia necesariamente están llenos de virtud. Esto no quiere decir que no cometan errores o que todo lo que hagan o diga pueda ser lo mejor, pero no importa si se equivocan a veces, se vuelven a levantar y siguen trabajando para no dejar de crecer, porque saben que dejar de crecer es morir. Por eso viven, por eso sueñan, por eso obran, porque no conocen otra manera de ser humano, y ojalá que nosotros pudiéramos ver como estos hombres y mujeres excepcionales, pues entonces veríamos todo lo que podemos llegar a ser y hacer.

Hasta la próxima.

*Enlace a definición de virtud:

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&TIPO_BUS=3&LEMA=virtud

5 de noviembre de 2008

“Sí podemos”: Obama, el sueño de una Nación.

El sueño de los fundadores.

independencia1 El martes 4 de noviembre de 2008 será recordado siempre. Más allá de ser el día de elecciones para Presidente de los Estados Unidos, es también el día en que el sueño de quienes fundaron una Nación se hace realidad. Tal vez ni John Hancock ni todos los que participaron en la declaración de independencia de América del Norte se imaginaron que, pasado el tiempo, un hombre, de una raza que fue tradicionalmente esclava, se convertiría en el Líder elegido por votación, en un ejercicio libre de democracia.

Pero, cuando los fundadores de Estados Unidos dijeron “sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, en ese mismo momento estaban sembrando la semilla para lo que ha sucedido en Norte América. Y lo que vemos es que los sueños, por muy difíciles que parezcan en el momento en que nacen, pueden hacerse realidad, no sin lágrimas, no sin luchas; mas al fin se hacen realidad, porque todos somos iguales, dotados con la capacidad de alcanzar grandes y nuevas alturas. Los estadounidenses han demostrado que los ideales de quienes forjaron su país siguen vivos.

El sueño de Lincoln.

Quisiera pensar que, aunque quizás Abraham Lincoln no se imaginó a ciencia cierta lo que hemos visto este martes 4 de noviembre, cuando el 1º de enero de 1863 declaró que “todos los esclavos, sean del Estado que sean, serán a partir de ahora y para siempre libres”, estaba regando la semilla que antaño había sido plantada.

La esperanza de Lincoln era sencilla y se puede ver en suLincoln_Memorial_Washington pronunciamiento del 19 de noviembre de 1863: “Ahora estamos involucrados en una gran guerra civil, poniendo a prueba si es que esta nación, o cualquier nación así concebida y así dedicada, puede resistir el paso del tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a dedicar una parte de este campo a ser la morada final de aquellos que aquí dieron sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es completamente adecuado y propio que debamos hacerlo.

Pero, en un sentido superior, no podemos dedicar… no podemos consagrar… no podemos santificar… esta tierra. Los hombres valientes, vivos y muertos, los cuales lucharon aquí, la han consagrado muy por encima de lo que nuestra pobre capacidad pueda aportar o despojar. El mundo poco notará o ni recordará por mucho tiempo lo que nosotros digamos aquí, pero nunca podrá olvidar lo que ellos aquí hicieron. Corresponde a nosotros, los vivos, más bien, el aquí dedicarnos al trabajo no terminado, y que quienes lucharon han así dejado tan noblemente avanzado. Más bien, nos corresponde aquí el dedicarnos a la gran tarea que resta por hacer…que tomemos de estos honorables muertos una aumentada devoción para la causa por la cual ellos brindaron la última prueba de devoción; aquella que nos hace entender que estos fallecidos no han muerto en vano; que esta nación, bajo Dios, deberá tener un nuevo nacimiento de libertad; y que el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, no perezca en este mundo”.

¿Y ahora?

barack-obama-capitol La lección es evidente: los sueños no mueren nuestra muerte, ellos pueden permanecer, siempre y cuando haya quienes quieran alimentarlos. Pueden pasar generaciones enteras, es verdad, pero si un sueño es legítimo, si un ideal vale la pena, se hará realidad. “Sí podemos”, ha dicho Barack Obama en su primer discurso como presidente electo. “Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos”.

Falta mucho camino por recorrer, y este artículo no tiene que ver con asumir una postura respecto al nuevo presidente electo de Estados Unidos, pero al escribirlo he querido resaltar algo mucho más importante que la elección de un cargo; he querido poner de relieve que los sueños se hacen realidad; he querido decir que cuando un ideal es válido, cuando el espíritu humano se eleva por sobre la etnia, el color, o las ideologías, puede crear cosas impresionantes.

Ahora nos toca a nosotros escribir la historia, ahora es tiempo de evaluar la base sobre la que se fundan nuestros objetivos, hoy es el día en que debemosgerson_logo tomar decisiones y hacernos responsables de los resultados, y si así lo hacemos, mañana cosecharemos un mundo diferente, un mundo de excelencia, porque tú y yo buscamos la excelencia.

Hasta pronto.

Enlaces de las citas en comillas de más arriba:

http://es.wikisource.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Independencia_de_los_Estados_Unidos_de_Semanario_Pol%C3%ADtico,_Econ%C3%B3mico_y_Literario

http://mx.encarta.msn.com/encyclopedia_761574881/Proclamaci%C3%B3n_de_la_Emancipaci%C3%B3n_de_los_esclavos_estadounidenses.html#461516736

http://es.wikisource.org/wiki/Pronunciamento_de_Gettysburg

http://ecodiario.eleconomista.es/elecciones-usa-2008/noticias/844321/11/08/Obama-agradece-su-victoria-y-desafia-a-los-escepticos-en-su-discurso.html

3 de noviembre de 2008

Benjamín Franklin: Un Problema de la Humanidad.

Al pensar sobre el contenido de mi artículo para esta entrega, no pude menos que imaginar lo que significa que un nombre quede grabado en los anales de la Historia. Entonces me hice la pregunta: ¿Por qué unben_franklin nombre puede esculpirse allí, donde las generaciones venideras puedan volver a leerlo? Resumiendo a la máxima expresión la historia, bien podemos decir que está salpicada por los nombres de héroes y antagonistas, personas que sobresalieron por el bien que buscaron para la humanidad o por los horrores que le causaron. Sin embargo, los nombres más gratos para recordar son los que nos han legado, más allá de la etnia o la geografía, una razón para ser mejores seres cada día.

Un problema de la humanidad.

Benjamín Franklin es uno de esos seres extraordinarios que era ordinario; es decir, no nació en una cuna brillante, no con riquezas, no diferente de ti y de mí, pero se realizó y se convirtió en un verdadero icono. En sus propias palabras: “De la pobreza y la oscuridad en que nací y pasé mi infancia, logré elevarme hasta alcanzar cierto prestigio y una posición de influencia en el mundo”.

Desde entonces, pienso yo, Franklin se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la humanidad, debido a su incansable búsqueda de la perfección. La perfección, esa palabra que parece incomodarnos mucho, especialmente porque ha sido confundida con el perfeccionismo. En mi humilde opinión, la perfección tiene que ver con el crecimiento personal, con vivir una vida de excelencia, llena de ideales, de sueños, aunque suena algo romántico, y de hecho la idea es en sí romántica. Mientras, el perfeccionismo tiende a obligar a otros a ser algo que ni nosotros estamos dispuestos a pagar el precio de ser. De allí vienen las frustraciones, de querer que los otros hagan, aun cuando nosotros nos amilanamos frente al reto de vivir una vida como seres excelentes.

Lamento si suena a sermón o el tono es muy pesado, es solo que cuando nos medimos con los ideales, nada que no sea elevado puede encajar. Haz la prueba, conviértete en un problema para la humanidad siendo el mejor de lo mejor en lo que haces, sin perder de vista tu humildad, y notarás que, aunque no hagas algo diferente de otras personas (puede ser que tú seas un fontanero, o una ama de casa, una secretaria, o un alto ejecutivo) en tu propia forma de ser eres diferente, porque tus pensamientos son diferentes, son pensamientos de excelencia, que buscan la perfección personal.

Me parece que vivimos en un tiempo de grandes oportunidades, pero también de grandes distracciones. Y me parece que lo que nos falta es el equilibrio para aprovechar el conocimiento que hemos adquirido y convertirlo en algo especial, diferente, constructivo para cada uno. ¿Será posible que el acomodamiento sea el resultado de todos los grandes avances de los que somos testigos? Quiero creer que no es así, porque si eso sucede, todo lo que nos puede deparar el futuro es la decadencia.

Pero ahora imaginemos un estándar como este: “De niño me gustaba leer, y todo el poco dinero que me llegaba a las manos se me iba en libros”. ¿Y de adulto? “La lectura era la única distracción que me permitía. No gastaba el tiempo en tabernas ni en juegos ni en fruslerías de ninguna clase”. Claro está que Benjamín Franklin no tenía computador portátil ni acceso a Internet, y tampoco podía disfrutar del Nintendo Wii, entre otras cosas, pero ¿qué hay detrás de su forma de vivir? ¿Qué principios que lo hicieron grabar su nombre en los dorados anales de la historia? ¿Podríamos usar esos mismos principios para hacer algo extraordinario de nuestras vidas?

Deseo que ésta muy breve valoración de la vida de un hombre de excelencia, nos permita encontrar nuestro propio curso de acción. De ninguna manera me he  propuesto aleccionar a nadie, pero, humildemente, creo que si miramos con atención lo que otros han hecho para vivir vidas plenas, nosotros también podremos vivirlas, y es más, me parece a mí que hasta podemos aspirar a superar lo que nos han legado todos estos hombres y todas estas mujeres que nunca se rindieron en la búsqueda de la perfección de su propio carácter, de sus sueños e ideales.

Recuerda dejar tus comentarios, hasta la próxima... y que tengas un gran día.

Nota: Las citas en comilla son de la autobiografía de Benjamín Franklin. No he colocado el número de página por dos razones: 1) Cuestión práctica. Estos números no corresponderían con otras ediciones ni en español ni en inglés, a menos que sea la misma que yo tengo. 2) Para que el que ya ha leído el libro disfrute de recordar dónde leyó dicho pasaje, y el que no lo ha leído, se interese en buscar el libro y disfrutarlo de su propia cuenta.

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