10 de mayo de 2017

La educación como emprendimiento

En este mundo en que pequeños y grandes negocios se enfrentan en un mercado difícil y competitivo que puede tener un alcance global. Se compite no sólo con las empresas y negocios que están a la vuelta de la esquina, sino también con aquellos que están del otro lado del mundo y que ofrecen quizá productos o servicios semejantes a los propios, pero con precios competitivos e interesantes a pesar de la distancia.

Es por ello que iniciar un emprendimiento puede ser un rompecabezas, puesto que hay que elegir un sector que tenga auténticas oportunidades de crecimiento, y por supuesto, realizar un estudio de mercado completo y profundo. ¿Tarea fácil? Sin duda no lo es para nada.

La educación como emprendimiento

Un sector que puede resultar bastante atractivo para los nuevos emprendedores en este mundo de la competencia global y el e-commerce, es el de la educación. Para empezar un pequeño negocio o empresa en este sector, hay que mantener la mente abierta y darse cuenta que hay muchísimas alternativas. Debemos sacudirnos la idea de que “educación” es solamente la escuela. La educación es un proceso complejo que abarca muchos momentos, elementos y que puede representar numerosísimas ideas de negocio no sólo interesantes a escala económica, sino también en términos humanos.

¿Qué puede ser mejor para un emprendedor que tener una start-up que colabore con su pequeño granito de arena con la construcción de un mundo mejor y más justo? Encontrar satisfacción en nuestro trabajo como emprendedores puede ser el primer paso para llegar a tener éxito en lo que hacemos.

¿Qué ideas creativas e interesantes hay en el sector educativo para nóveles emprendedores? ¿En cuáles hace falta un mayor bagaje pedagógico?

  1. Venta de material didáctico. Este puede ser un sector un poco difícil si no conocemos bien el mercado meta. Pero si hacemos un adecuado estudio previo, encontraremos que hay muchos públicos interesados en una gran cantidad diferente de materiales, así como artesanos listos para fabricarlos y que nosotros podríamos fingir como intermediarios. Desde material para trabajar la motricidad en niños pequeños hasta elementos que den soporte material al aprendizaje de personas con capacidades diferentes, pasando por material educativo lúdico para personas mayores, para el aprendizaje de la música, el arte y muchos otros elementos de gran interés para amplios grupos sociales.
  2. Enseñanza de idiomas más allá del entorno escolar. El proceso de enseñanza aprendizaje trasciende sin duda alguna el salón o aula de clases. Las personas aprendemos todo el tiempo y de hecho, aprendemos mejor si nos divertimos. Es por ello que el aprendizaje de idiomas se realiza a veces mejor en un espacio lúdico, por ejemplo, un campamento de idiomas que reciba en verano jóvenes permitiéndoles divertirse mientras están sumergidos en un idioma que no es el propio. Los talleres de juegos en otros idiomas (desde la más tierna infancia) también son una excelente propuesta.
  3. Plataformas de aprendizaje en línea. Incluso dentro del mundo del marketing digital, que es uno que se nutre de este mundo interconectado por la web, hay especialistas formadores en creación de contenido, en estudios de mercado, etc. Y también hay espacios de aprendizaje online para muchas otras disciplinas: música, diseño, psicología. Las opciones son muchas y representan una excelente alternativa de inversión.

¿Alguna de estas ideas te parece ideal para un emprendimiento en el sector educativo? ¿Qué alternativa añadirías a este listado?

El artículo La educación como emprendimiento aparece completa en nuestro blog Emprendices.



from Carla Martínez Emprendices http://bit.ly/2q34E4u
via Emprendices

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