16 de febrero de 2010

Para Ser Felices…

20080324164301-construccion-de-la-felicidad Hace algunos meses publicamos el artículo “Decídete a Ser Feliz”. En dicho artículo esbocé 4 consideraciones a partir de una famosa frase de Abraham Lincoln, en la que nos dice que la felicidad es ante todo una decisión.

Obviamente decidir ser felices es un desafío, en especial en el arremolinado mundo en el que vivimos. Sólo hace falta ir al supermercado (o al mercadillo) para que nos quiten la sonrisa del rostro; o al ver las noticias (cosa que en lo personal hago muy poco) no podemos menos que sentirnos impotentes ante tanta violencia y caos. Sin embargo, es justo aquí donde entra en juego nuestra capacidad proactiva de decidir ser felices a pesar de todo.

Siempre tendremos que luchar con nuestro entorno. Mira el contenido de los anuncios propagandísticos para fechas como el día del amor y la amistad, el día de la madre o del padre, la navidad, etc. Todos esos anuncios tratan de crear un vacío que finalmente necesitamos llenar comprando tal o cual “regalo perfecto”. El resultado de eso es que he llegado a conocer personas que se sienten realmente infelices al no poder obsequiar “algo especial”. Así que, aunque dar presentes no es un problema, se convierte en uno cuando centramos en dicha actividad la medida para ser felices y hacer felices a otros (lo que no es más que una actitud consumista).

Ahora, como ya en otra parte hemos hecho algunas pocas consideraciones sobre lo que significa decidirse a ser felices, hoy solo vamos a soltar algunas ideas (que pueden ser discutidas, ampliadas, negadas o afirmadas) sobre lo que necesitamos para ser felices. Sólo nos concentraremos en la actitud, por cuanto antes ya nos hemos centrado en el carácter.

Así que:

felicidad Para ser felices, no debemos dejar pasar las pequeñas alegrías, sólo por aguardar una gran felicidad. A veces, hay pequeños detalles que pueden hacer una gran diferencia en nuestras vidas.

Para ser felices, hay que aprender a amar lo que hacemos, porque no siempre podremos hacer lo que queremos. La actitud con la que emprendamos cada tarea, puede decir mucho de si somos felices o no.

Para ser felices, compartamos nuestra propia dicha, de esta manera se multiplicará. Encerrar la felicidad en un cofre a fin de guardarla segura, es condenarla a morir. La única manera de asegurar la felicidad es compartiéndola con otros.

Para ser felices dejemos de quejarnos. Las quejas nos hacen ver en una hormiga a un elefante, en una piedra a una gran montaña.

Si queremos ser felices es preciso aprender a sonreír con mayor regularidad. Cuando niños reíamos bastante, pero a medida que crecimos pareciera que alguien nos hizo creer que la sonrisa ya no funciona, sin embargo alguien dijo que “la sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz”.

Si queremos ser felices necesitamos aprender a amar en verdad, porque la felicidad es amor; es decir, es acción.

Y, finalmente, para ser felices nunca debemos olvidar que la felicidad es una disposición de nuestra mente, no de nuestras circunstancias. Recuerda esta frase de Frank A. Clark: “Seríamos más felices con lo que tenemos si no fuéramos tan infelices con lo que no tenemos”.

Hasta la próxima entrega de Vivir la Excelencia.

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