28 de octubre de 2010

¿Y si las cosas no van bien?

2009102760triste300Josh (el hombre de nuestra historia) había vendido su auto para tratar de pagar algunas deudas, pero el negocio se hundía sin remedio. Un día, al volver del trabajo en el autobús, decidió bajarse varias calles antes para tener tiempo de meditar. La decisión parecía obvia: tendría que decirle a su esposa y a sus hijos que iba a declararse en banca rota. Se sentó en la acera frente a su casa, con una vorágine de pensamientos y temores agobiándolo. En ese momento apareció su padre, que venía a visitarlo porque su nuera le había dicho que notaba un poco ensimismado a su esposo. Al bajarse del auto se sentó rápidamente al lado de su hijo. Pasaron unos minutos en silencio, simplemente uno junto al otro, hasta que Josh comenzó a decir: “¿Sabes? Siempre pensé que yo había nacido para hacer grandes cosas, pero desde hace mucho todo va de mal en peor. Junto a mí todo se tambalea y parece que el buen tiempo ha terminado. ¿Qué puedo hacer? Todavía tengo sueños… ¿será que debo renunciar a ellos y ajustarme a la realidad?”

No dijo más. Su padre guardo silencio un momento, parecía que reflexionaba sobre lo que su hijo le había dicho. “Mi querido hijo – comenzó su padre – sé que tú no quieres un consejo. Ni quieres saber lo que yo haría. Pero, ¿realmente quieres renunciar? ¿Crees que es demasiado difícil para ti? Tú siempre puedes contar con mi apoyo, no dudes eso; sin embargo, tengo una pregunta más para ti: ¿Sabías que enfrentarías dificultades que retarían tu determinación?”

“Bueno, sí, sabía que habría problemas; – respondió Josh – lo que nunca imaginé es que la presión fuera tan grande, en especial por mis hijos y mi esposa, pues no quiero decepcionarlos”.

“¿Temes decepcionarlos a ellos… o a ti mismo, hijo?” – pregunto el padre.

“A mí, – reconoció el hijo – es cierto, temo más decepcionarme a mí mismo, porque mi sueño es convertir este negocio en algo realmente grande”.

“Entonces sólo tengo una cosa que decirte. Guárdala en tu corazón y medita en ella. Después toma tu decisión y ten la seguridad de que yo te apoyaré, y no dudo de que lo haga tu familia también:

«Si no hay viento, rema» – Proverbio portugués”2614891201_440d45e855avanzar

Nadie nos ha prometido que la vida será sencilla. En especial para quienes buscan la excelencia, el camino no es nada fácil. A veces hay que enfrentar la crítica, el desdén, la burla. Pero, cuando enfrentemos momentos en los que parece que no avanzamos como queremos, tal vez sería bueno recordar el proverbio portugués. Después de todo, no basta con las buenas intenciones, ni con esperar que todo nos salga bien; en realidad, nos tocará muy a menudo toparnos con la realidad de decirnos a nosotros mismos: «Si no hay viento, rema».

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