30 de marzo de 2013

¿Presentar o no Presentar?…

Hamlet-estaba-locoEl inmortal monólogo de Hamlet (“¿Ser o no ser?, esa es la cuestión.”), es más que una expresión poética, es toda una reflexión sobre por qué hacer o no hacer algo. Sin embargo, y acá debo aclarar que tan solo es mi opinión, en muchos campos no nos detenemos a pensar lo suficiente sobre las implicaciones de lo que somos ni de lo que hacemos.

En el caso muy particular que ocupará nuestras reflexiones en este blog, creo que esa falta de meditación ha hecho que grandes y elocuentes oradores, de pronto se vean eclipsados por la herramienta que debería ayudarlos a amplificar su mensaje.

¿Presentar o no presentar? Esa es la cuestión.

Cuando a un expositor le han solicitado que hable de su tema de experiencia, este tiene dos opciones: 1) Puede elegir preparar su guion, desarrollar sus puntos fuertes y sin más ayuda que una buena iluminación, su voz y su presencia, pararse en público y disertar sobre su tema; o 2) Puede tomar su material, encender su computadora y comenzar a copiar y pegar del documento al PowerPoint (o Keynote, u otros programas similares), adornar alguna que otra diapositiva con alguna que otra imagen y luego pararse frente a su auditorio y, sorprendentemente, darle el perfil o la espalda a su expectante público mientras lee los puntos fuertes de su presentación.

Resulta obvio en este punto que cuando nos preguntamos si debemos presentar o no, nos referimos a si debemos crear una presentación en nuestro programa favorito destinado para ello. La respuesta se complica cuando vemos a nuestro alrededor, y notamos a una gran cantidad de oradores usando sus diapositivas para hablar. Entonces nos asalta la duda: Si no uso una presentación, ¿estaré demostrando falta de profesionalismo? ¿Cuántas diapositivas debería haber en mi presentación? Tal vez nos asalten otras preguntas, pero curiosamente las preguntas fundamentales se nos quedan en el tintero, sencillamente porque estamos acostumbrados a ver un tipo de presentaciones que consideramos las presentaciones modelo, y todo lo que nos interesa es que las nuestras se parezcan lo más posible a esas que hemos visto, aunque a nosotros mismo nos hayan resultado aburridas, en el mejor de los casos.

Nuestra declaración de intenciones.

La respuesta a la cuestión que nos hemos planteado es un paradójico “Sí y No”. Sí debemos tomarnos el tiempo para diseñar nuestras presentaciones en PowerPoint (o Keynote, u otros), porque el tiempo en el que vivimos exige que aprendamos a amplificar nuestro mensaje, usando lo mejor que podamos las herramientas de que disponemos. Existen una gran cantidad de voces queriendo hacerse escuchar en el mundo, ¿cómo hará para que su mensaje, sus ideas, o sus productos se destaquen? Para ello deberá hacer Presentaciones de Innpacto. Pero, no, si usted no quiere aprender los principios que le ayudarán a crear presentaciones atractivas y efectivas, entonces es mejor que no mate a su mensaje con una cantidad de diapositivas desprovistas de vitalidad.

Tomado del Blog Innpacte: En este blog usted irá descubriendo algunas ideas, algunos consejos, que lo harán destacarse como orador. No dude en compartir sus experiencias y sus ideas a través de sus comentarios. Le esperamos en cada entrega.

Fuente: http://innpacte.com/blog/articulos/presentar-o-no-presentar.html

Si desea aprender a hacer Presentaciones de Innpacto, visite nuestra página y apúntese a nuestro curso. Usted puede promoverlo a nivel de su empresa y esto le reportará grandes beneficios personas y profesionales.

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