[1] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=mediocre
[2] http://estanoesmivida.blogspot.com/2006/01/mindundi.html
[3] http://etimologias.dechile.net/PIE/
Cuando escuchamos la palabra “Crisis”, por lo general vienen a nuestra mente imágenes negativas de la vida, del gobierno, de la familia, de la economía, etc. ¿Por qué? Es decir, si analizamos bien nuestros conceptos de crisis nos damos cuenta que en realidad no tienen por qué condicionarnos a sentimientos o pensamientos negativos. Es más, todo lo que falta, a veces, es ampliar un poco más el concepto para ver la mejor cara de la moneda.
Crisis = Momento para tomar una decisión.
La palabra en sí nos ha legado un poco de historia al provenir del latín crisis, que a su vez ha derivado del griego κρίσις (krisis); y ya esta palabra griega ha nacido del verbo krinein que tiene las siguientes connotaciones: separa, juzgar, decidir.
Ahora, pensemos en esto: A lo que nos referimos con crisis es a un momento de cambios, y aunque no podemos saber si lo serán para bien o para mal, al fin y al cabo son cambios inevitables, por cuanto vivimos en un mundo en el que todo cambia. Pero, aceptar cualquier cambio en forma meramente pasiva es realmente un problema, porque limita (cohíbe) nuestra capacidad para hacernos responsables de nuestras propias vidas. Aunque, quizás, el problema no sólo sea la limitación. Escribo esto porque si nuestra limitación fuera todo el problema, pronto lo notaríamos e intentaríamos cambiar eso. El problema mayor es creer que “así deben ser las cosas”, “que no hay nada que hacer”, con lo cual nos quedamos en el conformismo.
El origen griego de la palabra con la que estamos tratando nos invita a tomar decisiones, a juzgar lo que pueda ser mejor para nosotros en medio del cambio, a separar aquello que podría sumirnos en una catástrofe emocional, económica, familiar o de cualquier otra índole para tratar de quedarnos con lo que puede fortalecernos.
Entender bien toda crisis es saber que tenemos una parte activa en medio de ella. Tal vez nos quedamos sin empleo; tal vez no encontremos empleo; tal vez el matrimonio esté pasando por un momento difícil; tal vez los hijos han llegado a la adolescencia; tal vez estamos en medio de un accidente… Todos esos momentos son para tomar una decisión, por eso son momentos de crisis.
Es verdad que no podemos hacer muchas cosas; pero, para qué nos centramos en ellas si podemos concentrarnos en las que sí podemos hacer. Por ejemplo: Si estas en medio de un accidente y hay heridos, tal vez no conozcas primeros auxilios, pero tienes un celular para llamar a emergencias, y si no tienes un celular, al menos puedes colaborar para ayudar a los que no están tan heridos entre tanto que llegan las paramédicos. O que tal si no encuentras empleo o te despidieron del que tenías, ¿será mejor quedarse de brazos cruzados, quejándonos de lo injusto de la vida? ¿O será mejor, en lo que encontramos un nuevo trabajo, especializarnos en algo, poner una tiendita, enseñar algo de lo que sabemos…? Tal vez sea el matrimonio el que esté pasando por un momento de crisis, pero ¿debemos por eso permitir que la rabia, los celos, o el conformismo nos invadan? ¿Por qué no mejor hacemos…?
En el artículo “Que sea proactivo” transcribí un pensamiento que encaja muy bien en estas consideraciones sobre la crisis que hemos elaborado, y ese pensamiento lo transcribo de nuevo:
“Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio; en ese espacio se halla nuestra libertad para elegir la respuesta; en la respuesta se encuentra el secreto de nuestro crecimiento y desarrollo”.
Una breve conclusión:
No estamos diciendo que enfrentar una crisis es algo fácil, de hecho, se supone que sea difícil; lo que queremos recordar es que aun en medio del peor conflicto, todavía podemos echar mano de nuestra capacidad para hacernos responsables de nuestras propias vidas. Vivir la excelencia es un viaje de crisis, es decir, de cambios constantes, pero vale la pena, porque de otra manera cualquiera podría ser un ser excelente sin ningún esfuerzo. ¿Estás enfrentando alguna crisis personal? No te preocupes, tú puedes elegir.
Hasta la próxima entrega.
______________________________
Te dejo un par de links donde puedes leer algunas aplicaciones del griego original:
El video que quiero presentarles hoy no es mío… pero es uno de los mejores discursos que he oído (y visto por la red). Su mensaje es sencillo y directo, pero al mismo tiempo profundo y revitalizador. Si ya lo has visto, ¡qué bueno que hoy puedas recordarlo!; si no, ¡qué bueno que estás aquí para verlo…! Y sin más preámbulo les presento a Steve Jobs:
En los días en que la fiebre del oro era endémica, un hombre decidió ir al Oeste a probar suerte. Trabajando en una mina se encontró con una veta de mineral brillante, así que discretamente cubrió la mina y fue a su casa a contar a sus familiares y algunos amigos su gran descubrimiento. Entre todos compraron la maquinaria necesaria para comenzar a extraer el precioso mineral y al instalarse de nuevo en la mina y sacar la primera carretilla supieron de inmediato que se volverían ricos, pues con unas cuantas carretillas más podrían saldar las deudas y luego se dedicarían a disfrutar en grande las ganancias. Pronto, sin embargo, todas sus ilusiones se vinieron abajo cuando la veta desapareció. Comenzaron a taladrar para escavar un poco más, pero al darse cuenta que no encontraban más oro, decidieron abandonar la empresa y vendieron su maquinaria por unos cuantos cientos de dólares a un chatarrero. A penas si reunieron lo necesario para pagar sus deudas.
El chatarrero llamó a un ingeniero experto en minas para que le hiciera una evaluación. Después de hacer la evaluación y presentar su informe, el experto le explicó que los dueños anteriores no estaban familiarizados con algo muy peculiar que llamaba “veta falsas”, pero según sus cálculos, a sólo un metro de donde habían dejado de cavar podría encontrar el precioso mineral. El chatarrero tomó la maquinaria y comenzó a escavar y ¡un metro después se encontró con el precioso oro que había dejado escapar la familia anterior![1]
No abandones tu sueño.
¿Cuántas veces nos ha sucedido eso a nosotros? Estando tan cerca de conquistar a la persona amada, de conseguir el aumento, de culminar la carrera universitaria, abandonamos todo porque de pronto parece que la mina de oro se ha agotado. Y nos olvidamos que el fracaso es muy irónico, siempre nos mete zancadillas cuando estamos más cerca de lograr el nuestra meta, quizás para probar si realmente estamos dispuestos a pagar el precio de avanzar en dirección de nuestras metas e ideales.
Si estamos dispuestos a seguir avanzando, entonces no ha habido fracaso en realidad, sino una lección que hemos podido digerir, aunque haya sido un poco dolorosa; mas cuando al ver los obstáculos retrocedemos amedrentados, entonces el fracaso se enseñorea de nuestras vidas y hay que decir que es un amo muy cruel, porque siempre nos recuerda cuan débiles e incapaces hemos sido.
Pero no podemos desmayar. Uno de los Apóstoles del cristianismo, Pablo, un día dijo que “nos somos de los que retroceden”. Tú estás destinado o destinada a dejar tu huella con tu vida allí donde vives, con quienes te relacionas. Abandonarte, dejar de lado tus sueños, dejar de luchar por tus ideales, es estar a un metro del oro y permitir que se te escape de las manos.
Tu mayor riqueza no está en la cuenta bancaria o en las propiedades, está en lo que puedes hacer con tu vida. Tal vez en el camino se presenten algunos baches, quizás haya rocas que mover, pero recuerda esta máxima de Molière: “Entre más grande es el obstáculo, más grandes es la gloria de vencerlo”. Dios desea que tú tengas prosperidad en todo, ¿qué deseas tú? Seguramente estás más cerca del oro de lo que piensas, sólo debes cavar un metro más.
[1] Napoleón Hill, Piense y Hágase Rico.