23 de marzo de 2008

El hombre mediocre.

portadahombremediocre El título para la entrega de hoy ha sido tomado de un gran libro: “El hombre mediocre”, escrito por José Ingenieros. Me imagino que ya has leído este libro, si no, puedes descargarlo aquí mismo, en la columna derecha de esta página, para que disfrutes de una lectura profunda e inspiradora.

Aunque con el autor arriba mencionado yo no comparta un par de conceptos, me siento especialmente cómodo (pero desafiado) leyendo un libro de tal calibre. Sin duda alguna, como él lo destaca tan hábilmente, la sociedad se mueve en pos del camino que va forjando la genialidad, la virtud, los ideales, de unos cuantos hombres en cada época.

Pero quiero aclarar que al escribir que me siento “cómodo” no lo escribo en el sentido de quedarme de brazos cruzados, porque claro que hay muchas ocasiones en las que he sentido cómo mi falta de visión, de trabajo y disciplina, han influido sobre algunos que me rodean, limitándolos, ya que la mejor forma en la que podemos ayudar a otros a descubrir sus habilidades, de ayudarlos a brillar con su propia luz, es brillando nosotros mismos, sin temor a sentirnos inadecuados por ser diferentes, porque quizás nuestros propios ideales pueden encender la llama de los ideales en quienes nos rodean.

¿Seremos de los “pocos”?

Sin embargo, aunque sea triste, es preciso que reconozcamos la realidad de que son “unos pocos” los que en verdad desean, quieren, anhelan vivir una vida que inspire. No es necesario que busquemos influir en las masas; muchas veces, la esposa, el hijo, el amigo cercano o la novia (cuando somos jóvenes), son todo el mundo donde necesitamos dejar nuestra huella, nuestro legado, un legado formado por un carácter dirigido por principios y por los sueños que nos esmeramos en vivir cada día de nuestra vida, pues, al fin y al cabo, ¿qué es un hombre o una mujer si no puede vivir un ideal, tan sólo uno?

Lastimosamente, la sociedad mundial en la que nos desarrollamos, aunque habla mucho de calidad, y avanza a pasos agigantados en la creación de nuevas tecnologías, parece que ha olvidado que todo lo que hoy tenemos nació como el imposible de alguien, como la locura de un hombre o una mujer que se negaron a ser masificados y, a costa de todo, quisieron hacer algo diferente, algo que ni siquiera sabían si funcionaría, pero que de funcionar significaría un gran paso para la humanidad. Los nombres de estos héroes y heroínas siguen siendo honrados, pero ahora nos toca a nosotros. Es necesario que tomemos una decisión: ¿Viviremos como el hombre mediocre o nos elevaremos con las alas de nuestros sueños, en busca de lo imposible?

Uno por uno.

Un viejo y sabio adagio chino dice: “El que quiere iniciar la labor de cambiar al mundo, debe dar tres vueltas por su propia casa primero”. Dejar de ser mediocres no tiene nada que ver con cambiar al mundo, tiene que ver con cambiar nosotros mismos, para ser mejores, lo que dará como resultado que, uno por uno, aquellos que nos rodean quieran iniciar su propio proceso de cambio, dando sus propias vueltas a su propia casa. De allí que , desde mi punto de vista, podemos decir que la mediocridad está en la afanosa tarea de medir a los demás mientras que nosotros mismos nos estancamos; pero la excelencia se encuentra cuando nos decidimos a SER, renunciando a la manía de juzgar a los demás y comenzando a trabajar sobre nuestro propio y particular potencial.contemplar

Tal vez sólo podamos influir sobre una persona mientras vivamos, pues bien, ¿esa única persona nos recordará por un carácter dirigido por principios, o simplemente nos desvaneceremos como el mal sueño que todo el mundo quiere olvidar a la mañana? Para ser mediocres no se requiere de ningún esfuerzo, sólo hay que cruzarnos de brazos mientras dormitamos en la ilusión de laureles que no durarán para siempre; más, para ser hombres y mujeres de excelencia no existen atajos, y esa condición de seres excelentes se verá reflejada en cada actividad que realicemos, aunque parezca la más humilde del mundo.

De nuevo, si no has leído el libro de José Ingenieros, “El hombre mediocre”, te invito a que lo leas, te garantizo una lectura amena, profunda y de reflexión sobre la condición humana, y si ya lo has leído, pues no dudes en recomendarlo a alguien que no lo haya leído.

Hasta la próxima entrega.

1 comentario:

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