La celebración del día de la madre es una festividad muy extendida, sin importar que se celebre en fechas diferentes en el mundo. Lastimosamente se ha desvirtuado, en mi opinión, el verdadero papel de la mujer como madre, con esto de la explosión publicitaria que inunda cada día feriado; con esto del consumismo que nos ha empujado a creer que es necesario gastar y gastar para mostrar nuestros afectos, etc.
No estoy en contra de los presentes que pueden darse a nuestras madres, pero ¿cuánto valdría una casa, un arreglo de flores, o cualquier otra cosa para una madre, si lo comparamos con la satisfacción de ver hijos e hijas maduros, cumpliendo su propósito en la vida? Ambos aspectos deben estar en nuestra mente, cuando se acerca el día de la madre. Entiendo que hay países que lo celebran en octubre, o diciembre, o agosto, o en algún otro mes. En mi país se celebra el 10 de mayo, razón por la cual he decidido escribir este artículo como un reconocimiento a la mujer que con su ejemplo ha sido un hito para mí, un bastión en el que he encontrado cómo fortalecerme cuando el viento me es adverso: Mi Madre.
Heroínas anónimas.
Casi todos nos fascinamos con las biografía de los grandes hombre y mujeres de la historia, admiramos sus hazañas, lloramos con sus adversidades y sentimos satisfacción cuando leemos sobre sus victorias. Pero muy pocas veces se nos ha contado la historia de esas heroínas anónimas que se desvelan mientras de niños nos enfermamos, esas mujeres que nos han guiado en nuestros primeros pasos y que a lo largo de la vida siempre nos han estimado, a pesar de todo, pues ven en nosotros un lado positivo, favorable, benefactor.
Y la hazaña de criar hombre y mujeres de bien, en una sociedad que, pese a la lucha de derechos femeninos, aún sigue siendo muy machista, va mucho más allá de nuestra imaginación, especialmente cuando vemos madres solteras que trabajan haciendo dobles turnos, con tal de llevar alimento a la mesa, dar educación a su prole, y encima de eso, hasta tienen tiempo para cobijar a sus hijos y besarlos en la frente, recordar su cumpleaños y hacerlo especial, salir con ellos al parque y disfrutar de una tarde irrepetible… Debo confesar que siempre me ha impresionado el valor, la entereza y la determinación de las mujeres en general, pero especialmente el de las madres.
Un día, un mes, o un año, nunca serán homenaje suficiente para ese espíritu abnegado, que muchas veces llora en silencio sus penas, para que cuando sus hijos despierten a la mañana, la vean radiante, llena de esperanza, dispuesta a luchar a brazo partido por otro día. Sólo nuestra vida entera podría constituirse en un real homenaje, sí, nuestra vida, vivida con responsabilidad.
El desafío para las madres.
Sin embargo, las madres modernas enfrentan un desafío sumamente grande. Hoy no sólo deben luchar contra la pereza o la falta de motivación frente a las cargas académicas que han caracterizado siempre a la mayoría de los niños. También deben luchar contra la pérdida tiempo en frente de los videojuegos, la TV o el Internet. No creo que estas cosas sean malas en sí mismas, pero se ha abusado de ellas, en detrimento de la calidad personal y la excelencia.
Además, en la era de las redes y la información en la que vivimos, harán falta hombres y mujeres con integridad, con madurez, inteligentes y responsables, que lideren nuestra sociedad con valor frente a la pérdida creciente de valores. Y estos hombres y mujeres únicamente pueden nacer en las manos de una madre con ideales, que valore la creatividad y la iniciativa, con normas elevadas, y con un carácter fundado en la realidad inalterable de los principios.
Quizás no todas las madres puedan criar a un Einstein, o un Beethoven, o una Mari Curie, o un Dante, etc., pero todas tienen el privilegio de criar personas con ideales, con principios, y que no comprometan su integridad personal, bajo ninguna circunstancia.
Si como hijo o hija has leído este post, ve y dile a tu madre lo importante que es para ti, tal vez no con palabras, pero sí con tu vida. Si como madre has leído hasta aquí, te deseo lo mejor en la tarea más difícil de la humanidad, formar caracteres, y espero que aceptes el desafío.
¡Felicidades a nuestras madres!!!
4 comentarios:
Definitivo, todo el respeto y admiración a las mamas.
Son "todologas" ... y lo hacen con el mayor amor y dedicacion posible :)
No puedo hablar del sentimiento de ser madre (todavia) pero respeto y admiro a mi madre ....
Hola, soy madre y no te imaginas el empeño que ponemos las madres para sacar de nuestro fruto uterino un producto finamente acabado, un ser útil a la sociedad y a si mismo, para que no sea de los tantos que hay por ahí,, ya de esos hay mucho.
Sabes..? conoci tu blog por Verve, y me gustó,, hay muchos extranjeros o de otra lengua, al ver el tuyo me llamó la atencion y me dije: "Este es de los nuestros".
Felicidades,,,
Muchas gracias Mary, por tus palabras . Tienes razón, no puedo imaginar todo el esfuerzo, porque con sólo ver a mi madre luchar por mí y mis hermanos a fin de hacernos personas de bien, la imaginación se me acaba. Y sé que hay muchas madres como tú y como la mía que ponen todo su empeño en sus hijos.
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