16 de noviembre de 2009

¿Por qué Dejar de Ser Mediocres?

derecho_laboral Para abordar la pregunta que da título a nuestro artículo de hoy es necesario recapitular un poco. En la entrega “¿Qué es Ser Mediocre?”, hemos dicho que podemos definir la mediocridad como conformismo: conformarnos con lo de media calidad, con lo normal, con llegar al menos a la mitad de la montaña. Y en el escrito “El Problema Real de la Mediocridad” hemos enfatizado que tomar esa actitud conformista es condenarnos inevitablemente a entrar en una espiral descendente de conformismo, fatalismo, negatividad y quejas, y he allí el problema real de ser mediocres.

¿Por qué?

Seamos francos, el mediocre tiene sus ventajas. De nuevo, no intento defender lo indefendible, sólo trato de poner en perspectiva la razón por la que hay que dejar de ser mediocres, y para ello, qué mejor forma que sondear las ventajas que tiene la mediocridad, luego sus desventajas y luego nuestras conclusiones.

¿Qué ventajas puede ofrecer la mediocridad? Si lo pensamos bien, el mediocre ha logrado cosas que el fracasado e indolente nunca ha intentado o soñado si quiera con hacer. Nadie podría acusar a una persona mediocre de no haber intentado algo, porque aunque llegan sólo a la mitad de la montaña, encuentran bastante seguridad psicológica para decirse a sí mismos que al menos lo intentaron. Además, el mediocre no siente sobre sí la presión de tener que avanzar hacia la excelencia, porque al medirse con los fracasados, se ve a sí mismo en una mejor posición, por lo que se siente conforme y en paz consigo mismo. El mediocre tiene buenos empleos, generalmente fijos, con buenos salarios. Seguro que tiene ahorrado algo en el banco y aunque trabaja horas extras, le queda algo de tiempo para salir con su familia o amigos. También es muy educado, tiene una o dos carreras, una maestría y sabe hablar dos o tres idiomas.

autoayuda-como-destrabar-problemas-tomar-decisiones-460x345-la Lo curioso es que las desventajas de la mediocridad surgen de las mismas ventajas que tiene, y esto es mucho más evidente si lo comparamos con los seres de excelencia. En esencia el ser excelente lo es por su constante ansia de crecimiento; no se preocupa por medirse con los demás, porque se mide con los ideales y estos siempre sobrepasan cualquier altura a la que creamos haber llegado. El ser excelente también estudia, pero tener un doctorado no es un prerrequisito para la excelencia, pues hay personas de excelencia que nunca han pisado una universidad. Mientras que el mediocre se contenta con al menos haber intentado algo, el ser excelente sabe que no está aquí sólo para pasar por la vida, sino para dejar un legado constructivo, un legado que inspire a las nuevas generaciones a dar lo mejor de sí. Tal vez la persona de excelencia no tenga un empleo fijo o buenos salarios, puede ser que incluso le toque padecer un poco de hambre, pero no por eso renuncia a sus sueños, pues esos sueños son su fuerza para seguir avanzando sin importar los obstáculos. Lo que hace a una persona un ser excelente son sus cualidades, sus ideales, su compromiso con sus sueños, entre otras cosas. Si tiene dinero, bien; y si no, bien también…

En conclusión.

Seguro que hay muchos huecos en la entrega de hoy, pero lo que he intentado es contrastar aquello que parecen ventajas de la mediocridad con la vida de constante búsqueda de la excelencia, para que respondamos personalmente a esa pregunta “¿por qué dejar de ser mediocres?”

Pero si me permiten un par de ideas, me gustaría sugerir que hay que dejar de ser mediocres porque…

3FA8FC1E02CA1D6B2B4A96D0CD16 … sólo así podremos ver alturas que antes no veíamos.

… dejaremos de compararnos con los demás para medirnos con los ideales de una vida con sentido.

… seremos felices al reconocer nuestra responsabilidad sobre lo que nos sucede.

… seguiremos avanzando por la senda de la excelencia, mientras el mediocre comienza su inevitable descenso.

Por eso, y por muchas razones que seguro ya has pensado, mi querido lector y mi querida lectora, hay que avanzar más allá de la mediocridad.

Hasta pronto y recuerda dejar tus comentarios a continuación…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

NO TEMO QUE USTEDES ME REFUTEN DOY POR HECHO QUE LO HARAN, Y NO ME MOLESTARE A LEER SU REFUTACION,
LA BUSQUEDA DE LA EXCELENCIA NO ES UN DEBER NI UNA NECESIDAD, YO NO TENGO EL DEBER DE BUSCAR SER EXCELENTE, SI HAGO ESO ME VOY A COMPLICAR LA VIDA, ESO DE DEJAR UN LEGADO PARA LAS GENERACIONES VENIDERAS O DEJAR UN MUNDO MEJOR
ES IDEALISMO, USTEDES ME PONDRAN ETIQUETA DE FRACASADO O MEDIOCRE , PERO YO NO ME ETIQUETO
DE EXITOSO NI DE MEDIOCRE NI DE FRACASADO, YO NO EXIJO NI PIDO EXCELENCIA A NADIE, SEA EL ALCALDE DE MI CIUDAD,SEAN LOS DIPUTADOS DE MI PAIS,SEAN JUECES Y MAGISTRADOS, SEAN MINISTROS, SEA EL PRESIDENTE
DE LA REPUBLICA, NI DE LA COMUNIDAD, NI DE LA SOCIEDAD, ¿ESTA CLARO?, LA VIDA HUMANA ES BREVE Y FRAGILISIMA, CUALQUIER DIA PUEDE SER EL ULTIMO, ASI QUE YO NO ESTOY PARA
ADOPTAR IDEALISMOS Y EXITISMOS.

ME TIENE SIN CUIDADO SI FULANO O FULANA TIENE EXITO O SE CONSIDERA EXITOSO(A), NO VIVO PENDIENTE DE QUIEN ES O APARENTA SER EXITOSO

LO DE USTEDES ES DIVAGACION ROMANTICISTA Y SUMAMENTE DIFICIL DE TOLERAR.

Unknown dijo...

¿Qué tengo que refutar? Estoy consciente que vivimos una vida efímera, frágil, en la que cada uno vive según cree que es mejor. Estoy de acuerdo con que la exelencia es un idealismo, una utopía, y personalmente solo recomiendo no confundirla con el éxito o el exitismo, según lo expresas.
Sé que estoy hablando al aire, porque has puesto que no te molestarás en leer una refutación, algo impropio, en especial porque alguien ha tenido la cortesía de leer tu comentario.
En todo caso, la búsqueda de la excelencia es una elección, y uno es libre de querer hacerla o no. No dejar un legado, es un legado en sí mismo.
Yo también rehuyo de los exitismos, porque eso ha hecho que muchos se crean más de lo que son; pero es curioso que el ser verdaderamente excelente reconoce que no es perfecto, y sigue avanzando, solo muchas veces, criticado las más, intolerado, porque su idealismo contrasta demasiado con la realidad, pero al final, todo el mundo termina viviendo el mundo que una vez soñó este idealista, sin reconocerlo, mientras otros idealistas siguen avanzando en la búsqueda de nuevas cosas, de mejores cosas.
Lamento que no puedas tolerarme. Pero lamento más que tengas miedo de presentarte con tu nombre. Es demasiado fácil esconderse tras el anónimato.
¡Qué tengas una vida próspera!
El autor.

Natalia Ibanya dijo...

Hola, me gustó mucho este artículo. Creo que es un aliciente para aquellos que descubrimos que queremos subir la media montaña que nos queda. Saludos y sigue publicando más sobre este tema!

Unknown dijo...

Muchas gracias, Natalia, tu comentario es de mucho aliento para mí. Te prometo que seguiré trabajando en desarrollar algunas ideas sobre este tema.
Que la pases muy bien.

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