10 de junio de 2010

Talento y Trabajo.

080622-genio No es infrecuente encontrar personas con dones naturales que nos asombran: Físicos impresionantes; intelectos muy agudos; creatividad fuera de serie; dotes de mando, y mucho más. Pareciera que han nacido para ser grandes y forjarse un nombre y no dudamos que algunos de ellos lo logran; pero, ¿nacer con ciertas capacidades garantiza que nos irá bien en la vida? ¿Qué pasa con el trabajo, con la formación? ¿A caso no podemos hacer algo para “cambiar nuestra estrella”[1]?

Si pudiéramos dividir en grupos a las personas de la historia, notaríamos que entre el grupo de los sobresalientes, por sus aportes a la humanidad, hay dos ramas que resultan interesantes por lo heterogénea que son entre sí. Por un lado tenemos a individuos talentosos que supieron gestionar sus dones y los potenciaron para alcanzar sus objetivos. Tal vez tuvieron desventajas respecto a las circunstancias que los rodearon, pero una clara consciencia de sus habilidades superiores les hizo elevar la vista hacia un horizonte que, aunque lejano, estaban dispuestos a seguir. Pero también es muy frecuente que estuvieran rodeados de oportunidades que otros no tenían.

Por otro lado, tenemos a individuos que sin dotes especiales se encumbraron hacia las alturas. No eran buenos oradores, no tenían capacidad para la enseñanza, no sabían dirigir, ni eran muy hábiles mecánicamente o intelectualmente, y tampoco vivieron bajo circunstancias favorables, pero supieron sobreponerse a cualquier cantidad de limitaciones a fin de poder caminar hacia el horizonte que vislumbraban para sí y los suyos. Reconocieron sus limitaciones en cuanto al destino que habían elegido, pero el trabajo duro reemplazó al poco o nada de talento.

Al pensar sobre esto no puedo evitar preguntarme: ¿Qué sucedió con el resto, los que no son parte de este grupo heterogéneo de sobresalientes? Esta pregunta me resulta importante, en especial si pensamos que muchos de los que no sobresalieron estaban capacitados naturalmente, pero fueron dejados en el camino por los que, aun sin dotes especiales, se aplicaron con diligencia al auto-mejoramiento. Y los que no tenían dones, y no pertenecen al grupo de seres excelente, simplemente se cruzaron de brazos pensando que debían aceptar su suerte.

talentoDe hecho, la disciplina y el trabajo, ha sido una característica de los seres excelentes a lo largo de la historia. Sin importar si han tenido o no capacidades especiales, en realidad han alcanzado sus sueños por su diligencia.

Aquellos que asumieron que por la cuna en que nacieron, o por las tendencias especiales que manifestaban, tenían asegura el futuro, muchas veces terminaron desperdiciando su vida, y aunque gracias a su posición alcanzaran renombre, eso no era más que una ilusión condenada a desvanecerse una vez murieran. Una suerte muy diferente de quienes con ardua constancia, construyeron su propio destino.

Así que, si creemos que hemos nacido con alguna característica especial, ella sola no es garantía de éxito en la vida. Y si no creemos tener habilidades sobresalientes, ese hecho sólo no puede hacernos fracasados. Lo que hace la diferencia es la elección que hacemos de dar siempre lo mejor de nosotros mismo, de desarrollarnos, de crecer.

Hasta la próxima entrega.


[1] He tomado esta expresión de la película titulada en español “Corazón de caballero”, porque me gusta lo que creo que representa.

2 comentarios:

omar badillo dijo...

Hola, Gerson.

Pensando en esta reflexión y algunas que has publicado recientemente, quisiera expresar mi sentir. Hay personas talentosas, desde chicas o ya siendo jóvenes; seres con un talento o habilidad, sea cual sea. Sin embargo, aun cuando fuesen excelentes en lo que corresponde, no creo que sea suficiente ese talento si solo les es benéfico a si mismos. Pienso que a través de ese talento, a través de esa vida, surgen cambios que afectan y deben afectar positivamente, a cierta comunidad, sea chica o sea grande. No basta con vanagloriarse en nuestro talento,sino,afectar el curso de la vida.

Me prolongue un poco otra vez.

Hasta luego, Gerson. Gracias por avisarme del articulo. Me gusta mucho la de Corazón de caballero.

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Omar, y agradezco tu comentario. Has apuntado al meollo del asunto. Los que sirven a la humanidad (como tú dices: "a cierta comunidad, sea chica o sea grande") esos son los seres de excelencia.
Me alegra tu participación. Sigue así, y no te preocupes por la extensión de tu comentarios, son todos muy bienvenidos.
De nuevo, gracias y hasta pronto.

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