Opino que existen básicamente tres tipos de personas: Los quejosos, las víctimas y las excelentes.
Quejarte, pero no hacer nada para resolver el motivo de tu queja, es peor que no quejarte.
Si te haces la víctima siempre, al principio despertarás compasión, luego un poco de lástima y finalmente la gente te despreciará porque no tomas las riendas de tu vida.
Si quieres que la gente te vea como una persona excelente, debes serlo, la apariencia no basta, pues tarde o temprano la verdad se sabrá. ¿Eres excelente?
Si sientes que vas con la corriente y te sientes cómodo con eso, ¡cuidado!, puede que solo seas un tronco a la deriva…
Las quejas sirven, sí, cuando nos hacen levantarnos para al menos intentar cambiar nosotros mismos.
Intentando cambiar al mundo no lograremos nada, pero si cambiamos nosotros, quizás podamos cambiar nuestro mundo.
Ser excelentes es elevar la norma en la moral, la calidad, las aspiraciones. No se trata de santurronería, ni impecabilidad, sino de crecimiento diario y continuo.
Las personas de excelencia se equivocan, quizás más que cualquiera, pero siguen luchando, siguen avanzando, porque saben que cada equivocación es, en realidad, una oportunidad. Habrá que reparar relaciones, hacer enmiendas, recomenzar cosas, todo esto y más, pero lo harán con humildad.
HOY: este es el día para decidir dejar de quejarnos solamente, o dejar de ser las víctimas de la vida. Este es el día para mirar con fe hacia el futuro y dar el primer paso hacia la grandeza.
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