4 de febrero de 2010

El Amor es Acción.

amor En el artículo en dos partes, titulado “Amor: El Cuadro Completo” ya hemos hablado un poco acerca de esto del amor en acción. Pero, debido a que en algunos países (no sé si en todos) éste mes se hace muy interesante para la industria del amor comercial, donde lo que prima es el regalar, me ha parecido bien que hagamos algunas consideraciones sobre cómo sería mejor vivir el Principio del amor.

Acción mejor que sentimientos.

Sigo pensando que es una pena confundir amor con sentimientos. Recalco que es una pena no por los sentimientos en sí, pues somos seres emocionales y lo que sentimos es parte integral de nosotros. Es una pena, sólo porque centrarnos en nuestros sentimientos como indicadores para amar, es como construir una casa sobre arena movediza. La idea es que el amor debe ser algo más permanente que meramente sentir, pero las emociones y sentimientos asociadas al amor deben estar presentes, más como el techo que como la base, porque a la base se encuentra el Principio. ¿Y qué hace el Principio que los sentimientos no pueden hacer?... Impulsarnos más allá de lo normal, de lo cotidiano, de lo que otros podrían esperar.

Amarte ¿Podrías amar a alguien que te ha lastimado? ¿Serías capaz de hacer algo abnegado por un enemigo? ¿Aceptarías servir a aquellos que te humillan? Estas no son preguntas que yo pueda responder en un burdo artículo, pero nos ayudan a reflexionar sobre la diferencia sustancial que existe entre personas que viven a la altura de la excelencia (libres), y personas que prefieren la mediocridad de las críticas y acusaciones. Francamente es más fácil confesar los pecados de otros, señalar con el dedo los defectos de carácter de los demás. Pero, ¿es eso actuar de acuerdo al amor? El amor es acción, pero no busca el reconocimiento. Es obrar aunque no se tengan ganas. El amor es servir, no sencillamente a aquellos que lo merecen según nuestra escala de valores, sino también a aquellos que no lo merecen. Es servir, incluso, a los que no tendrían posibilidades de devolvernos el favor.

¿Y los regalos?

Hacer obsequios de ninguna manera es algo negativo. Dar un presente a alguien que apreciamos y amamos es una buena forma de decirle que es importante para nosotros. Todo lo que debemos cuidar, es no caer en la trampa del consumismo. ¿Sólo existe una fecha para escribir una tarjeta de cariño? ¿Sólo en un mes podemos manifestar cuánto apreciamos a los demás?

Las respuestas son evidentes: Tenemos la oportunidad de mostrar nuestro amor todos los días. ¿Cómo? En una palabra de ánimo; con un acto de cortesía; con servicio; al regalarle a alguien necesitado una sonrisa sincera y radiante.

No podemos evitar que la tristeza llegue a tocar nuestra puerta, o que incluso entre en nuestra vida. A veces, el dolor es inevitable. Pero aunque sintamos tristeza y dolor en algunos tramos de nuestra existencia, todavía somos libres si queremos eu-queria-ser-amor-geisa amar. Esto significa que en lugar de conmiserarnos por lo mal que nos va, bien podemos servir a otros con menos fortuna y mostrarles con nuestras acciones que hay algo mejor. Si hemos de regalarle algo a este mundo, ¿por qué no darle un poco de amor abnegado?

Hasta la próxima entrega.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido plenamente. Amor es acción hacia lo bueno. Actuar para lo bueno. y eso se construye con pasitos pequeños y constantes, y sin miedo a los grandes retos.
Se puede amar a los enemigos (no se si a los archienemigos también) y a las personas que no nos agradan.
Si resulta muy difícil tienes que pedir una mano al que es el Amor en si mismo. A mi me ha ayudado mucho.

Gerson E. Alfaro Arenivar dijo...

Muchas gracias por tus palabras. Es un buen consejo el que compartes al final de tu comentario.

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