«Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte»
– Leonardo Da Vinci –
El hombre que dijo (o escribió) la frase que encabeza nuestra lectura de hoy es, sin duda, uno de los mejores ejemplos de lo que el espíritu humano puede hacer. Él vivió una vida incansable, de constante búsqueda y descubrimiento, en la que cada día se levantaba pensando en lo maravilloso que estaba por encontrarse con él.
¿Puede alguien así ver la muerte como algo sombrío? Por supuesto que no. La muerte sólo es sombría para aquellos que desperdiciamos nuestra vida quejándonos de las circunstancias adversas, mientras el tiempo pasa devastador sobre nosotros; y no es que la muerte necesite tiempo, pero cuando nuestra vida se conforma con estándares mediocretizados, pareciera que la muerte se divierte más viéndonos luchar contra la idea de no tener una razón por la cual vivir.
¿Quién no disfruta del dulce sueño cuando ha tenido una jornada significativa? Todos los días tenemos la oportunidad de usar bien nuestra vida, para que cuando nos alcance el sueño de la muerte, podamos descansar con tranquilidad, pues hemos vivido cada día un paso más cerca de nuestros sueños, más cerca de los altos estándares que escogimos para vivir una vida de Principios.
Hoy tienes un gran día por delante. Haz de este día la gran obra maestra de tu vida. Haz lo que Leonardo Da Vinci y emplea bien ésta jornada, porque es la única que tienes.
(Tomado de mi e-book “En la Búsqueda de la Excelencia”, pág. 16,17)
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