«Aunque digan o hagan lo que quieran, es preciso que yo sea un hombre de bien; lo mismo que el oro, la esmeralda o la purpura, digan o hagan lo que quieran los hombres, tendrán su brillo propio»
– Marco Aurelio –
En la lectura anterior nos introdujimos a esto de ser uno mismo, auténtico, y en esta lectura vamos a ver qué significa eso en la práctica para que comencemos, de una vez por todas, el gran camino del desarrollo de todas nuestras facultades.
En primer lugar, ser tú significa tener una clara visión de tu futuro. Como todas las cosas se crean dos veces (primero en tu imaginación y luego en forma física) es importante que te tomes un tiempo todos los días para “ver” con los ojos de tu mente qué es lo que quieres ser y hacer en la vida. Esta visión de ti no puede ser impuesta de ninguna manera, a menos que tú así lo quieras. Esto no significa cerrar los oídos a las sugerencias de otros, sino conectarte con lo que sabes hará una diferencia real en tu forma de ver la vida. En una reflexión futura hablaremos un poco más sobre la visión, pero por hoy, piensa en tu vida como la mayor obra que puedes hacer para dejar un legado duradero a quienes te sobrevivan.
En segundo lugar, aprende sobre Principios e internaliza estos Principios en tu vida. Esto es, aprender de la responsabilidad, la virtud, el amor, la fe, la integridad, el crecimiento, entre otros y convertir todo esto en tu estilo de vida. ¿Puede una persona sin amor ser feliz? ¿Puede alguien irresponsable hacer algo duradero en la vida? ¿Puede alguien sin integridad ser confiable, o si no tiene fe puede emprender grandes cosas? Tú sabes las respuestas a estas preguntas. Vive hoy de tal manera que tu visión esté conectada con Principios verdaderos y comenzarás a ver cómo tu brillo propio se hace visible a todos. (Tomado de mi E-book “En la Búsqueda de la Excelencia”, pág. 24,25)
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