El desarrollo de la identidad, tanto individual como colectiva, es siempre un desafío, una lucha por fortalecer lo que consideramos las raíces, y escudarnos de invasores que trastoquen nuestra cosmovisión. Integrado en nuestro cerebro está el instinto de proteger lo conocido, y para ello la humanidad se ha valido en su historia de relatos, rituales, religiones, filosofías, guerras, monarquías, tribus, democracia… Y todas estas subestructuras han sido encaminadas a darle forma a una visión particular que inculcar a los pequeños y a los extranjeros.
Determinismos.
La parte positiva de todo esto es también su contraparte negativa. Es positiva porque mantiene en orden predecible el desarrollo social, algo que valoramos mucho los seres humanos, porque estamos habituados a habituarnos. Pero es negativa, cuando ese mismo orden predecible se convierte en dogma y se lo entroniza como la medida de todo pasado, presente y futuro.
No sólo Sócrates, sino muchos otros han retado ese orden, con la intención consciente o inconsciente de abrir la brecha del progreso; pero el determinismo reinante ha sido siempre el principal escollo. De esta manera, la sociedad (o sus líderes), queriendo mantener una identidad homogénea han estigmatizado a quienes muestran diferencias, es decir, que han condenado a quienes han decidido afirmar su propia individualidad para pensar, sentir, e incluso rendir culto. Por eso, la gran mayoría ha visto más fácil dejar que los otros piensen por ellos, con la esperanza de que sepan a dónde se dirigen. Entonces nos escudamos detrás de los determinismos, porque podemos culpar a nuestros genes, a la educación que recibimos de nuestros padres y a nuestra realidad circundante. Así preservamos una identidad, que llamamos nuestra porque la hemos asimilado, aunque para ello hayamos renunciado a ser responsables de nosotros mismos.
Con lo dicho hasta acá no pretendo decir que cualquier actitud de rebeldía debe ser considerada una búsqueda legítima de identidad, aunque sea verdad que la búsqueda tenga algo de rebelde. Muchas veces la rebeldía no es más que una reacción contra personas o situaciones que terminamos asimilando cuando crecemos.
Pero cuando, por medio del pensamiento, vislumbramos algo mejor y apuntamos todo esfuerzo a lograrlo, incluso si la mayoría lo ridiculiza, nuestra individualidad se fortalece y nos hace realmente capaces de compartirnos profundamente con otros que pueden o no apoyarnos. Esta interdependencia se alcanza debido a la madurez de aceptar que nuestra libertad colinda con la de otros. Y es esa interacción la que nos invita constantemente a examinar nuestros paradigmas, a fin de evaluar si describen o no el terreno que pisamos.
Una línea, más que un punto.
En esto de la identidad hay mucho por decir, cada uno desde su perspectiva; pero creo que hay algo en lo que podemos convenir, y es que al hablar de una búsqueda de identidad no pensamos en un punto al cual se llega, como si fuera posible estandarizar una forma de ser; más bien hablamos de una línea que se construye todos los días, partiendo del bagaje que se nos ha inculcado, pasando por cómo hemos llegado a interpretar ese bagaje y su aplicación a nuestra propia vida mediante el pensamiento, hasta llegar a la interacción continua con otros seres humanos y con tantas circunstancias cambiantes que nos desafían a pensar y volver a pensar sobre nosotros, los demás y el mundo. Y todo este proceso converge en un individuo único, con sus sueños, ideales, desafíos y problemas, que debe elegir y ser responsable de su elección.
Esto es, la verdad, mera divagación. Pero me gusta pensar que de alguna divagación puede salir al menos una idea importante. Creo que la búsqueda de la excelencia es una búsqueda de identidad, porque al ser humano le atrae mucho la idea de dejar su huella en el mundo, y si hemos de plasmarla para bien, qué mejor forma de hacerlo que siendo personas excelentes. Pero, eso es una elección que toca a cada uno realizar.
(Nota: El hecho de que este artículo lleve “2”, no significa que sea una necesaria continuación del anterior, sino que era más fácil agruparlo bajo un mismo título, porque se trata el mismo tema.)
1 comentario:
A propósito de la identidad... otro artículo para seguir desarrollando ideas, espero sus comentarios ;)
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