Ya casi terminamos nuestro vuelo por el fascinante mundo de las ideas. Nuestros espectadores están emocionados y quieren poner en práctica lo que les hemos enseñado. La atmósfera está cargada de energía. Pero… ahora, hay que aterrizar.
Componente # 3: La Conclusión.
La conclusión, como la introducción, debe hacerse bien. Durante el vuelo (el cuerpo o desarrollo) es posible haber divagado un poco, soportar un poco de turbulencia y estar a punto de perder la ruta, pero mientras podamos seguir volviendo a nuestro plan de vuelo, a veces ni se notarán esos problemas. Sin embargo, si una conclusión no se realiza lo mejor posible, el resultado puede ser un trágico accidente con mucho daño colateral.
Una excelente conclusión ofrece al menos dos cosas:
- Un resumen conciso y claro de todo lo expuesto anteriormente.
- Un llamado a la acción y el compromiso que nuestros espectadores pueden responder en ese preciso momento.
Pero ten cuidado con esto:
a. Estar a punto de aterrizar y alzar el vuelo nuevamente. ¿Has notado que hay personas que parecen a punto de terminar su charla cuando, de repente, nos lanzan a otro cuerpo de contenidos, con más conceptos, más ideas, etc.? Debo confesar que ya me ha pasado eso, por lo que trato de ser muy cuidadoso en la preparación de esta parte esencial.
b. Aterrizajes forzosos. Esto es tener que terminar abruptamente por no ser conscientes del tiempo asignado a nuestra ponencia. Este es el típico “voy pasando rápido las diapositivas porque el tiempo se nos va”; o “no me dio tiempo de decirles estas ideas”.
Entonces, ¿cómo podemos hacer una conclusión excelente?
- Planifica. Es necesario que tomemos tiempo para planificar los tres componentes esenciales de nuestra ponencia, así, el último componente tendrá fluidez y coherencia.
- Como en la introducción, escribe tu conclusión palabra por palabra y ensáyala hasta dominarla.
- Puedes usar una frase, una historia, preguntas y el sentido del humor, pero recuerda que estos recursos deben surgir de tu ponencia misma y no ser impuestos.
Y ten en mente el ingrediente esencial de toda conclusión:
El Llamado a la acción.
Tu exposición no estará completa sin este ingrediente. Aunque tu charla sea solo informativa, finalmente debes lograr que tus oyentes se queden contigo. Este llamado a la acción variará de lugar a lugar y de persona a persona.
Por ejemplo:
- Puedes pedir que tu auditorio levante su mano para demostrar que apoyan tus planes.
- Puedes pedirles que escriban una frase de compromiso que tú habrás preparado de antemano.
- Puedes hacer que repitan como un coro una frase que apuntale tus ideas.
- Puedes pedirles que te sigan en tus redes sociales.
- Puedes pedirles que donen para tu causa.
La lista podría seguir, pero el punto está ilustrado ya. El llamado debe ser muy concreto, debe contener una acción que pueden comenzar a hacer en ese mismo momento. También es necesario hacerlo con entusiasmo, con pasión, porque deben ver el grado de compromiso que tienes con las ideas de las que has hablado.
¿Cómo has realizado tus aterrizajes hasta ahora? ¿Crees que deberías preparar un poco más tus conclusiones? ¿Qué otras ideas tienes para ayudarnos a mejorar las conclusiones de nuestras ponencias?
Pon tus comentarios más abajo y comparte esta información con tus amigos, estoy seguro que te lo agradecerán.
Si deseas aprender un poco más, ve a por el E-book: Manual del Presentador de Innpacto. Estoy seguro que te será de mucha ayuda.
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