Ya sea que tengas que hacer una presentación en tu entorno de trabajo, como si debes hacer presentaciones ante auditorios más grandes, hay 5 formas de garantizar que tus presentaciones se vuelvan mortalmente aburridas. La intención de este artículo es aprender por contraste, así que tal vez no sirva mucho como guía, pero espero que al menos nos ayude a pensar sobre qué hemos estado haciendo cuando hablamos en público.
Así que si quieres hacer presentaciones aburridas solo tienes que seguir estos pasos:
# 1. Cargar con mucho texto nuestras diapositivas.
Todo el mundo lo hace, qué daño puede causar una presentación más de diapositivas con texto tamaño 14 proyectado en la pantalla y que seguramente no pueden ver los asistentes de la última fila. Además, así uno puede evitarse que le pidan más información y si por alguna razón olvidamos parte del guion no habrá ninguna dificultad porque todo estará allí, en la pantalla. Por otro lado, si los asistentes a la ponencia se aburren y se duermen, luego podrán pedirnos la presentación y tendrán todo el contenido en ella.
# 2. Pasarse del tiempo asignado.
Es verdad que podemos prestar atención por un espacio de tiempo bastante definido, pero es curioso que también podamos calibrar nuestros cerebros para tratar de enfocarnos en una presentación larga, si previamente se nos ha dicho cuánto durará la ponencia. Es decir, todos hemos experimentado que cuando se nos dice que una ponencia durará 2 horas, aunque nuestros cerebros tengan un umbral menor de tiempo de atención, podemos mantenernos enfocados esas 2 horas porque ya sabíamos sobre el tiempo que debíamos invertir (claro que ayuda mucho si el orador es muy bueno en lo que hace).
Así que para hacer una presentación aburrida, todo lo que tenemos que hacer es pasarnos del tiempo. Ya sea que tengamos que hablar 20 minutos, como si se nos ha pedido un seminario de 2 horas, siempre hay que pasarse del tiempo. Notaremos que con un minutos de más la gente comenzará a impacientarse porque ya sabía el tiempo que debíamos hablar.
# 3. Hablar con un tono de voz monótono.
No hay nada mejor para aburrir a nuestros oyentes que un tono de voz monótono. No hay que hacer inflexiones de voz, ni preocuparnos por las pausas o la velocidad. Esto implica que no hay que mostrar entusiasmo mientras hablamos, porque el entusiasmo hace que la gente se emocione. En cambio, si das una charla de 45 minutos y hablas siempre con el mismo tono de voz, la gente se irá quedando dormida poco a poco. Además, ser monótono al hablar trae otros beneficios porque evita el gasto de energía. Para hablar con entusiasmo uno debe moverse en el escenario, gesticular más y hacer más ademanes, pero no se necesita nada de eso si hablamos con monotonía.
# 4. Que nuestros oyentes no participen en nada.
Pero es en serio, en NADA. No hay que contar historias que resulten graciosas, porque se reirán; no debemos hacer que levanten la mano o que asientan con la cabeza a nuestras afirmaciones; no hay que permitir que escriban las ideas más importantes de nuestra charla; tampoco debemos hacer ejercicios en los que deban levantarse de sus asientos (algunas veces cómodos) para que interactúen; pero, por sobre todo lo que debemos evitar, lo primordial es que no debemos pedirles que piensen o analicen o decidan sobre lo que les estamos diciendo, porque si los hacemos pensar pueden llegar a interesarse en el tema.
# 5. Usar siempre un lenguaje rebuscado.
Esto es para coronar todo lo dicho antes, porque si todo lo anterior ha funcionado, con esto damos el tiro de gracia a nuestros espectadores; pero, si por alguna razón todo lo demás falla, esta es nuestra salvación. Nada de hablar de forma clara y concisa, debemos intentar ser lo más elegantemente artificiosos a la hora de explicar nuestras ideas, porque así parecemos más inteligentes de lo que en realidad somos. Por ejemplo, en lugar de decir: “Usé un tenedor para comerme una patata (papa)”, podemos optar por esta fórmula mucho más inteligente: “Utilicé una herramienta multivectorial para procesar una fuente de fécula”.
O, en lugar de decir: “Este cambio mejorará el servicio a nuestros clientes”, podemos decir lo siguiente: “Este cambio nos permitirá equilibrar mejor nuestra base de talento en un ámbito donde se están poniendo en marcha los papeles de desarrollo que nos orientan estratégicamente hacia la próxima transición de Sistemas de Negocio, donde el conocimiento y la exactitud en lo referente a los sistemas será esencial para mantener y mejorar los niveles de servicio y permitir el avance de nuestra clientela”. Y si además copias esta segunda forma en una diapositiva, el aburrimiento está asegurado. (Los dos ejemplos han sido sacados del libro de Scott Adams “El Principio de Dilbert”.)
Puedes usar estas 5 formas en conjunto o individualmente, en general siempre se agrupan más de 2 en una presentación aburrida. Pero, ¿crees que hay más formas de hacer presentaciones aburridas? Me gustaría que las compartas conmigo en tus comentarios.
Comparte este artículo y difunde el conocimiento, hay muchas personas que te lo agradecerán.
¿Cómo has diseñado presentaciones hasta ahora? ¿Te gustaría un cambio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario