Desgraciadamente vivimos en una sociedad donde el culto al cuerpo está sobrevalorado y no se hace únicamente por ganar salud. Nos centramos en las apariencias y parece que nos da igual todo lo demás. Se ve por las calles, se ve en el gimnasio y se ve en los medios de comunicación. Si tienes un buen aspecto y un buen físico puede que tengas más oportunidades que si no lo tienes. Esto hace que se deba prevenir la anorexia y la bulimia entre las personas, de todas las edades.
Porque la anorexia y la bulimia no solo es algo que padecen los y las adolescentes. Es un problema que afecta a cualquier persona de cualquier edad, aunque sí suele afectar de manera más profunda a adolescentes que intentan encajar o a personas jóvenes o adultas que tienen problemas de autoestima u otros trastornos derivados. Más del 90% de las personas afectadas, son mujeres de entre 12 y 25 años.
Anorexia y bulimia
Los trastornos alimentarios son comportamientos peligrosos que perjudican no solo la salud de una persona, sino también su autoestima y su bienestar. Es especialmente desgarrador cuando los trastornos alimentarios se manifiestan a una edad temprana, como en niños y niñas de 12 años en adelante. Estos trastornos pueden sucederle a cualquiera, independientemente de su sexo, edad, raza o antecedentes socioeconómicos. Es por eso que la prevención de los trastornos alimentarios es crítica: si no se tratan de manera rápida y adecuada, estos trastornos pueden tener efectos devastadores, incluso la muerte.
Existen varios tipos de trastornos alimentarios, cada uno con sus propias características y síntomas. Con la bulimia nerviosa, una persona come en exceso sin control y luego sigue con purgas, ejercicio intenso o alguna otra acción para contrarrestar el consumo excesivo. Comer en exceso es como la bulimia en términos de consumo excesivo de alimentos, pero no hay purga que le siga. Este trastorno conlleva un alto riesgo de obesidad.
La anorexia nerviosa es casi lo opuesto a atracones o bulimias: en lugar de comer grandes cantidades de alimentos, alguien con anorexia difícilmente comerá algo. El objetivo puede ser una figura esbelta, pero la anorexia a menudo conduce a la desnutrición, a un peso peligrosamente bajo y a daños en los órganos. Otra conducta alimentaria disfuncional menos conocida es el trastorno de la rumia (la comida se regurgita a la boca, sin dolor).
Hay señales a tener en cuenta que podrían indicar un trastorno alimentario. Estos incluyen una dieta estricta y demasiado restrictiva; evitar comidas; hablar mucho sobre estar demasiado gordo; uso regular de laxantes; evitar actividades sociales que puedan involucrar comida; a menudo comiendo grandes cantidades de alimentos no tan saludables como los dulces; pérdida de esmalte dental por vómitos; comer en secreto o consumir más alimentos a la vez de lo que se considera normal.
Los trastornos alimentarios son trastornos peligrosos y complejos que surgen de una variedad de problemas. Una de las mejores maneras de prevenir o detener los trastornos alimentarios en ti y en otros es adoptar actitudes y comportamientos saludables sobre la forma y el peso del cuerpo. A continuación te damos algunos consejos que son de gran ayuda.
Cómo prevenir la anorexia y la bulimia
Mejor sin dieta
Hacer dieta no es una buena manera de tener una alimentación saludable. Debes deshacerte de que una dieta, peso o tamaño corporal concreto te aportarán felicidad y satisfacción. Eres mucho más que solo un aspecto.
Aprende todo sobre estos trastornos
Aprende todo lo que puedas sobre estos trastornos alimentarios. La conciencia genuina te ayudará a evitar actitudes críticas o erróneas sobre la comida, el peso, la forma del cuerpo y los trastornos alimentarios. Esto también te ayudará a conocer las señales de posibles trastornos alimentarios para que puedas detectar un problema temprano y buscar tratamiento.
Desafía a tus pensamientos
Toma la decisión de desafiar esas ideas falsas de que la delgadez y la pérdida de peso son excelentes, y que la grasa corporal y el aumento de peso son horribles o indican pereza, inutilidad o inmoralidad. Puede ser útil entrar en terapia o asesoramiento para ver la raíz de esos pensamientos y por qué los tienes. La terapia cognitiva conductual, en particular, puede ser beneficiosa porque ayuda a tomar pensamientos negativos para replantearlos de manera más positiva.
Evita clasificar alimentos “buenos y malos”
Evita clasificar los alimentos como “buenos / seguros” frente a “malos / peligrosos”. Recuerda que todos necesitamos comer una variedad equilibrada de alimentos. Una dieta saludable debe centrarse en alimentos integrales (como productos, carnes magras, lácteos bajos en grasa, nueces y legumbres), pero deja espacio para disfrutar de todo tipo de alimentos con moderación.
No juzgues a los demás ni tampoco a ti mismo
Deja de juzgar a los demás y a ti mismo en función del peso corporal y la forma que se tiene. Apaga esas voces en tu cabeza que te dicen que el peso corporal de una persona es un indicador de su carácter, personalidad o valor como persona. Nuevamente, esta es otra área donde la terapia puede tener un resultado positivo.
Ten un pensamiento crítico con lo que ves en los medios
Conviértete en un espectador crítico de los medios y sobre los mensajes que tienes en tu mente sobre tu autoestima y la imagen corporal. Si bien ha habido grandes avances en los últimos años para tener una representación más inclusiva de varios tipos de cuerpos en películas, televisión, anuncios y otros medios, todavía existe una preocupación por la delgadez. No aceptes que las imágenes que ves en los medios son los ideales que debes intentar alcanzar.
Cuando escuches un comentario o veas una imagen que promueva la delgadez a toda costa, responde al televisor. Si ves un anuncio de revista o un artículo que te hace sentir mal por la forma o el tamaño de su cuerpo, hazlo saber al responsable.
Elige valorarte
Elige valorarte en función de tus objetivos, logros, talentos y carácter. Evita dejar que la forma en que te sientes acerca de tu peso corporal y tu forma determinen el curso de tu día. Celebra la diversidad y que tienes salud para poder vivir. Agradece que tu cuerpo es capaz de bailar, limpiar, subir y bajar escaleras, dar a luz si eres mujer, dormir y descansar, y mucho más.
Si crees que tú o una persona querida tienes o tiene un trastorno alimentario, entonces es importante que acudas al médico para que te haga una valoración o te derive a un centro de rehabilitación.
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