Siempre que pensamos en nuevos emprendimientos comerciales o empresariales tenemos la tendencia a creer que el ser cien por ciento originales es casi una garantía de éxito. Ser una novedad, ser algo completamente diferente, sin duda alguna es un punto a favor de cualquier idea de emprendimiento, pero a veces “inspirarnos” en una costumbre que viene de otras latitudes, en un concepto empresarial que ya tiene una historia de éxito, puede ser un buen punto de partida.
Vamos a poner un ejemplo. En los países anglosajones, sobre todo en los Estados Unidos, existe la noción de “brunch”. Esta idea habla de un desayuno tardío o un almuerzo temprano…una comida fuerte hecha a medio camino entre la mañana y el medio día que permite incluir tanto alimentos típicamente consumidos en la mañana como platillos que podríamos pensar más para comer más tarde por su preparación, ingredientes o condimentos. Es un tipo de comida que ni siquiera tiene un nombre en español, y sin embargo, la costumbre de comer juntos de forma relajada y divertida sí que tiene un gran éxito en el mundo hispanoparlante y latino. La mezcla de estilos culinarios, la innovación gastronómica, la convivencia en espacios distendidos, las carcajadas amenas… todo ello es sin duda algo que puede atraer a un buen público. Por ello, ofrecer este tipo de servicio en fines de semana o días feriados puede ser una excelente alternativa de negocio innovador, pero nacido de un concepto proveniente de otra latitud y otra realidad socioeconómica. Las alternativas que se desprenden de la idea del brunch son casi infinitas: de cereales y frutas, tostadas con puré de tomate a comida típica de cada local, jugos, batidos, smoothies… la creatividad será nuestro límite al diseñar la carta de un restaurante que ofrezca brunches dominicales.
Son muchos los conceptos que de esta misma forma pueden en cierta medida modificarse, adaptarse a la cultura local y ofrecer una amplia gama de ideas interesantes para emprender un negocio. El punto central es no copiar una idea, sino tomar los elementos esenciales de una idea y después modificar el resto para que sea acorde a la realidad económica de nuestro país, ciudad o barrio. También es importante tomar estos elementos y fijarnos que exista un auténtico público meta al que podamos dirigirnos con nuestra nueva noción de negocio, recordando que por más interesante que sea una idea, si no hay un buen estudio de mercado y un público meta existente y accesible, hasta las mejores ideas pueden terminar vacías y en una auténtica decepción comercial.
¿Qué ideas de negocio crees que pudieras retomar de otras latitudes para adaptarlas a tu realidad local? ¿Cómo crees que podrías modificar una idea de negocio para darle vida en tu propio país, en tu ciudad, en tu comunidad?
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El artículo Importar un concepto de negocio puede ser un excelente punto de partida aparece completa en nuestro blog Comunidad de Emprendedores.
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