Uno de los temas de gestión en las organizaciones más debatidos en las últimas décadas, es el enfoque de competencias y por consiguiente una preocupación en las organizaciones ha sido el conocer cuáles son las competencias que se deben exigir durante el proceso de incorporación de recursos humanos a una organización.
Asimismo, ya inmersos en la segunda década del Siglo XXI, nos encontramos ante un contexto económico y geopolítico incierto, En tal sentido, no solo las organizaciones deben adaptarse a los cambios, sino también las personas, quienes para mantenerse vigentes y competitivas en el mercado, deben de desarrollar un conjunto de competencias que las hagan más eficaces y eficientes tanto en sus organizaciones como en su vida personal.
Podemos definir a las competencias como “todas aquellas capacidades humanas observables y medibles, necesarias para lograr un desempeño de excelencia y resultados de alta calidad. Estas capacidades incluyen tanto destrezas y conocimientos, así como también actitudes, motivación y compromiso”.
En cuanto al proceso de incorporación de recursos humanos, Henry Fayol lo definió como “buscar el hombre adecuado para el puesto adecuado” pero los tiempos cambian y si bien dicho concepto no ha perdido vigencia, el proceso es más amplio y complejo, donde el desarrollo de nuevas tecnologías han hecho que uno de los dilemas en el que se enfrentan las organizaciones en el proceso de incorporación de recursos humanos es el de decidir entre experiencia o juventud en los candidatos a un puesto.
Este dilema puede no ser tan complejo de resolver teniendo en consideración el perfil del puesto que la organización está buscando, dado que en algunos puestos en una organización, principalmente los de tipo operativo y que requieran mayor esfuerzo físico, son las personas más jóvenes y con menos experiencia las que podrían satisfacer las necesidades de la organización, en cambio para los puestos administrativos de nivel medio y directivo, las personas mayores y con amplia experiencia sean posiblemente las ideales para cubrir las necesidades de la organización.
Ello bajo la premisa que todos los candidatos tanto jóvenes como mayores, cuenten con las competencias para el puesto requerido y ello incluye el tener conocimiento de las nuevas tecnologías aplicables al puesto al que postulan, de forma tal que se encuentren técnicamente vigentes y por lo tanto aptos para desenvolverse con eficiencia y eficacia en el puesto al que postulan dentro de la organización.
Ahora bien, otro factor que alimenta el dilema en las organizaciones en el proceso de incorporación de recursos humanos, son las expectativas de que el trabajador contratado se quede en la organización por un tiempo razonable, en este caso, de acuerdo a las últimas tendencias de permanencia en las organizaciones, son los trabajadores más jóvenes los que son más propensos a estar relativamente poco tiempo en una organización, dado que buscan que enriquecerse con nuevas experiencias laborales y asumir nuevos retos, en cambio los trabajadores mayores buscan mayor estabilidad y buscan que consolidarse en la organización aportando su vasta experiencia. La organización deberá tomar una decisión en función a sus propias expectativas para cada puesto.
Finalmente, debo indicar que un buen proceso de incorporación de recursos humanos permite aprovechar a las personas competentes dondequiera se encuentren, por lo que un eficiente proceso de incorporación de recursos humanos, permitirá a la organización contar con trabajadores competentes y comprometidos con su organización, donde la honestidad, transparencia e integridad de los trabajadores, son valores cada vez más relevantes y apreciados en las organizaciones.
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