1 de mayo de 2016

Las 3 claves para entender tu preocupación, dominarla y sacarle provecho

¿Te ha pasado? ¿Te ha pasado que tienes alguna preocupación, algún sentimiento de frustración, desengaño o incertidumbre, y entonces todo eso  de: “Tú creas tu propia realidad”… “La vida te pone retos”, y todas esas frases de motivación que te cruzas en las redes sociales se derrumban ante el hecho de que sigues preocupado? O peor aún, lo único que causan es que te preocupes más al saber que “no deberías” estar preocupado.

Tu mente parece tener fuerza propia cual mono saltando por aquí y por allá sin que nada le importe, y comienzas a creer falsamente que si no le das importancia al mono y lo entretienes con bananas diarias (trabajo, amigos, salidas al cine o libros de autoayuda) él te dejará en paz o podrás causarle alguna indigestión que lo desaparezca para siempre.

Preocupación

Lo malo de todo esto es que, cuando se te acaban las bananas, es decir: cuando irremediablemente te quedas solo contigo mismo, tu mente (más rápida que tu buena intención de “todo saldrá bien”) empieza a molestarte de nuevo haciendo que te sientas más frustrado que al inicio de toda esta hazaña.

¡Ah! Pero no todo es malo. Siéntete acompañado: las preocupaciones son comunes en todos nosotros, tan comunes como no saber qué hacer con ellas. Ahora una buena noticia: puedes domesticar al mono, convertirlo en tu aliado… pero primero debes entender qué es la preocupación y cómo funciona.

Para Jim Rohn, un gran empresario estadounidense, autor y orador motivacional del siglo XX, la preocupación es el miedo invadiendo nuestra mente y pintando cuadros distorsionados de la verdad, es el engaño de hechos negativos filtrados mentalmente y la declaración atrevida de que esos son todos los hechos.

La preocupación funciona porque son emociones, y las emociones son más fuertes que la razón.

Ahora entiendes por qué no te sirven de nada las frasecitas de autoayuda (aunque tengan tanta razón). Pero ¿qué podemos hacer para acallar nuestras preocupaciones?

Para empezar, sería bueno dejar de evadirlas… ¿o quieres que tu mono mute y se convierta en un gorila enorme que arruine muchas, por no decir ¡TODAS! las áreas de tu vida?

  1. Preocuparse es crear con la mente una desgracia que todavía no existe

Comencemos a dominar y vencer este mal hábito.

Lo primero es entender que la preocupación es energía desperdiciada, te gasta mental y físicamente, te roba tu tiempo y te hace creer que sólo puede ocurrirte lo peor. Es así como debes ser consciente cuando lleguen a invadir tu mente, debes entender que exageran la situación y, después de eso, hablarles cara a cara y recordarte a ti mismo que hubo muchos asuntos que te preocuparon antes y resulta que nunca ocurrieron. Esto también lo afirma Rohn al exponer que el 90% de las cosas por la que nos angustiamos jamás suceden.

Concluyendo este primer paso: pon en duda las preocupaciones cuando invadan sin permiso tu mente. Detén al mono y no lo dejes pasar pasarte por encima. Míralo a los ojos y enfréntalo. Cuando hayas hecho esto, habrás comenzado a usar la preocupación en lugar de permitir que ella te use a ti.

  1. ¡Cuidado! la preocupación se alimenta de tu inseguridad

Lo segundo que debes aprender a hacer es a construir confianza (porque entre más grande sea, más pequeña será la preocupación).

Ahora: ¿cómo se edifica la auto-confianza? Con conocimiento.

Estudia los hechos, tanto los buenos como los malos, lee y documéntate, anota tus preocupaciones y decide cuáles merecen de verdad tu atención. Lo importante es hacer algo en lugar de quedarse paralizado.

Enfocándote en entender qué tan peligroso es realmente ese monito inquieto, sabrás cómo empequeñecerlo. Eso sí: no obligues al mono a que se calle y no te obligues a ti mismo a no pensar en él. Lo único que lograrás con eso será darle más fuerza, así que enfréntalo con tus armas: confianza y conocimiento.

¡Vamos bien! Ahora ya tienes pasos concretos a seguir para exterminar esa plaga mental, pero espera un poco: todavía queda algo más. Sigue leyendo.

  1. Aprende y acepta las condiciones. Luego, mejóralas

Debes entender que la vida funciona como la naturaleza: la primavera siempre llega, pero el invierno también.

La vida te da oportunidades y buenos momentos, pero también te dará retos y fuertes turbulencias. Lo importante es no huir de los problemas ni esperar que todo sea fácil -eso es tonto-, sino ver las cosas como son y darse cuenta de que pueden ser mejores.

Siempre podrás encontrar alguna oportunidad, incluso en los peores momentos. La vida es un arroyo que fluye continuamente y lo mejor  que puedes hacer es aprender a aprovechar las condiciones y crear algo nuevo.

Disfrutar cada estación, afrontar cada reto, cada desafío, y vivir con intensidad  tanto la primavera como el invierno. Si llegas a entender esto, tendrás la clave para superar cualquier obstáculo.

Persiste. Cambia de actitud. Enfrenta tus miedos.

Estefanía Vásquez S.

Acción, No Preocupación-Jim Rohn (Audio). (2016).

https://www.youtube.com/watch?v=IHiA53A616Y

El artículo Las 3 claves para entender tu preocupación, dominarla y sacarle provecho aparece completa en nuestro blog Comunidad de Emprendedores.



from Estefanía Vásquez Sánchez Comunidad de Emprendedores http://bit.ly/1rKhXoE
via Emprendices

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