Industria conectada o Industria4.0, digitalización, cloud computing, internet de las cosas, ciberseguridad… todo esto son conceptos que en los últimos años se han ido hablando en multitud de jornadas, en infinidad de portales web, en prensa especializada etc. y sí, es cierto que todos estos hitos tecnológicos son cruciales para la evolución a la industria del futuro presente más próximo, pero también lo serán las personas, ¡e igual de relevantes!
No podemos caer en el error de pensar que, en esta nueva oportunidad de crecimiento para la industria, solo tenemos que tener en cuenta el disponer de dispositivos más rápidos, más inteligentes e interconectados, que generen millones de datos, también tendremos que disponer de personas preparadas para adaptarse al cambio y sacarle el máximo rendimiento. Esa será una de las claves diferenciadoras y una gran oportunidad para muchos profesionales.
Ya en los últimos dos o tres años, la dirección de multitud de empresas de tamaño medio (25-1000M€) cuentan con una propuesta de transformación hacia la industria conectada entre sus planes de acción. Si hacemos caso a todo el “ruido” generado, como comentaba al principio, me da la sensación que se ha dejado en un segundo plano el papel de los trabajadores en esta nueva era. ¡Como si lo realmente importante fuese la transformación de nuestras maquinas e instalaciones y no de las personas que trabajan en ellas o con ellas!
No podemos cometer el error de pensar que solo se trata de un cambio tecnológico, más bien se trata de una evolución cultural que afectará tanto a maquinas como a personas.
Por este motivo, no solo el director de operaciones, el CTO (Chief Technology Officer) o los ingenieros de procesos deben pilotar esta transformación, el departamento de RRHH también tiene un papel fundamental.
En esta evolución cultural en la industria, será esencial tener un capital humano capacitado para desenvolverse en este nuevo entorno. Deberemos complementar la formación del personal en activo y adaptarlo a las nuevas aptitudes que se necesitan, así como contratar a nuevos profesionales ya capacitados. El rol de los trabajadores cambiará y tomará mayor importancia la capacidad para la toma de decisiones rápidas y sobre todo tener una visión global de todos los procesos que forman parte. En pocos años, tendremos infinidad de datos recopilados por software. Esos softwares, transformarán todos esos datos (sin valor por si solos) en información y con esa información los empleados deberán estar preparados para tomar decisiones. Todo esto en un intervalo de tiempo muchísimo más corto de lo que se hace ahora.
Por suerte, en España cada vez más universidades se han dado cuenta de ello y ya tenemos una amplia oferta de programas formativos que permitan desarrollar las nuevas competencias asociadas a la industria4.0, no solo a nivel tecnológico sino también “humano”.
Este cambio o evolución de la industria no es una meta a la que hay que llegar, sino un nuevo modelo de trabajo en la que todos los departamentos y miembros de una empresa tendrán un papel fundamental para lograr el éxito. Por lo tanto, dependerá de todos la evolución de nuestra empresa hacia una empresa 4.0.
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