26 de enero de 2017

4 errores al hablar de violencia de género

El primero de ellos es justo ese, llamarlo violencia de género. Las tesis de la llamada “violencia de género” explican el maltrato por medio de la desigualdad entre sexos y considero que es erróneo. El agresor no agrede a la víctima porque sea una mujer, la agrede porque la considera inferior y débil, la agrede con el objetivo de dominarla. El agresor no va por la vía pública golpeando y agrediendo a mujeres que no conoce, lo hace contra su mujer únicamente. El machismo no es por tanto lo que motiva el maltrato, es tan sólo la autojustificación que emplea el agresor. Si observamos el fenómeno del bullying podemos resaltar de igual manera este comportamiento. El agresor no agrede a la víctima porque tenga gafas, o porque tenga sobrepeso, lo hace porque se considera superior y quiere ostentar esa posición dominante. El hecho de que tenga gafas o sobrepeso es sólo una justificación hacía si mismo cuando comete la agresión. Otro ejemplo podría ser el de la violencia hooligan, un seguidor no agrede a otro hincha por ser del equipo rival, esa es la justificación que él encuentra para su acción violenta. Esto es muy importante, porque probablemente desde los medios de comunicación, las políticas llevadas a cabo, campañas, etc. estemos alimentando esa autojustificación.

El segundo error es calificar cualquier episodio de violencia en el entorno de la pareja como violencia de género. Leonor Walker, en 1979, explicó el llamado ciclo de la violencia, cuatro fases llamadas: calma, acumulación de tensión, explosión y fase de luna de miel. Este ciclo puede explicar otros fenómenos violentos, pero no voy a entrar en esa cuestión. Esto viene a concretar porque la violencia de género no es violencia de género, el agresor que golpea a su pareja y tiene como resultado la muerte de la víctima, si anteriormente no ha manifestado ningún comportamiento que encaje en las fases de Walker, ¿cómo podemos denominarlo violencia de género? Un acto de esas características puede ser motivado por múltiples razones, enajenación mental transitoria, un ataque de ira, etc. pero nunca podrá ser violencia autojustificada por medio del machismo. Es obvio que en el entorno de pareja son las mujeres quienes más sufren la violencia física, pero eso nos lleva al tercer error.

El tercer error es atribuir este comportamiento exclusivamente al varón. Lo que ocurre con la violencia contra las mujeres, es que por lo general el varón tiene mayor fuerza física, lo sabe y la emplea para conseguir sus objetivos. Probablemente sí las mujeres tuvieran esa complexión física la emplearían igualmente para obtener sus deseos, evidentemente no podemos afirmar que un género tenga mayor calidad moral que el otro. Una persona, de complexión media, aun siendo racista, difícilmente se atrevería a agredir a Mike Tyson, al menos no físicamente, lo que nos lleva al cuarto error.

El cuarto error es hacer hincapié únicamente en la violencia física. La violencia o la dominación no tiene que ser física necesariamente, hay muchas formas de dominar a una persona y por tanto de maltratar. Se puede amenazar, insultar o se puede coaccionar a una persona y doblegar su voluntad sin ponerle una mano encima. El problema es que abrir esta puerta, supone aceptar que las mujeres también pueden ejercer dicho tipo de violencia, recordemos que un sexo no podría tener mayor calidad moral que el otro. Difícilmente un hombre denunciaría públicamente que su mujer le agrede, ya sea física o verbalmente y difícilmente encontraría los apoyos que sí tendría su pareja, carece de visibilidad, por tanto.

Si queremos realmente terminar con las acciones violentas que se producen en el entorno de pareja, no podemos ser cómplices aceptando la justificación de aquellos que cometen la agresión. Tendríamos que reducirlo a lo obvio, a defender los derechos básicos como el derecho a la vida, a la integridad física o a la dignidad. Creo que hemos desechado demasiado pronto la idea de que las personas que cometen esta clase de acciones son enfermos, decir que son enfermos implicaría conmutar la pena con un tratamiento, pero también podría significar prevención. Personalmente entiendo que una persona que sistemáticamente emplea la violencia sufre una patología que necesita ser tratada.

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from Eduardo Chavarria Piudo GestioPolis http://bit.ly/2jCzk7f
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